Por Estanislao Giménez Corte
Propuesta curatorial santafesina “Vértigo Horizontal”, a la Bienal de Venecia.
Por Estanislao Giménez Corte
@EstanislaoGC
EL VÉRTIGO
La observación y el impacto causado por la llanura argentina, considérese o no pampeana, ha alimentado la literatura argentina desde siempre y, por decantación, ha producido una suerte de mitología del paisaje, que atraviesa los ámbitos intelectuales, creativos, profesionales. El joven Darwin, en sus cuadernos de viaje, hablaba de “el silencio fúnebre de la llanura”; Sarmiento, en el “Facundo”, sostuvo que la pampa “es la imagen del mar en la tierra como en el mapa”. En 1932, el escritor y periodista francés Pierre Drieu La Rochelle visitó a Borges (al también joven Borges). La leyenda, referida en diversos libros (*), cuenta que salieron a caminar y llegaron, sobre el anochecer, a una suerte de descampado o terreno indefinido (en las inmediaciones del Puente Alsina o al barrio La Paternal, aparentemente). Entonces, el francés dijo una frase que es a la vez figura y concepto: “Le vertige de l‘ horizontal” (el vértigo de lo horizontal). Muchos otros, Saer -por ejemplo-, han tomado esa noción como figura o como contorno nacional para ejemplificar, ya el territorio, ya nuestra propia idiosincrasia.
LA DATA
“Vértigo Horizontal”, la propuesta impulsada por los arquitectos santafesinos Pablo Anzilutti, Federico Cairoli, Francisco Garrido y Javier Mendiondo, resultó ganadora, recientemente, del Concurso de Curaduría para el Pabellón Argentino en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2018. Se impuso a 38 presentaciones de todo el país y contó con la colaboración de un equipo integrado además por Rodrigo Bordiga, Juan Juárez, Pino Sollazzo, Alejandro Trucco y Federico Viudez; María José Ilari y Paulo Chiarella (paisajismo) y Darío Bergero (Diseño gráfico).
El proyecto ganador del concurso organizado por la Dirección Nacional del Asuntos Culturales de la Cancillería, en conjunto con la Federación Argentina de Entidades de Arquitectura (FADEA), la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU).
El Jurado, presidido por el Director Nacional de Asuntos Culturales, Embajador Mauricio Wainrot, estuvo integrado por los presidentes de las tres instituciones, el Arq. Eduardo Bekinschtein por la SCA, el Arq. Augusto Penedo por CPAU y el Arq. Gerardo Montaruli por FADEA; los arquitectos Emilio Rivoira, Alberto Sbarra y Alberto Varas, uno por cada una de las tres instituciones y el Arq. Daniel Becker, seleccionado por los participantes del concurso.
El proyecto “Vértigo Horizontal” se exhibirá en el Pabellón Argentino en los Arsenales de Venecia durante la edición del presente año, que se llevará a cabo del 26 de mayo al 25 de noviembre del año próximo.
EL DIÁLOGO
Mendiondo, Anzilutti y Garrido visitaron la redacción de El Litoral. Cairoli no pudo asistir. Lo que sigue es una síntesis de la conversación.
-¿Cómo surge la propuesta, en términos generales?
-Mendiondo: esto es un concurso abierto organizado por las tres instituciones de arquitectos argentinos, con la consigna de presentar una propuesta curatorial para el pabellón argentino de la Bienal de Arquitectura de Venecia. La propuesta curatorial es amplia, ya no que no es solamente la instalación física, o sea el armado del espacio físico, sino que es fundamentalmente proponer una idea de cómo contarle al mundo, en ese tipo de exposición, la arquitectura argentina, sus consignas territoriales, en función de un manifiesto que en cada Bienal -en cada una de ellas hay un manifiesto “filosófico”- ésta se inserta. En este caso el manifiesto se llama free-space y habla sobre cómo la arquitectura puede aportar a mejorar la sociedad y a humanizar el espacio.
Propuesta curatorial santafesina “Vértigo Horizontal”, a la Bienal de Venecia
-¿Hay en el proyecto un trabajo que puede catalogarse como de síntesis?
