Juan Manuel Fernández
En Santa Fe se están logrando rendimientos, a campo y en fábrica, superiores a los esperados. Y algunos productores ya comenzaron a comercializar la fibra mediante análisis HVI, realizados en el laboratorio de APPA.
Juan Manuel Fernández
La producción algodonera santafesina cierra el ciclo 2017/18 con muy buenos rendimientos, a campo y en fábrica, y augura un incremento de la actividad para el año próximo, incluso con la posibilidad de atraer -como ya ocurrió unos años atrás- a productores del chaco.
Mientras tanto, el sector comienza a desandar un nuevo camino que podría revolucionar la comercialización de la cosecha, con herramientas que permitirán -sobre todo a los productores- una mayor independencia en la negociación de la cosecha, además de agilizar colocaciones en el exterior. Se trata de la venta de fibra mediante los análisis realizados en el flamante laboratorio HVI (“High Volume Instrument”) que la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (con el apoyo de los gobiernos nacional y provincial, a través de instituciones com INTI, INTA y UCAR, la Unidad para el Cambio Rural) instaló en el Parque Industrial de Avellaneda. A diferencia de los existentes en las industrias, este equipamiento brinda un “servicio público” al que puede acceder cualquier propietario de algodón.
Sobre la cosecha en curso, el presidente de APPA, Osvaldo Previale, la calificó como “muy buena, mejor de lo que se esperaba”, gracias a mayores rindes a los esperados en el Este (General Obligado y San Javier) y, sobre todo, por calidad de la fibra -como largo y resistencia- que arroja excelentes rendimientos industriales.
“Cuando otro años tuvimos algodones de 29/30% de rinde en desmotadora, este año tuvimos de 33/34 en cosecha stripper y hasta 38/39% con picker”, indicó a Campolitoral. Y consideró que es producto del buen trabajo realizado por el productor, particularmente en el control de picudo y manejo de altura de planta.
A campo, señaló que hubo lotes de 4.000 kilos por hectárea en el Oeste (departamento 9 de Julio) y de 2.500 en el Este. También hubo zonas con riego y fertilización que lograron hasta 3.000. Esto, matizado por un buen precio para el algodón, en torno a $ 9.000/10.000 la tonelada.
En este contexto, evaluó que el cultivo tendrá un nuevo impulso en la provincia. “La perspectiva para la siguiente campaña Santa Fe va a llegar a 120.000 hectáreas”, dijo, sobre todo porque “van a venir productore de Chaco a sembrar acá porque hay grandes extensiones”. Sería un 50% más que las 80/83.000 hectáreas de la campaña actual.
A su vez, esta cosecha es la primera que se puede analizar con el nuevo laboratorio, inaugurado en septiembre de 2017. Hasta ahora han procesado mercadería de 10 desmotadoras y el resultado es “muy positivo, la gente está muy conforme”. Aunque están utilizando el servicio, “va a costar un poquito imponerlo”.
La principal ventaja es que por HVI se tiene un diagnóstico claro de la calidad obtenida “fardo por fardo” y eso sirve para una comercialización más dinámica. Previale anticipó que una desmotadora ya realizó un negocio sólo con el análisis, a diferencia del método tradicional que demanda el envío de muestras físicas al potencial cliente. Además, unos 12 productores -más otros agrupados en desmotadoras- están utilizando el servicio. Incluso la firma Buyatti “está muestreando y vendiendo al exterior” con este sistema. “El costo hoy lo tenemos promocionado, por cada paquete de 60 muestras estamos cobrando u$s 50; equivalente a u$s 1 por fardo”, detalló.
El dirigente consideró que los actores del negocio deberán adaptarse a este cambio. Sobre todo “los corredores tradicionales del mercado, que no quieren esta innovación que beneficia al productor; quieren seguir con el método anterior porque lo hace un poco más dependiente de ellos”. Sin embargo, es un cambio indefectible porque “el mundo negocia por este sistema”.
Asimismo, la realidad también empujará el cambio. En la próxima campaña -estimó Previale- si el área nacional llega a 600/700.000 hectáreas habrá un excedente de 200.000 toneladas para exportar “y se va a tener que negociar con HVI”.
“En el mundo se hace así: con la planilla de resultado; se envía, no hay que mandar muestras para que otro clasificador las vea”. Explicó que se simplifica el trabajo y se puede enviar a varios clientes al mismo tiempo, lo que agiliza considerablemente las gestiones. “Se lo puede mostrar a tres o cuatro personas interesadas -no solamente a una, como ocurre con las muestras físicas- y esperar que conteste si le sirve o qué precio ofrece y volver a esperar otra semana para enviarlo a otro cliente”.
Antes -relató- cuando había un interesado se tenía que preparar la muestra y enviarla en colectivo hasta Buenos Aires y a veces demoraba hasta 48hs. Luego lo veía el clasificador y se lo mandaba al comprador. “Demoraba tres o cuatro días hasta que tenías una respuesta; hoy se escanea, se manda y lo tiene automáticamente; el comprador mira los parámetros HVI y decide si lo compra o no, esto puede durar 10 minutos”, sintetizó.
Al mismo tiempo, ese mismo resultado del análisis se puede distribuir entre varios clientes y “compulsar a ver quién ofrece mejores condiciones”. Antes, había que negociar con un comprador a la vez.
Si bien el sistema “está impuesto en el mundo hace 20 años”, Previale aclaró: “no estamos inventando nada”. Porque las industrias -desmotadoras o las hilanderías- tienen sus equipos, pero faltaba que esté a disposición del productor y “no se prestaba el servicio público como ahora”.