Enrique Cruz (h)
Ahora, hay que seguir dando pasos: la continuidad de algunos jugadores y la búsqueda de cuatro o cinco refuerzos que sumen para el plantel.
Enrique Cruz (h)
No había muchos rodeos para dar ni alternativas para barajar. La continuidad de Madelón era algo que se caía de maduro, pero que permanecía “atada con alambres” por una diferencia económica que ameritaba un encuentro personal del presidente Spahn con Bragarnik. Si algo intentó Spahn en todo este tiempo que lleva como presidente, es tratar de mantener los procesos. Pero algunas veces no se hizo bien. Por ejemplo, el caso de Darío Kudelka, con un proceso de dos años exitosísimo que se vio interrumpido por una situación que se descontroló de una manera inadmisible y que desembocó en un plantel desarmado, en otro plantel que se armó mal y en un descenso anunciado.
En esa intención de mantener procesos, Spahn apostó a Madelón y también salió bien. Leo se convirtió en uno de los entrenadores de mayor continuidad en el fútbol argentino, en un momento en el que Zielinski en Belgrano llevaba la delantera, imitado también por Lanús con Barros Schellotto. Junto a ellos estaba el proceso de Madelón con Unión, que se interrumpió en medio de un campeonato en el que el equipo funcionaba y seguía dando pelea.
Ese parate de medio año en el que Madelón y Unión se separaron no fue fructífero para ninguno de los dos. Madelón fracasó en Belgrano; y en Unión, se desvaneció aquella ilusión que despertó Juan Pablo Pumpido, a lo que se sumó la equivocación de traer a un Pablo Marini que jamás le pudo encontrar la vuelta al equipo; ni tampoco el equipo a él.
Volvieron a juntarse Unión y Madelón. Y para los que dicen que “segundas partes no son buenas”, acá hay que decir que “a veces hasta terceras partes son muy buenas”, porque Madelón llegó por tercera vez a dirigir a Unión y le dio otro regalo histórico: la clasificación para una copa internacional.
Se dice que el esfuerzo económico que hace Unión es muy grande para retener a Madelón. Pero también hay que admitir algunas cuestiones: 1) el presidente sabe que contrata a un técnico con espalda ancha; 2) que diluye la posibilidad de asumir un costo político si no lo mantiene; 3) que en esto de los técnicos, a veces lo barato termina saliendo caro; 4) que en la mayoría de los casos, la búsqueda de Spahn apuntó a gente conocida y de la casa. Los ejemplos sobran: Alí, Kudelka, Pumpido padre, Pumpido hijo, Madelón.
Cuando un entrenador potencia un equipo, supera plenamente los objetivos, hace debutar jugadores, los recupera a quienes están caídos y los cotiza, no sólo cumple el objetivo primario de que el equipo sume puntos y el club no sufra, sino que revaloriza el mejor patrimonio que tiene una institución, que es el de los jugadores —para ser transferidos y generar recursos genuinos e importantes— y también el de la gente, porque apoya, se siente identificada y llena la cancha.
Naturalmente, Madelón se ha dado cuenta de lo que es para Unión. Y si su trabajo es bueno —o muy bueno—, supera las expectativas y le genera dividendos económicos al club (Unión los tiene en la cotización de sus jugadores y en esta chance de incursionar internacionalmente), el peso de más que se pueda gastar en su renovación se termina multiplicando en ingresos mayores para la institución.
Unión tenía la “obligación” de arreglar con Madelón y Madelón tenía la “obligación” de arreglar con Unión. Se potencian mutuamente. Y están, las dos partes, ante una situación en la que es una excelente idea que la transiten juntos: la de jugar la Sudamericana el año que viene. Falta mucho y pueden pasar muchas cosas, porque el fútbol profesional en la histeria de este país no permite pensar con demasiada proyección de futuro. Pero en el armado de un plantel que tendrá un año de exigencia mayor, no está nada mal que se lo intente de esta manera, apostando al crecimiento con alguien que conoce a la perfección lo que tiene y lo que falta.
Fue el primer paso que dio Spahn. Ahora tiene que arreglar la continuidad de Magnín y que no se corte el proceso de inferiores ante la imprevista y sorpresiva salida de Cicotello. Pero otra cosa también: es la tercera vez que construye un proceso serio y bueno con el fútbol. Las otras dos veces, así como lo armó, se desarmó (la vez que estuvo Kudelka y el paso anterior de Madelón). En una, Unión se fue al descenso de un plumazo. En la otra, quedó atado con alambres en la tabla de promedios y tuvo que salir a rescatar a la persona que se había dejado ir unos meses antes. Tropezar dos veces con la misma piedra que no se debe repetir.
Bragarnik asesor en Salta
Bragarnik prepara su desembarco en uno de los grandes del norte: Gimnasia y Tiro de Salta. La dirigencia del club, que milita en el Federal A, estaba buscando un asesoramiento futbolístico externo para enderezar la nave rumbo al regreso a la B Nacional, categoría en la que supo conquistar ascensos a Primera en 1993 y 1997.
Ante este escenario y luego del contacto establecido desde Salta, las partes acordaron firmar un convenio de asesoramiento general para el área de fútbol. Estará a cargo del representante de Madelón y de varios jugadores del plantel de Unión.