Joaquín Fidalgo
Los ataques se produjeron con las calles llenas de niños, a metros de la comisaría.
Joaquín Fidalgo
Una oscura y antigua guerra entre pandillas de barrio Santa Rosa de Lima tuvo este martes un capítulo sangriento, que pudo terminar en una tragedia de proporciones.
Todo comenzó en horas del mediodía, aproximadamente a las 13, en calle Azopardo al 2300. Allí, un joven de 24 años fue sorprendido por dos criminales que pasaron en una moto frente a su vivienda y le dispararon.
Una ambulancia trasladó al muchacho hasta el Hospital Cullen, donde los médicos constataron que tenía una herida de arma de fuego en la zona del omóplato derecho, con entrada y sin salida, por lo que quedó internado en estado reservado.
Los vecinos de ese sector de la populosa barriada volvieron a sobresaltarse poco después, cerca de las 16.30, en inmediaciones del cruce de calle Azopardo y Pasaje Liniers, al costado de la Plaza Arenales, frente a la Subcomisaría 2a y casi a la altura de la Parroquia y el Complejo Educativo Santa Rosa de Lima.
“Escuchamos una cantidad de detonaciones impresionante. Entonces, se armó el desparramo de gente. La plaza estaba llena de chicos jugando al fútbol y justo era la hora de la salida de los alumnitos del jardín. Estaban todas las mamás esperando en la puerta. Pudo ser un desastre total. Se tiraron con todo”, se quejó una testigo.
Cuando las armas callaron, dos muchachos se arrastraban cómo podían para alejarse del lugar. Pedían ayuda. Uno de ellos había sido alcanzado por un proyectil en un pie, el otro en la cabeza.
Se trataba de dos hermanos, primos del joven herido más temprano. Ambos fueron también trasladados al Hospital Cullen por conocidos en vehículos particulares. Uno, de 23 años, ingresó al centro público de salud con un tiro en el cráneo, por lo que debió ser sometido a distintos estudios y quedó internado en estado reservado. El otro, de 20, presentaba un balazo en el muslo de la pierna izquierda.
Mientras, personal policial de distintas dependencias realizaban distintos operativos en toda la zona para tratar de identificar y detener a los responsables de los ataques, que serían “personajes conocidos” del mismo barrio.