-Anzilutti: Sí, porque además el concurso estaba impulsado por la dirección de concursos institucionales de Cancillería. Esto viene de la mano de Asuntos Exteriores de Cancillería. La propuesta es mostrar un estado de situación, si se quiere (cada uno de alguna forma), de la Argentina de estos tiempos. Ésta ya sería la cuarta vez que participa Argentina desde que alquiló un pabellón por 25 años. Desde el 2012.
-Mendiondo: En otros años fue muy política (la puesta y la elección). Cuando Argentina tuvo pabellón propio, el curador en ese momento fue Clorindo Testa. Ahora quizás hay un contenido político menor, pero sí una idea clara de democratizar la convocatoria y abrirla, ya por segunda vez, a todos los arquitectos. Ello se hace para contar esta doble dimensión de la propuesta: lo físico por un lado y lo curatorial, por otro: cómo contar un estado de situación de la Argentina de acuerdo a una versión específica.
-¿Saben cómo se elabora el manifiesto al que hacen referencia?
-Anzilutti: lo elaboran los curadores. Ellos tienen como un lema, que antes era “Reportando desde el frente”, otro año “Los fundamentals”, y éste se llama “Free Space”. Ellos dicen: bueno, en éste vamos a tratar sobre cómo la arquitectura permite que la gente se encuentre, que la democracia florezca, encuentre lugares que a veces parecían no pensados para eso. Evidentemente, después cada país presenta diferentes cosas. Pero en este caso la idea desde nuestro lugar fue esa.
-¿Cuántas propuestas se presentaron en todo el país?
-Anzilutti: 38. Quedaron tres
-¿El ser del interior repercute de alguna forma? ¿O es un prejuicio?
-Mendiondo: en este caso, creo que la mirada descentralizada que nosotros podemos tener, es una fortaleza. Porque nos permite enfocar la mirada con un condimento muy fuerte desde lo territorial, que quizás desde Buenos Aires -que es el polo de pensamiento y editorial de nuestro país-, es una mirada distinta. No mejor ni peor, distinta. Nosotros en este caso, e inclusive por lo generacional, miramos la situación de la arquitectura Argentina desde abajo de la escala generacional, pudiendo reconocer un barrido muy ancho y muy horizontal; pudiendo ver desde los arquitectos consagrados hasta los jóvenes emergentes que están diseminados en distintos puntos del país y que, puestos en conjunto, generan una fotografía panorámica absolutamente diferente a lo que puede ser otra generación o la mirada desde Buenos Aires.
-O sea que en este caso la cuestión regional y la generacional pudieron haber contribuido a destacar la propuesta...
-Anzilutti: en las otras ediciones generalmente fue como un barrido histórico, más que por un tema específico. Vértigo Horizontal apunta al espacio público y a ediciones de uso, e inclusive pueden ser edificios privados que contribuyan a la cuestión pública. Anteriormente, por ejemplo, se trabajaba más desde una perspectiva histórica: los hitos de los últimos cien años de la Arquitectura, por ejemplo. En este caso a lo mejor no son grandes obras pero tenemos una plaza en el norte de Santa Fe, que por el diseño ayuda a diversas cuestiones vinculadas con la democracia y con el uso del espacio público. Entonces nosotros decimos, bueno, hagamos un diseño horizontal con un tema generacional o de jerarquías...
-¿Tuvieron acceso a los dictámenes del jurado, a las consideraciones sobre porqué se les daba este premio?
-Mendiondo: En la entrega de premios nos dijeron algunas cosas, pero creo que no hay un documento que explicite qué vieron ellos....
-Anzilutti: Lo que tenemos es una transcripción del embajador Wainrot, que es el presidente del Jurado. Él decía que veía (el proyecto) con mucha potencia y mucha imagen; que veía a este dispositivo como un objeto de arte en donde se podría hacer una coreografía...
