Emerio Agretti
El ministro de Justicia de la Nación destacó el rol de los Poderes Judiciales de las provincias.
Emerio Agretti
—Esta semana, el presidente de la Corte puso el foco en la necesidad de transformar la Justicia en el país. Pero a la vez diferenció el plano nacional de la realidad de las provincias. ¿Cuál es su mirada sobre esta cuestión?
—La verdad es que yo he tenido la suerte de trabajar con las Justicias provinciales durante 20 años, y tienen una dinámica y una cercanía con la población que hace que generalmente tengan mucho mejor desempeño que la Justicia nacional, que ha avanzado en procesos de reforma. Me ha tocado acompañar a Rafael Gutiérrez como presidente de la Junta Federal de Cortes y apreciar el trabajo que se ha hecho, desde la Junta y a nivel de cada uno de los Poderes Judiciales. En Santa Fe -como así también en Córdoba y la ciudad de Buenos Aires-, se han mostrado muy dinámicos, han avanzado con expedientes electrónicos, con infraestructura, con nuevos procesos de organización y trabajo. Siempre hay mucho por hacer, la gente tiene una demanda cada vez mayor sobre el sistema de Justicia, lo cual siempre es difícil de procesar. Pero la verdad es que ha habido un dinamismo muy valioso, y que la Nación en muchos casos debería tomar como ejemplo.
—De hecho, algunos de los ítems que mencionó Lorenzetti aquí ya se han desarrollado.
—Definitivamente es así. A mí me tocó trabajar hace 20 años en un libro que se basaba en una reforma del sistema de Justicia tomando la experiencia de distintas Justicias provinciales y creo que hoy vuelve a ser lo mismo. Posiblemente ninguna Justicia del país tenga todos los avances, pero si uno toma el menú de todo lo que han hecho las distintas jurisdicciones y une las mejores partes, podría encontrar, no sé si una Justicia perfecta, pero sí un muy buen modelo. Cuestiones como el sistema acusatorio, el expediente electrónico, los procesos de selección de magistrados, de personal, de reorganización del trabajo, son experiencias muy valiosas. Nosotros estamos desarrollando el programa Justicia 2020, donde todos pueden participar (www.justicia2020.gov.ar), hay más de 35 mil personas en todo el país, que participan en 20 equipos de trabajo. Y un poco hace eso: tomar buenas prácticas y ver cómo se pueden aplicar en otras jurisdicciones, apoyan iniciativas de mejora con aportes no reembolsables. Y la verdad es que muchas veces desde los medios nacionales no se ve, pero hay todo un trabajo que se viene realizando, que es muy valioso. En el caso de Santa Fe estamos trabajando desde el año pasado con una experiencia de oralidad civil que probablemente empiece en las próximas semanas. Y son cosas que les cambian la vida a la gente. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, ya hay más de 80 jueces que están trabajando en esta experiencia de oralidad, y eso ha permitido que procesos que antes llevaban seis o siete años, ahora se resuelvan en seis meses . Y casi el 50 % por acuerdo entre las partes, con lo cual ambas se van satisfechas.
También, lo que la provincia viene haciendo en materia de laboratorio forense, un programa que venía del gobierno anterior y nosotros hemos profundizado, para que el Poder Judicial tenga el recurso para la investigación criminal.
—Como contracara, ¿cuáles son las falencias que advierte, las cuestiones que más preocupan?
—Mas allá de las falencias puntuales, hay una situación que es el gran problema de los Poderes Judiciales en todo el mundo. Nuestras sociedades, que son cada vez más complejas, generan cada vez más conflictos. Y es mayor cantidad de conflicto en todos los ámbitos, civiles, laborales, familiares, penales, repercuten en el Poder Judicial. Entonces, el desafío que tiene la Justicia es cómo absorber toda esa carga adicional, nueva, que todos los años va llegando. Con un mecanismo de trabajo que permita realmente dar respuesta, priorizar algunos casos, dar soluciones alternativas a otros. Es el gran desafio que tiene la Justicia, porque es una tendencia que se vincula a cuestiones demográficas. Cada vez más gente vive en la ciudades, cada vez se generan más conflictos y más transacciones económicas, hoy en día a través de Internet. Todo eso va gestando conflictos nuevos, que terminan en los Poderes Judiciales. Y por eso nosotros entendemos que este proceso de modernización va más allá de la gran reforma, que en algunas jurisdiccciones está muy atrasada (como en la nacional). Se trata más de un proceso constante de ajustes y de mejoras; teniendo en cuenta esta evolución de conflictos, que es algo que se verifica en todo el mundo. La gente tiene una demanda asociada a estos conflictos, porque para la gente es su vida. Que a veces es su patrimonio, su familia, a veces su vida literalmente. Hoy todo se resuelve rápido, a través de los celulares, entonces hay mayor necesidad de que los conflictos se resuelvan mas rápido.
—Lo que se traduce en una exigencia que no tiene la respuesta esperada, y contribuye a que la Justicia tenga mala imagen, o su descrédito.
—Claro. Aunque cuando uno analiza la Justicias provinciales y los usuarios, la imagen es un poco mejor que la general. Y ahí lo que hay es una intermediación de los medios de comunicación, que generalmente se queda con los grandes casos, como los de corrupción. Que, si bien son nacionales y la Justicia es federal, termina impactando en la imagen de la Justicia de todo el país.
