El Litoral
De un lado piden proteger a las mujeres que llegan a tomar la decisión de interrumpir el embarazo mientras que por otro ponen énfasis en la necesidad de cuidar las dos vidas: la de la mujer y la del bebé. Cuándo comienza la vida humana, eje del debate.
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La inclusión del debate sobre la despenalización del aborto en el Congreso de la Nación volvió a poner en agenda un tema que fue postergado durante mucho tiempo. Un tema que genere mucha controversia y despierta voces que están a favor y otras en contra, como suele suceder con este tipo de casos.
Por un lado, están quienes aseguran que se debe proteger la vida y la integridad de la mujer que llega a tomar la decisión de interrumpir el embarazo. Por otro, quienes afirman que se deben proteger las dos vidas: la de la mujer y la del bebé. En el medio, el ordenamiento jurídico.
“Si nosotros reconocemos que hay una vida humana desde el mismo momento de la concepción, lógicamente no podemos apoyar ningún tipo de iniciativa que pretenda ‘solucionar’ un problemática- como puede ser el embarazo no buscado- eliminando a una de esas vidas que pueda estar en conflicto. Tenemos dos personas: la madre y su hijo y si hay alguna problemática a esa situación tenemos que buscar como sociedad cómo abordar esa problemática pero con una solución justa y madura”, afirmó Eduardo Armas, miembro del grupo Autoconvocados por la Vida .
Em su rol de abogado, Armas, explicó que “desde la Reforma del año 1994, donde se incorporaron a la Constitución Nacional los tratados internacionales, está la Convención de los Derechos del Niño que establece que todo niño tiene derecho a la vida y cuando Argentina ratifica esa convención establece específicamente que hay vida desde el mismo momento de la concepción. Una vez que los tratados se incorporaron a la Constitución todo el ordenamiento jurídico se tiene que adaptar a esos tratados de Derechos Humanos”.
Planteado así, si fuese tratada y aprobada por el Congreso Nacional, y se despenalizara la práctica, todavía estaría fuera de la legislación vigente ya que no respetaría el mismo texto de la Constitución Nacional. “La ciencia es quien dice cuándo comienza la vida humana, el derecho lo que hace es reconocer ese dato biológico y darle el estatus jurídico; incluso el Código Civil también establece que la existencia humana comienza en la concepción. Es más, se establece la protección tanto de la mujer como del niño antes y después del parto. Esto quiere decir que cualquier normativa que vaya en contra de ello es inscontitucional porque choca con el texto de la Constitución y de los derechos humanos”.
“Todos hemos sido niños por nacer, comenzamos nuestra vida en el momento de la concepción. En general todos reconocen la existencia de una persona y hasta creo, personalmente, que los promotores del aborto también saben que existe una persona por eso muchas veces en los debates se trata de obviar este dato, no se habla de si es una personas o no porque eso ya está zanjado, la ciencia ya lo ha resuelto, entonces se buscan otro tipo de argumentos para dejar de lado este que es el fundamental. Si no partimos de reconocer que hay una persona humana cualquier tipo de discusión que podamos tener carece de sustento. No podemos buscar la solución a una problemática eliminando a una persona”, opinó Armas.
Quitar el dedo “señalador”
Por su parte, la periodista faminista e integrante de la Mesa Ni una Menos Santa Fe, Mariana Steckler, planteó su punto de vista y aclaró que “no se milita a favor del aborto, se milita a favor de la despenalización del aborto por eso lo que pensamos y cuestionamos es: está bien señalar con el dedo a aquella que abortó, mujer, ¿vas presa?”.
En esa línea indicó que “lo primero que pedimos es educación sexual para decidir. Estamos mandando presas a las mujeres que ya están lesionadas en su cuerpo y en la psiquis y no pedimos por una ley de educación sexual integral que se aplique y se implemente de manera correcta, no pedimos por los anticonceptivos que hoy en el país están faltando porque hay políticas a nivel nacional que redujeron drásticamente los presupuestos en este sentido”.
“Las mujeres más humildes son las que se mueren, las que se lesionan y lastiman por realizar prácticas inseguras, abortos en condiciones absolutamente desfavorables y lejanas a la sanidad”, agregó al tiempo que afirmó que “las mismas estadística hablan de un porcentaje que supera el 50 por ciento de aceptación al debate”.