El Litoral
El partido gobernante de Sudáfrica mantuvo el martes una reunión con el presidente, Jacob Zuma, en medio de gestiones para desplazarlo del poder debido a la enorme cantidad de cargos de corrupción que enfrenta.
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Télam
El Congreso Nacional Africano (CNA), en el poder de Sudáfrica desde el establecimiento de la democracia en 1994, dijo en un comunicado que mantuvo "discusiones fructíferas y constructivas" con Zuma, cuyo mandato vence en 2019, informó la cadena BBC.
El CNA informó además que pospuso una reunión de alto nivel que tenía previsto celebrar el miércoles en la que se esperaba que decidiera el futuro de Zuma.
La reunión formal del Comité Ejecutivo Nacional del CNA se realizará entre 17 y 18 de febrero, dijo el líder del partido, Cyril Ramaphosa, en un comunicado. Los asistentes de alto nivel son los únicos con el poder de remover al presidente
La renión entre Zuma y los miembros del CNA sucede en medio de una creciente presión también por parte de la oposición sudafricana para que el presidente renuncie y poco después de que el Parlamento dio el extraordinario paso de posponer su discurso del Estado de la Nación previsto para el próximo jueves, una medida solicitada por propio mandatario.
"Decidimos proponerle (a Zuma) un aplazamiento a la espera de un entorno político más adecuado, pero al reunirnos con él supimos que estaba escribiendo al Parlamento para pedir que se pospusiera", aseguró en rueda de prensa la portavoz de la Asamblea Nacional, Baleka Mbete, quien adelantó que fijarían una nueva fecha "pronto".
Con cada vez menos margen de maniobra, Zuma también recibió una noticia con un gran peso simbólico.
La fundación Nelson Mandela, creada en memoria del premio nobel de paz y ex presidente de Sudáfrica, reiteró la petición de dimisión contra Zuma.
La imagen del partido que gobierna en Sudáfrica desde las primeras elecciones democráticas tras la caída del Apartheid se ha visto dañada en los últimos años por los múltiples escándalos de corrupción que salpican directamente al presidente Zuma.
Los tribunales le reabrieron 783 cargos de corrupción que le habían sido retirados en 2009, relacionados con contratos públicos para la compra de armamento en 1999.
También por una orden judicial, el Parlamento acordó iniciar los trámites para redactar un marco de reglas que regule la posible destitución del presidente del país.
Los jueces tomaron esta decisión tras considerar que el organismo falló en su misión de que el presidente rindiera cuentas por haber pagado la ampliación de su residencia privada con dinero público, lo que obligó a Zuma devolver medio millón de euros en 2016.
Otro frente abierto para el jefe de Estado es la investigación en curso de un informe de la Defensoría del Pueblo en el que se acusa a Zuma y a otros importantes funcionarios del gobierno de favorecer a una familia de empresarios afines, los Gupta.