El Litoral
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Si bien viene bajando la cantidad de casos, se advierte un amesetamiento de la enfermedad. Nación regularizó el envío de medicamentos para su tratamiento.
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“Es el cigarrillo”, “Tuve bronquitis y no me curé del todo”, “Es un resfrío”, son algunas de las explicaciones que se escuchan ante una tos persistente y catarro. Pero esto puede ser el primer síntoma de una enfermedad tan vieja como el mundo: la tuberculosis.
“La gente cree que está erradicada, pero no es así. Sigue siendo un problema de salud pública en Argentina y en el mundo porque ningún país está libre de esta enfermedad”, comenzó aclarando el doctor Bernardo Salvadores, jefe del Programa de Control de Enfermedades Respiratorias y Tuberculosis del Ministerio de Salud de Santa Fe.
La tuberculosis está relacionada con las condiciones de vida. Por eso los países menos desarrollados cuentan con más casos -Perú, Bolivia y Paraguay- y los que tienen políticas de salud más activas, como Uruguay, Chile y Cuba, tienen mejores resultados.
En comparación con el resto de América Latina, Argentina está en un nivel intermedio, con alrededor de 10.000 nuevos casos al año.
En la provincia, el año pasado se detectaron 523 enfermos, un poco menos que en años anteriores: 542 en 2015, 559 en 2014 y 564 en 2013.
En el departamento La Capital, el número se mantuvo en 76 nuevos enfermos en 2015 y en 2016.
— ¿A qué le atribuyen esta baja en los casos nuevos?, consultó El Litoral.
— Desde el Ministerio de Salud de la provincia, junto a los hospitales y centros de salud, trabajamos en lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS): diagnosticar lo más rápido posible (con una radiografía de tórax y el análisis de laboratorio del catarro para detectar la presencia del bacilo); si se confirma el diagnóstico, poner a ese paciente en tratamiento y supervisarlo.
— ¿En qué consiste la supervisión?
— El tratamiento dura seis meses. Durante los dos primeros, el paciente tiene que tomar ocho comprimidos por día. Los cuatro meses restantes, se reduce a cuatro tomas diarias. Pero no sirve entregar la medicación mensualmente. Eso fracasó porque el paciente no la toma regularmente, se olvida, le cae mal o, cuando se siente mejor y se le alivian los síntomas, cree que ya está curado. Ahora el tratamiento implica que el paciente vaya todos los días al centro de salud y tome la medicación delante de la enfermera. Esto nos garantiza que se cure y se controle la enfermedad. Si llega a faltar un día, se lo llama por teléfono o se lo busca en su casa. Si la ausencia se prolonga, se activa todo el equipo de salud -trabajadora social, psicóloga, etc.- y con la ayuda de algún referente barrial se busca motivarlo para que continúe el tratamiento.
— ¿Qué centros de salud de la ciudad llevan adelante este tratamiento?
— Prácticamente todos los centros de salud tienen pacientes en tratamiento.
La enfermedad
La tos persistentes y la presencia de catarro son los primeros síntomas. Gradualmente pueden ir sumándose una febrícula vespertina, a veces con sudoración, decaimiento general y pérdida de apetito o de peso. “Es un deterioro muy paulatino; no se da de un día para el otro”, especifica Salvadores.
El bacilo puede afectar cualquier órgano del cuerpo, pero en el 85 % de los casos ataca los pulmones. Además de ser el tipo de tuberculosis más frecuente, es la única que se contagia a otras personas. “Cuando tose, el enfermo de tuberculosis pulmonar elimina gotitas de saliva con los bacilos, que quedan flotando en el aire. Quienes comparten el mismo ambiente -en el hogar o lugar de trabajo- las respiran y así penetran en el pulmón y pueden desarrollar la enfermedad. Para que esto suceda hay que estar compartiendo muchas horas durante muchos días, en un ambiente cerrado, sin sol ni ventilación”, explicó el doctor.
La tuberculosis afecta más frecuentemente a hombres (65 % de los casos) que a mujeres. Y, sobre todo, a los adolescentes y adultos hasta 40 años. “La transmisión del bacilo está asociada a las adicciones, al VIH y al alcoholismo porque disminuyen las defensas y ahí el bacilo -que puede estar latente durante 10 ó 20 años- se desarrolla. Sólo entre el 5 y el 10 % de los portadores del bacilo van a enfermarse en algún momento de su vida”, contextualizó Salvadores.
Además, esta patología afecta principalmente a personas de escasos recursos. En la provincia, el 60 % de los casos se concentran en el conurbano rosarino y, en el país, en el conurbano bonaerense.
Medicamentos
Tras un año de interrupciones, hace 15 días el Ministerio de Salud de la Nación envió los medicamentos para el tratamiento de la tuberculosis.
Tal como informó El Litoral, en 2016 la cartera sanitaria nacional dejó de proveer a la Provincia los comprimidos habituales y los reemplazó por otros.
La cura de la tuberculosis implica el consumo de cuatro fármacos. Para que la ingesta sea más fácil, tres de ellos se combinan en un solo comprimido (llamado de triple asociación). Eso fue lo que Nación dejó de mandar y hubo que reemplazarlo por pastillas individuales para cada droga. “Esto implicó que cada paciente tuvo que tomar 18 comprimidos por día, cuando anteriormente sólo tomaba 8 ó 4”, comparó Salvadores.
Hace 15 días, la Provincia volvió a recibir la triple asociación, aunque no se sabe si la provisión continuará en forma regular.
Por otra parte, existe un convenio entre Nación y el Laboratorio Industrial Farmacéutico de Santa Fe (LIF) para que éste produzca y provea estos medicamentos -que en la actualidad son importados- a todo el país, pero aún no se concretó la iniciativa.