-Garrido: Dijo que era muy “teatral” y que brindaba una imagen muy potente de la expansión de Argentina. Esa idea de mostrar la inmensidad no únicamente en relación a la pampa. Puede ser la pampa pero también la patagonia. Es la idea de la extensión de lo que tenemos en Argentina.... Algo así como la imagen de la potencia de la extensión. Eso crea un impacto que es muy importante en este caso, porque la Bienal es un palimpsesto (**) de distintas manifestaciones. Hay mucho ruido de distintas cosas y los visitantes en general pasan muy poco tiempo en cada pabellón, entonces es necesario poder generar ese golpe de imagen, que puede hacer también que se vea como una suerte de imagen estratégica.
EL PENSAMIENTO
-¿Cómo “leen” ustedes este reconocimiento?
-Mendiondo: Es un reconocimiento a un proceso de pensamiento porque, en definitiva, es como un aval a una serie de encadenamientos y pensamientos que venimos desarrollando en obras, en concursos, en ámbitos académicos. Somos como una especie de torbellino de muchas cosas, que nos suceden o que ayudamos a que sucedan. Eso corrobora un sentido: y en esa línea, es estar atentos al territorio, a la línea arquitectónica, al mirar un poquito hacia afuera de la arquitectura (nosotros tenemos aquí, por ejemplo, una base de cuestiones literarias). Es como decir: por acá vamos....y por acá seguiremos.
-Garrido: Lo cierto es que somos curadores del evento de arquitectura más importante del mundo.
-Anzilutti: Y, nosotros veíamos, por ejemplo, el Vaticano eligió diez arquitectos del mundo, para hacer diez pabellones, que son capillas, en ese evento. No sé si caemos, todavía. Esas capillas van a ir a diferentes lugares de Europa que fueron afectadas por terremotos. Son tipos que estudiábamos en la universidad o veíamos en las revistas. Y a lo mejor en el copetín de inauguración estamos tomando una copa con Souto de Moura (***).
-Mendiondo: A ver, la bienal de Arquitectura de Venecia está a la par del Festival de Cine. Bueno, y de la Bienal de Arte: son eventos muy prestigiosos, muy globales. Es como que el sistema se termina de reconfigurar en ese tipo de encuentros, porque se vuelven a marcar tendencias, se cierran ideas, va a haber 40 pabellones nacionales más ... en conjunto, es como un corte en el estado de la arquitectura en un momento específico. Y, además, cada país intenta identificarse exageradamente, como sobreactuando su propia nacionalidad o idiosincrasia nacional.
EL ALIMENTO
-¿Cómo se explica esta suerte de mirada ‘multidisciplinar‘ que tienen?
-Mendiondo: Fuimos por el lado del territorio, a pesar de la condición abstracta que le dimos. Como cualquier arquitecto y cualquier artista, nos alimentamos de lo que vemos. De un montón de cosas, influencias, tensiones. En este caso identificamos un concepto muy potente pero muy abstracto, que dice muchas cosas pero oculta o sugiere otras. Hicimos una especie de experimento sobre la mirada... La mirada del territorio y la mirada sobre la arquitectura argentina al mismo tiempo. Nos ocupamos de señalar cómo un concepto puede traspasar lo físico del territorio y lo conceptual de lo artístico arquitectónico. Creo que ahí estuvo el hilo que transformó a nuestra propuesta en muy seductora para el jurado. En cuanto a la historia, siempre estuvo esta idea o concepto.
-Anzilutti: Quisimos mostrar y explotar esa situación: Borges, Saer, los espejos, el infinito, la multiplicidad, la cuestión velada, etc. Todo eso empezó a jugar ....
-Garrido: Vértigo.... está asociado a la gran extensión de la Argentina ... a encontrarte con una situación de inmensidad. La cuestión era ver cómo podíamos trasladar esa situación dentro de un pabellón que tiene sus límites físicos.
-Mendiondo: Vértigo.... puede significar lo infinito pero también lo que te aplasta. Es una cosa sin matices que te genera una incomodidad. Tiene que haber un concepto madre o idea fuerza que sintetiza la idea curatorial. Muchas bienales trabajan sobre la cuestión territorial. Pero hoy es el territorio; en otros momentos fueron la estructura, lo social, lo geográfico...
(*) Borges, JL y Osvaldo Ferrari. “En diálogo II” (2005)
(**) Manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente (www.rae.es).
(***) Arquitecto portugués, ganador del premio Pritzker 2011.