German de los Santos | [email protected]
Por la biografía de las víctimas, ligadas a la banda de los Monos, el fiscal Malaponte sospecha que fueron sicarios. Los tres hombres asesinados fueron ejecutados dentro de un auto.
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Poco después de las 16, un Chevrolet Corsa color negro estacionó en Liniers al 2000, detrás del hospital Eva Perón, en Granadero Baigorria. Dentro del auto estaban tres hombres pesados, con espesos prontuarios sobre sus espaldas, como Ezequiel Fernández, alias Parásito, quien estaba prófugo de la justicia federal, su hermano José, y Gerardo Abregú, conocido como el abuelo. Desde hacía unos cuatro meses estaban viviendo en una casa en ese barrio, en el norte de Rosario, alejados del foco más violento del sur de la ciudad.
Mientras el sol de la tarde extendía el verano sobre abril, un VW Bora gris, con los vidrios polarizados, clavó los frenos frente al Corsa. Fueron sólo unos segundos. Antes de que las víctimas reaccionaran. Tres sicarios, armados hasta los dientes, empezaron a disparar con pistolas con cargadores largos. Los tres hombres murieron en el acto. Quedaron ensangrentados cada uno en si lugar. Dos en los asientos de adelante y uno atrás. Los tres terminaron con heridas de bala mortales en la cabeza.
El Bora salió chillando las cubiertas rumbo al norte y desapareció. Poco a poco, después de esperar unos minutos y ante el silencio que dejaron las balas, empezaron a salir de sus casas para ver el trágico escenario.
Siete asesinatos en 48 horas
Un par de horas después, el fiscal Florentino Malaponte demarcó los límites de la investigación al asegurar de que por la mecánica se trató de un crimen “por encargo”. Un rato antes, el funcionario del Ministerio Público de la Acusación se había mostrado preocupado por la escalada de violencia en Rosario. Siete homicidios en 48 horas.
Pero más allá de las estadísticas sobre asesinatos, que rompieron este año la tendencia decreciente de 2017, lo que más preocupó al fiscal fue quiénes eran los que estaban muerto dentro del auto. Por las biografías de las víctimas había certezas de que este triple crimen está ligado a las tramas más sangrientas de narcocriminalidad.
“Parásito” prófugo
Parásito Fernández estaba prófugo desde octubre pasado, cuando el titular de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), Santiago Marquevich, ordenó su captura luego de detectar a través de escuchas telefónicas que este hombre era el brazo ejecutor de los secuestros extorsivos que Máximo Ariel Cantero, alias Guille, líder de los Monos, planeaba desde la cárcel de Coronda.
La Policía Federal encontró un arsenal en la casa de su hermano Nahuel, que vive al lado de Parásito. Pistolas 9 mm, una ametralladora que había pertenecido a la Gendarmería y chalecos antibala, figuraban en la nómina de objetos incautados, lo que confirmaba que Fernández era el brazo armado de Guille Cantero.
20 disparos
Junto a Fernández, dentro del Chevrolet Corsa fueron asesinados José Fernández y Gerardo Abregú. Poco después de las 16, un auto clavó los frenos frente a un Chevrolet Corsa que estaba estacionado en Liniers al 2000, un barrio de Granadero Baigorria, ubicado detrás del hospital Eva Perón. Allí los sicarios acribillaron a los tres hombres y huyeron a toda velocidad.
“Escuchamos como 20 disparos y salimos a la calle y vimos a esas personas muertas dentro de un auto”, dijo una vecina conmocionada por la escena del crimen, que contó que las víctimas alquilaban una vivienda en la zona desde hacía unos cuatro meses.
Malaponte, de la Unidad de Homicidios Dolosos de Rosario, quien está a cargo del caso, advirtió unas horas antes su “preocupación” por el incremento de la violencia en Rosario. En las últimas 48 horas se produjeron siete asesinatos.
‘En las últimas tres semanas se viene repitiendo un número de homicidios que es un poco más elevado, que el que se venía registrando los últimos dos meses‘, sostuvo Malaponte.
Una trama narcocriminal
El triple crimen que ocurrió durante la tarde del lunes estaría ligado a la trama narcocriminal, según advirtieron los investigadores, luego de que surgieran algunos testimonios de vecinos de la zona que señalaron que en la casa donde vivían se vendería droga. Las víctimas tienen relación con la banda de Los Monos. Parásito Fernández está ligado a Máximo Ariel Cantero, alias Guille, quien la semana pasada fue condenado a 21 años de prisión por asociación ilícita y el homicidio de Diego Demarre.
* Este lunes a la madrugada un joven de 27 años falleció tras recibir un disparo en su vivienda ubicada en Palpa al 3800, en el barrio Acindar, en la zona sur de Rosario. Según el relato de su novia, el muchacho quiso impedir que dos sujetos ingresaran a robar a esa casa. Y fue en ese momento cuando uno de los asaltantes comenzó a disparar y uno de los balazos impactó en el tórax de Víctor Maidana, que falleció unas horas después en el Hospital de Emergencia Clemente Alvarez (Heca).
* El domingo a la madrugada fue asesinado de un tiro en la espalda Maximiliano Acosta, de 27 años, en Centeno y Pueyrredón, zona sur de Rosario.
* Ese mismo día se produjo un femicidio, que le costó la vida Daniela Olivera, de 31 años, quien tras participar de una fiesta su pareja la golpeó y luego la apuñaló en la zona de Sánchez de Loría al 1300 bis, en el sur. El atacante fue detenido y quedó con prisión preventiva.
* El domingo un hombre de 31 años murió tras ser baleado por su primo en medio de una discusión en una vivienda de Villa Gobernador Gálvez. Fernando Robay, de 31 años, murió de un disparo luego de que su primo terminara una pelea abriendo fuego contra su pariente.
* El viernes fue ejecutado de más de 30 balazos Alan Ezequiel Pedrasa, un joven de 21 años, que había salido de su casa para ir a la cancha de Rosario Central el jueves y nunca regresó. A su familia le llegó un mensaje que decía: ‘Andá a llevarle flores‘. El cuerpo del joven fue encontrado en camino rural de Ibarlucea, localidad vecina a Rosario, con 34 perforaciones.
* Ese día fue acribillado en el barrio La Tablada, uno de los más calientes del sur rosarino, Carlos Armanino, quien fue ultimado por dos jóvenes que se movían en una Honda Tornado negra. Desde una moto le dispararon a Armanino, quien murió de disparos en el cráneo, cuello, tórax y brazos. El tío de este muchacho, Norberto Armanino, un ex integrante de la barra de Rosario Central, fue asesinado a balazos el 11 de mayo de 2011 en esa zona.