Leonardo Pez
El músico brindó detalles de su futuro inmediato: gira por San Pablo y nuevo disco. Además, repasó para El Litoral su trayectoria musical y su vínculo con el blues.
Leonardo Pez
Santiago Periotti visitó El Litoral para contar lo que trae este año en el que editará su primer álbum solista autotitulado. Caracterizado por los desplazamientos, el músico y compositor oriundo de Villa Carlos Paz vivió buena parte de su vida en San Carlos, localidad donde se asentaron sus predecesores europeos llegados de Cavour (Italia). “El apellido original era Priotti, pero quedó Periotti”.
—Tus padres son sancarlinos pero vos naciste en Córdoba, ¿por qué?
—Mi papá es dibujante humorístico, y hace mucho tiempo trabajó en El Litoral con un personaje que se llamaba Pipoca. Después, estuvo en la revista Hortensia, de Córdoba, y llegó a Villa Carlos Paz, con mi mamá y mi hermana, para trabajar en una agencia de publicidad. Los años siguientes vivimos entre San Carlos y luego en Santa Fe, donde me instalé a los 18 años para estudiar Ingeniería Informática.
—¿Cómo te acercaste a la música?
—La música no estuvo en mi casa, pero el arte sí. Además del trabajo de mi papá, mi mamá pintaba con aerógrafos. Empecé a tocar la guitarra a los 13 años por una coincidencia. Un amigo se había comprado una, y yo, fanático de Aerosmith, tenía ganas de tocar sus canciones, que fui descubriendo con discos como “Permanent Vacations” (1987), “Pump” (1989) y “Get a Grip” (1993).
Años más tarde, conocí a Sebastián (Casis) y él me enseñó lo más importante para ser un profesional de la música. Si bien yo ya era grande y tocaba, hay cosas muy importantes que no se aprenden tan fácilmente. Tuve un poco de suerte, porque hubo gente que me apadrinó. Siempre toqué con músicos con mayor experiencia y eso me ahorró tiempo.
—Pasarle la posta a las nuevas generaciones es una característica del blues, ¿no?
—Sí, y está bueno. en Mo’Blues hay tres generaciones: Rubén (Tissembaum) que tiene 56 años; Sebastián, 45, y yo que tengo 34. Termino siendo el pibe... con 34 años (risas). Les tengo mucho respeto. Los chicos tienen mucha experiencia e hicieron varias giras por Estados Unidos; ellos son muy abiertos y conmigo han compartido todo.
Influencias
—¿Qué te gusta escuchar?
—Mucho hard rock. Soy de la escuela de Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath. Empecé a explorar los guitarristas de blues rock (Stevie Ray Vaughan) y eso te lleva a la raíz. Así llegué a Jimi Hendrix. Ahora, estoy escuchando soul (Otis Redding, Marvin Gaye, Stevie Wonder) y el blues, siempre (Albert King, BB King, Freddie King, Albert Collins, Bill Withers). El blues viejo, también: escucho mucho Robert Johnson.
—¿Y a nivel nacional?
—Pappo. Lo fui a ver desde muy chico y me impresionó mucho. Soy de la escuela vieja de Pappo: de Vol. 1, 2, 3 y 4. También, Almendra, Pescado Rabioso y Vox Dei. “La Máquina de Hacer Pájaros” me gusta mucho, porque me gusta Yes, Serú Girán...
En los ’80 tengo un hueco: hay muy pocas bandas que me gusten (Aerosmith, Van Halen, Whitesnake). De los ’90 llegué a vivir el último coletazo del grunge (Nirvana, Stone Temple Pilots, Soundgarden, Alice in Chains). Fue la primera aproximación con la música porque eran canciones más sencillas de tocar. Me pegó fuerte cuando yo tocaba en Paranoia: hacíamos hard rock mezclado con grunge, pero con tintes de rock ’70 porque siempre estaba el solo de guitarra, con la base que más me gusta tocar.
—¿Te gusta más tocar que cantar?
—Siempre me vi como guitarrista, pero en los últimos tres años he cantado mucho, y hoy puedo decir que es 50-50. Ahora que me presento solo, si bien tengo loop station y hago solos, más que nada canto. Y me gusta muchísimo. Siento que de a poco fui mejorando, sobre cuando tocamos con Seba con “Acusticlásicos”, eso fue intensivo para mejorar la voz y me sirvió mucho.
Proyectos
Luego de una gira por la Patagonia que incluyó la filmación de dos videos, Santiago Periotti encara el año con dos proyectos: grabar y girar.
—¿Qué se viene?
—La idea es que a principios de marzo salga mi primer disco solista. Va a ser netamente acústico (como adelantó a El Litoral en diciembre pasado), con ocho o diez canciones, por ahora todas en inglés. Algunas las compuse durante la gira por el sur, muchas son letras de amor. El disco contará con invitados, aunque va a ser acorde al formato solista de la gira. Próximamente, va a salir un video adelanto, filmado en el lago Mascardi, es un tema lento con base de blues.
Además, tengo proyectado ir a San Pablo en marzo y quedarme dos meses allá, tocando en distintos bares. Ya en Argentina, mi plan es llegar en algún momento a Europa. Cuando estás girando te ocurren cosas muy buenas y muy malas. El blues sirve para expresar los sentimientos de una forma visceral, no necesariamente triste. Además, estoy planeando dar clínicas de guitarra en la ciudad.
Blues
—¿Cómo definís tu vínculo con el blues?
—Es el género que más representa mi modo actual de composición. No puedo decir que soy un blusero, es una palabra muy fuerte. Es algo muy arraigado al lugar donde naciste y cómo creciste. Es como decir alguien que toca chacarera de la tierra. en Argentina, tenemos una visión del blues muy interesante, pero diferente a la de los Estados Unidos. Para ellos es su folclore. Yo me considero un guitarrista que toca blues.
—En su momento y con las particularidades del caso, Manal supo representar cierta idiosincrasia nacional con su “blues porteño”.
—Sí. El blues argentino tomó la base e hizo algo nuevo: se mezcló con la canción propia del país. Pappo tiene canciones con la estructura del blues, pero son la minoría. El blues está en la guitarra, en las bases, en los acordes. Es algo muy propio de Argentina, que no se vio en ningún otro lugar de Latinoamérica. Fuimos los primeros en hacer blues de habla hispana. Cuando estuve en Ecuador noté una empatía total con nuestra música. Argentina tiene un nivel artístico altísimo. El tema es que cuesta desarrollarse como profesional. Yo doy clases, hago mis cosas, pero lo más importante para mí siempre es tocar.
El Dato
Recorrido
Además de la guitarra, Periotti ejecuta piano y armónica, e incursiona en géneros como blues, soul y rock clásico. Como integrante de Mo’Blues y Blues Rock Trío, actuó en festivales internacionales y grandes escenarios latinoamericanos, y recorrió México, Ecuador y Australia, entre otros lugares del mundo. Su discografía incluye: “No hay que ceder” (Paranoia, 2006), “Fuego original” (Paranoia, 2011), “A metros del sol” (Paranoia, 2015), “Blues del río” (Mo’Blues, 2015) y “Acusticlásicos Vol. 1” (Acusticlásicos, 2015).