—En ese contexto ¿que valoración hace de los anuncios de Lorenzetti?
—Creemos que son muy importantes. La Justicia nacional estuvo muy retrasada, la Corte intentó reformas que no pudieron avanzar como en las provincias. La duda es si el Poder Judicial va a tener la grandeza y el valor de avanzar en algunas transformaciones que tienen que ver con procesos internos de trabajo y que muchas jurisdicciones ya han hecho; cuestiones de cómo organizar los juzgados, las oficinas, cómo introducir procesos de calidad, expedientes electrónicos, tener indicadores de cuánto duran los procesos. No son una solución magica, pero es la única forma de mejorar esto, trabajando sobre cuestiones bien concretas, que son lo que se encuentra la gente todos los días cuando va a presentar una demanda, cuando es citado de testigo o cuando es víctima de un delito. Desde el Poder Ejecutivo vamos a acompañar estas medidas.
—Dentro de esa batería de temas está también el proceso de designación de jueces, puntualmente la composicion del Consejo de la Magistratura, que ha sido siempre un objeto de tironeo y tensiones.
—Es así. Nosotros enviamos a fines del año pasado un proyecto a la Cámara de Diputados, que ya fue girado a la Comisión de Asuntos Constitucionales. Es un proyecto (que aumenta la participación de jueces y abogados y reduce la del sector político) que era discutido, y por primera vez el gobierno avanza en un diseño que en término de números podría no convenirle, le convendría más la composición actual. Son cosas que casi autolimitan al Poder Ejecutivo, pero creemos que es el camino correcto para lograr una Justicia más independiente y tener mejores procesos de selección de jueces. Paradójicamente, la oposición, que podría acompañar estos proyectos, no sé si no los analizó bien o no ha definido una posición aún. Es importante señalar que el Consejo de la Magistratura ha mejorado notablemente la cantidad de cargos que han finalizado los concursos. El gobierno ha enviado cifras récord de pliegos. Hay un proceso que se aceleró después de cuatro años. También en términos de remoción, hace mucho que no se removía a jueces acusados de hechos graves como el camarista Freiler.
El debate sobre el aborto legal
—¿Tiene postura fijada sobre la despenalización del aborto?
—No. En lo personal creo que el debate está siendo muy rico, se están escuchando posiciones muy interesantes sobre el tema. Yo tengo el sesgo de la mirada del Derecho Penal, el debate es bienvenido. Las conclusiones a las que llegue el Congreso son las que se van a incorporar en el proyecto de Código Penal. Y permite un abordaje mucho más amplio. Yo personalmente siempre entendí que en el caso de las mujeres violadas o que peligra su salud, no debían ser punibles. E incluso nuestra propuesta era que en ningún caso las madres tuvieran sanciones de prisión, sino que eventualmente se trabajara sobre penas alternativas como trabajos comuntarios.
Gutiérrez: “Hacer los cambios operativos”
La presencia de Germán Garavano en Santa Fe fue a propósito de la inauguración del año judicial; un gesto que el actual presidente de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, y titular de la Junta Federal de Cortes, Rafael Gutiérrez, valoró y puso en contexto.
“El doctor Garavano es un amigo de la casa. Hemos trabajado con él muchos años cuando era consultor del Banco Mundial y me invitaron al Ministerio de Justicia. Lo que yo quiero recalcar es la mirada federal que tiene un ministro de la Nación, atento a todas las provincias. Y para mí es una gratificación personal, este año en que me toca presidir nuevamente la Corte.
—¿Qué opina sobre la transformación de la Justicia a la que invitó Lorenzetti?
—El presidente de la Corte reconoció las autonomías provinciales, y que estamos mucho más adelantados en las cuestiones que él planteaba. Indudablemente es más fácil en la provincia llevar a cabo procesos que en el plano nacional, que es de mucha complejidad. El tema narcotráfico es un ejemplo claro: se necesitan jueces de frontera, elementos técnicos para combatir la droga, y nombrar jueces federales que se dediquen exclusivamente al narcotráfico y no a otros rubros como aduana, tributaria.
—¿En qué cuestiones debería avanzar el Poder Judicial?
—Todos estos temas que planteó el Dr. Lorenzetti, como el expediente electrónico, la informatización, la simplificación de procesos, la modernización de las estructuras, son cuestiones que, en su gran mayoría, en la provincia ya se han incorporado. Esto se planteó en el marco de un hecho muy importante, que fue cuando él lanzó el encuentro nacional de jueces federales y provinciales, el primero de los cuales se hizo en Santa Fe, y después en Salta, Córdoba, Mendoza. Lo que se necesita es que todos esos planteos sean operativos. Hasta ahora han quedado en la declaración de conceptos o manifestación de voluntad: hay que hacerlos operativos.
“La Justicia nacional estuvo muy retrasada, la Corte intentó reformas que no pudieron avanzar como en las provincias. La duda es si el Poder Judicial va a tener la grandeza y el valor de avanzar en algunas transformaciones que tienen que ver con procesos internos de trabajo y que muchas jurisdicciones ya han hecho”
“Yo personalmente siempre entendí que en el caso de las mujeres violadas o que peligra su salud, no debían ser punibles. E incluso nuestra propuesta era que en ningún caso las madres tuvieran sanciones de prisión”