Enrique Cruz (h)
Colón se aseguraría los 3,5 millones de euros limpios pero recién en dos años. Igual, podría quedarse con el 20 por ciento si se lo vende antes de ese tiempo.
Enrique Cruz (h)
“Al club le llegó una oferta, veremos qué pasa”. Eso lo dijo Germán Conti después del empate con River y luego de haber sido otra vez figura y de haberse emocionado hasta las lágrimas por el grito de la gente, que sonó a despedida. Y era así nomás. Había llegado una oferta y venía del mismo club, el Benfica de Portugal, que había tanteado al defensor sabalero para que ejecute la cláusula de rescisión.
A diferencia de Poblete —dicho sea de paso, se fue al descenso con su club—, “el Flaco” Conti tomó un camino diferente: si bien transitaba su último año de contrato, aceptó el ofrecimiento económico que le hizo la dirigencia de Colón y firmó una cláusula de rescisión: 3.500.000 euros limpios “de polvo y paja” para el club. ¿Qué podía pasar?, que Conti, tal cual ocurrió con Alario y River, pague la cláusula de rescisión, deje 3 millones y medio de euros limpios en la cuenta de Colón y se vaya. Pero esto, así, en forma tan tajante como lo establece el contrato que se firmó allá por octubre del año pasado no va a pasar.
El porqué lo podrá saber la gente del Benfica. Pero la oferta de compra —ya cambia y deja de ser ejecución de la cláusula de rescisión— es de 3,5 millones de euros “sucios”. ¿Qué significa?, que Benfica sólo pagaría eso y le ofrece a Colón un 20 por ciento de una futura venta o 1 millón de euros más si no se vende antes de los dos años de contrato.
Pesos más, pesos menos, Colón se alzaría con los 3,5 millones de euros limpios pero no de un solo “saque”, como se podría pensar en el caso de la ejecución de la cláusula de rescisión, sino en un plazo mayor de dos años.
¿En qué puede favorecerlo a Colón?, en que este tipo de negociaciones puede originarle un impensado ingreso futuro, como ocurrió con Alario. Es decir, abre la posibilidad de una ganancia mayor, apostando a que al jugador le vaya bien y su cotización crezca considerablemente. Pero lo bueno para el club, es que de todos modos se asegura el dinero que en su momento creyó como cotización y que fue rubricado en el contrato que se le había firmado, con expiración en el 2020 en aquella actitud del jugador que contrastó con la que en su momento había tenido Poblete y que era exactamente la misma, incluso con la promesa del propio Vignatti de transferirlo cuando llegue el final del campeonato si es que había una oferta que satisfaga los intereses de la institución.
Conocida es la capacidad e intención, permanente, de Vignatti de negociar y tratar de sacar la mejor tajada. Pero en este caso de Conti, los números son prácticamente los mismos y cambia el momento de recibir el dinero. A esto, el mismo presidente y su comisión directiva lo tienen muy en claro y entran a jugar otras cuestiones, empezando porque el actual no es la primera apertura del libro de pases en el que aparece una oferta por Conti.
El Flaco se portó bien con Colón y los dirigentes lo saben. Por eso y más allá de que las condiciones no son las mismas, hay un altísimo porcentaje de posibilidades de que finalmente se irá. Su representante ha manejado la situación y hasta se dice que Conti tiene, a la firma, un contrato por cinco temporadas con el Benfica.
Es la única oferta firme que llegó y si bien quizás no se lo admita, es muy probable que en el momento de firmar el vínculo contractual —hace poco más de medio año—, tanto Conti como Colón sabían que el nuevo mercado de pases iba a traer novedades importantes para los dos.
La firma de una cláusula de rescisión tiene un gran objetivo que es la de ponerle un piso a cualquier intento que se haga de afuera por llevarse al jugador. Se hace a favor del futbolista, pero es un resguardo que tiene el club. River, en su momento, despotricó porque se lo llevaban a Alario, pero más lo hizo por el momento (había arrancado el campeonato, se había cerrado el libro de pases y el club jugaba la Libertadores) que por la cifra en sí. Después, si la dirigencia de River ahora piensa que se tiene que poner una cláusula aún mayor, puede sostenerse a partir de aquella experiencia que, para ellos, no fue del todo buena. Pero River no tenía la totalidad del pase del jugador y sólo disponía del 60 por ciento de los derechos económicos, razón por la cual tuvo que desembolsar aquel 40 por ciento que quizás debió negociar de otra manera con Colón. Cuando se acordaron, ya era tarde.
Uno tiene la sensación que 3,5 millones de euros por un defensor que nunca se puso la camiseta de la selección, ni siquiera para jugar un amistoso, no deja de ser una muy buena cifra. Y que, llegado el caso y si se hace de la manera en que se plantea, ese 20 por ciento puede ser un “plazo fijo a excelente tasa” si se vende antes y por una cotización que evidentemente crecerá en el fútbol europeo si al “Flaco” le va bien.
La otra pregunta que queda flotando en el ambiente es por qué Benfica hace este ofrecimiento y no el de la totalidad del pase. Quizás, la respuesta esté en que no sólo busca a Conti para reforzar el plantel, sino que también se lo quiere llevar a Cristian Lema, el defensor de Belgrano que le convirtió, a Colón, el único gol del partido que sostuvieron hace algunos días en barrio Alberdi.