El Litoral
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Enargas impulsa una “tarifa previsible” para los meses más fríos. Petroleras y distribuidores piensan en mecanismos de financiación (y en que no les baje el consumo).
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Durante 2017, en todo el país, el consumo de gas natural por redes entre los clientes residenciales bajó el 11,11%, producto del aumento de las tarifas y de un comportamiento más cuidadoso de los usuarios ante la progresiva elminación de los subsidios del Estado Nacional.
En todo el país se registraron bajas en el consumo, aunque fueron mucho menores en el sur, donde la calefacción no es parte del confort sino de las necesidades básicas.
En Santa Fe y el norte de la Provincia de Buenos Aires la baja registrada llegó al 17%, para la empresa Litoral Gas. Y lo mismo ocurrió en los dos mercados más importantes del país: las distribuidoras Metrogas (-16,8%) y GasBan (-18%).
Para el próximo invierno, productores y distribuidores piensan en algún mecanismo que permita sostener su mercado sin las interferencias del factor estacional: el frío.
Las petroleras productoras de gas y los distribuidores ensayan posibles escenarios de financiación para que los consumidores finales en los hogares no reciban los picos y los valles de su consumo reflejados en las tarifas.
En su lugar, se prorratearía -al menos en parte- el pago de los meses fríos para su pago en épocas en las que las estufan no se utilizan.
Por ahora, ambos sectores han anunciado la existencia de un “pre acuerdo” que tiene el auspicio del Ente Regulador del Gas, Enargas, que ha bautizado a la iniciativa como “Factura Previsible”.
Esquema optativo
El esquema sería optativo y permitiría a las familias financiar parcialmente las facturas del invierno durante el resto del año. Se piensa en prorrogar hasta un 25% de cada boleta. Pero -como señala un informe del sitio de internet Econo Journal- las petroleras pretenden dolarizar el saldo a financiar.
De las conversaciones son parte las principales productoras de gas: YPF, Pan American Energy (PAE), Total y Wintershall firmaron una “carta de intención no vinculante” con las empresas distribuidoras y transportistas para “amortiguar la suba de las tarifas de gas en el bolsillo de los usuarios residenciales”.
El plan es que el usuario residencial pueda postergar el pago de hasta un cuarto de lo que ha consumido en invierno durante los períodos de mayo-junio y/o de julio-agosto y pagar a partir de noviembre y diciembre o durante los primeros cuatro meses de 2018.
En econojournal.com.ar se expone un ejemplo: “Quien reciba una factura de $ 1.000 podrá pagar $ 750 y financiar los restantes $ 250 de manera tal de abonarlos recién en el verano, cuando el consumo de gas es menor. Si bien no es una tarifa plana (el ministro de Energía, Juan José Aranguren, no comulgó con la propuesta factura de Metrogas y Gas BAN), en la práctica se torna más previsble el valor de la factura porque parte de lo que del gas que se demanda en invierno se puede pagar en verano”, una suerte de “aplanamiento indirecto”.
“Restan definir algunas cuestiones centrales de la instrumentación. Las petroleras aspiran a que las distribuidoras reconozcan una tasa de interés sobre el saldo remanente que financien. En la reunión de este lunes el Enargas planteó que esa tasa de interés debe ser competitiva y menor que las que cobran los bancos en las compras de tarjeta de crédito o préstamos personales. El Gobierno quiere que el financiamiento de la factura realmente sea una alternativa económica válida para los hogares. Por eso, la discusión en torno a la tasa es clave”, agrega el informe.
Los productores de gas “quieren que el saldo remanente se dolarice al tipo de cambio de origen, es decir, al valor de la divisa norteamericana al momento de emisión de la factura. Las distribuidoras están en contra de ese pedido porque sus ingresos son en pesos. Aunque el Enargas se resguarde el rol de componedor y pretende que el acuerdo final se negocie entre privados, podría defender la postura de las distribuidoras en este último punto”.