Gabriel Rossini
El aumento de las tarifas es una de las principales preocupaciones del sector industrial. A eso se suman la inflación, las tasas de interés y las importaciones.
Gabriel Rossini
Aumentos de tarifas, inflación alta, tasas de interés cada vez más caras, atraso cambiario, retracción del mercado interno producto de la caída del poder adquisitivo del salarios, importaciones que impactan en vastos sectores. Éste es el panorama en el que se mueve la industria santafesina, donde cada vez más actores del sector lo describen de “gris oscuro en transición hacia el negro”.
“Para el sector industrial el panorama es más que preocupante. El gobierno dice que quiere reactivar el mercado interno, pero pone la plata por un lado y por el otro el Banco Central con las tasas de interés y el Ministerio de Energía con el aumento de las tarifas la saca de circulación. Así va a ser muy difícil volver a crecer”, describe un importante industrial santafesino.
En el sector, están cada día más inquietos por el futuro. La suba de tasas de interés anunciada la semana pasada y los aumentos de las tarifas del gas previstos para el mes próximo serán dos de los temas que tratará este lunes la comisión directiva de la Federación Industrial de Santa Fe.
“El gobierno nacional es el principal impulsor de la inflación con los aumentos de los costos que autoriza casi todas las semanas. Eso es lo que hace subir los precios y no el aumento de la demanda, producto de una mejora en el poder adquisitivo del salario. Si no entienden eso estamos perdidos”, explica el mismo empresario, que advierte sobre las consecuencias que tendrá para el sector productivo la “bicicleta financiera” que montó el Banco Central. “Esto ya lo vivimos y las consecuencias fueron desastrosas para la industria nacional”, recuerda. El aumento de las tarifas es una de las principales preocupaciones del sector industrial desde que asumió el gobierno de Cambiemos. Según un análisis de costos hecho en la Unión Industrial de Santa Fe, el incremento de la energía eléctrica entre noviembre de 2015 y marzo de 2017 fue del 148,8 por ciento del cargo fijo; mientras que el precio del kwh aumentó entre el 677,77 por ciento y el 854,53 por ciento.
El último informe de Actualidad Industrial de la provincia que elabora Fisfe, mostró que tras un 2016 de fuerte caída, la actividad en febrero de este año se derrumbó el 8,2 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior, con caídas en la producción de acero del 34,4 por ciento, en el complejo procesador de soja del 18,8 por ciento y en la industria láctea del 21,1%. Sólo mostraron alguna recuperación los sectores de la maquinaria agrícola y del biodiésel.
En este contexto recesivo, las importaciones en la provincia aumentaron en volumen en 2016 el 34% con relación al año anterior y un 52 por ciento, en dólares. Y lo más grave de todo: el número de asalariados registrados en el sector privado en la industria manufacturera de todo el país registró en enero de 2017 una nueva caída interanual de 3,5%, equivalente a una pérdida de 44 mil asalariados en todo el país.
“Hablan de una incipiente reactivación que en la provincia no se nota. Hay un sector vinculado con la actividad agropecuaria que si bien no cayó, tampoco derramó sobre el resto de las actividades porque no derrama. ¿Qué es irles bien? Mantener lo que tenían porque nuevos empleos no hay ni tampoco inversiones. Además, el atraso cambiario y la inflación les está licuando la rentabilidad a los beneficiados de la devaluación. Si el gobierno no toma medidas urgentes, las cosas van a empeorar”, resumió.