El Litoral
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El partido arrancará a las 17 y dirige Darío Herrera. Todavía no se conoce la formación titular, que ahora tendrá un nuevo cambio.
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Una noticia inesperada surgió este viernes al mediodía, ya que Pablo Ledesma se lesionó, es posible que tenga un desgarro y no jugará el encuentro de mañana en Bahía Blanca ante los bahienses.
No debiera sorprenderse nadie si Colón juega este sábado el partido más incómodo de todos los últimos que enfrentó el once de Eduardo Domínguez. Pase lo que pase con el resultado final de la chapa del partido en Bahía Blanca. Es que si bien el Sabalero va con el envión copero, el rival de turno se jugará todo lo que tiene porque son los últimos cartuchos que le quedan a Olimpo para intentar quedarse en Primera. Como pasa con los cuatro de abajo, la línea a la que apuntan es la de Vélez. Como se dice habitualmente en el idioma de tribuna, “Olimpo se juega la vida contra Colón en el Carminatti”.
Las necesidades del rival de turno y las dimensiones reducidas del campo de juego siempre generan para Colón esta sensación de “incomodidad” en cuanto al trámite en sí. Además, tendrá que tener bien “cortito” el partido el juez Darío Herrera, porque puede que en esa desesperación por el descenso, a algunos jugadores de Olimpo “se les vaya la piernita” en las divididas contra los dirigidos por Eduardo Domínguez.
Hace un tiempo que el entrenador sabalero comenzó, por decisión propia, con una evidente rotación y una escala muy especial de premios/castigos con determinados futbolistas. Desde Ledesma, que se quedó afuera del clásico, pasando por Chancalay, Estigarribia, Leguizamón. Pasan de estar adentro a quedarse afuera de todo. De todos modos, Leguizamón fue convocado de última por la lesión de Ledesma.
Claro que, ante el cuestionamiento de esta metodología de trabajo, el fútbol ofrece una respuesta clara y contundente: “Mientras el equipo le responda y los resultados se sigan dando...”. No hace falta insistir que, con el 60 por ciento de efectividad, si algo cierra con este Colón de Eduardo Domínguez son los números a favor del DT.
Hay algunos indicios de un posible once en el Carminatti, a saber:
— El mismo arquero
— La misma defensa
— El mismo volante tapón
— El mismo creador de fútbol
Así las cosas, en principio, lo que hay que “adivinar” desde la info quiénes serán los otros volantes y los dos delanteros. Si es por “aproximación”, hay dos realidades: 1) Pablo Ledesma jugó como para quedarse firme en el mediocampo, pero se lesionó; 2) Javier Correa, fresco y descansado, tendría asegurado uno de los dos cupos de ataque.
¿Jugará con los dos puntas y armará Correa-Vera?; ¿lo pondrá a Chancalay como extremo o de punta?; ¿le extendrá de movida el crédito a Cristian Guanca para que siga entre los once?. La verdad, son todas respuestas que sólo conoce Eduardo Domínguez en su intimidad.
Del listado de viajeros, al que ahora le tocó pasar de “todo” (titular contra el Zamora por la Copa Sudamericana) a “nada” (tiene que presentarse este sábado a entrenar en el predio) es Nicolás Leguizamón, pero a último momento lo llamaron y lo subieron al avión.
Hoy Colón, con 28 puntos, se está quedando afuera de la próxima Copa Sudamericana por diferencia de gol. Tiene las mismas unidades que Unión y Defensa. Es por eso que necesita sumar para no perder ese tren copero a futuro.
Del rival está todo dicho: quedan 27 puntos y está a 12 de Vélez, que es el primero que zafa. Es por eso que Olimpo necesita, sí o sí, los tres puntos ante Colón.
Con el envión copero, el equipo de Eduardo Domínguez quiere navegar en la Bahía. A priori, el oponente aurinegro tiene todo para hundirse antes que flotar.