Juan Ignacio Novak
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Llegó a los cines nacionales “los increíbles 2”, que retoma la historia de la familia superpoderosa creada por Disney y Pixar. y que sirve de pretexto para repasar las películas de animación más trascendentes de la historia.
Juan Ignacio Novak
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Cuando se estrenó en 2004, la película animada “los increíbles” generó gran suceso de público y obtuvo alta aprobación por parte de la crítica especializada. No era para menos, ya que el trabajo de Brad Bird contaba con los elementos para ser adorada por todos: una historia con gancho (la de una familia superpoderosa que tras adoptar durante años una identidad civil tras retirarse desean volver a la acción), personajes atractivos (Mr. Increíble), una montaña de guiños a los filmes de superhéroes (algunos hasta remarcaron que la cantidad de homenajes era exagerada) y un mensaje dedicado a la reflexión. Catorce años más tarde, el propio Bird escribió y dirigió una segunda parte que retoma a sus personajes “afrontando la heroica rutina diaria de una vida normal”, con un bebé y un nuevo villano en el horizonte. El estreno de este filme en la Argentina fue el pasado jueves (en otros puntos del planeta será recién en agosto) y sirve como punto de partida para repasar detalles de diez películas de dibujos animados que, desde la pionera “Blancanieves” de Disney, dejaron su impronta.
“Blancanieves y los siete enanos” (1937): Tras una profusa experimentación Walt Disney eligió el cuento popular de los Hermanos Grimm para delinear su primer largometraje y marcó un punto de inflexión para los dibujos animados. Al punto que, a fines de los ’80, fue considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” por el Congreso de los Estados Unidos. Desde entonces, el nombre de “Disney” quedó asociado en forma permanente a la fantasía.
“La bella y la bestia” (1991): La historia de base (la de una hermosa joven que redime con su amor a una bestia que es en realidad un príncipe encantado) había dado lugar a infinidad de expresiones artísticas, pero fue esta adaptación realizada por Disney la que quedó más arraigada que todas las demás en la cultura popular. y entró en la historia por ser la primera película de animación que compitió por el Oscar a la Mejor Película, diez años antes de que se cree la categoría específica.
“El rey león” (1994): Una trama shakespereana trasladada a la sabana de África. El cachorro de león Simba es el heredero del trono, pero es traicionado por su tío Scar y condenado al exilio. Cuando crece, busca recuperar su reino. A la vez divertida y emocionante, esta apuesta de Disney resultó uno de los éxitos de público más ostensibles de la historia. Tal fue su repercusión y su conversión en clásico, que en su reestreno en 3D (2012) recaudó 400 millones de dólares sólo en USA.
“Toy Story” (1995): Al promediar los ’90 Pixar produjo una revolución técnica al presentar su primer film, que se convirtió en el primero animado en su totalidad a través de efectos digitales. A través de un argumento simple pero lleno de potencialidad, que presenta a un grupo de juguetes que cobran vida para rivalizar por el cariño de su dueño. A partir de la irrupción de las mentes creativas de esta compañía, nada fue igual para el devenir de los dibujos animados.
“Shrek” (2001): Curiosamente, la primera película que obtuvo el Oscar en la categoría Mejor Largometraje de Animación (creada en 2002) no provino de Pixar ni de Disney, sino de DreamWorks. Fue un film irónico y ácido (lejanamente basado en “La bella y la bestia) sobre un ogro antisocial que se ve forzado a rescatar a una princesa para recobrar la tranquilidad en la ciénaga que habita. Para eso, contará con la ¿ayuda? de un burro.
“Monsters, Inc.” (2001): El revés de la trama. Las cosas contadas ya no desde el punto de vista del niño que teme a los monstruos, sino desde el de los monstruos que desconfían de los chicos, creyéndolos tóxicos. Se trata de una comedia con ecos del slaptick, que pone énfasis en el ritmo endiablado antes que en la verborragia. Pero cuyos creadores hicieron en estado de gracia, creando personajes con vocación de inmortalidad.
“El viaje de Chihiro” (2001): En su séptimo largometraje, Hayao Miyazaki demostró su dominio técnico y creativo. Chihiro es una niña de diez años que se interna en un mundo fantástico dominado por dioses de primera y segunda clase. No sólo fue un éxito de taquilla, sino que además fue aclamada por el público, la crítica y los propios cineastas. Andy Wachowski, director de “Matrix”, dijo de este film: “Se imprime en la imaginación y permanece allí para siempre”.
“La era de hielo” (2002): el hecho de que se haya convertido con el tiempo en una de las franquicias de dibujos animados más rentables de toda la historia del cine indica la habilidad de Chris Wedge y Carlos Saldanha (directores) cuando delinearon la primera entrega. La trama es muy sencilla: en la época glacial de la prehistoria un mamut, un perezoso gigante y un tigre deben cuidar un bebé humano que se ha perdido. los gags son excelentes al igual que los personajes y el divertimento está garantizado.
“Buscando a Nemo” (2003): Para cualquiera que haya navegado junto a Julio Verne a bordo del Nautilus, Nemo es el megalómano capitán que domó los océanos. Pero desde hace 15 años Nemo también es sinónimo de aventura y fantasía para la familia. Es que el film desarrollado por Pixar sobre un pececito que es capturado, llevado a una pecera y rescatado por sus amigos tiene todos los ingredientes necesarios para emocionar a cualquiera que la vea con el ánimo predispuesto.
“Intensamente” (2015): Interesantísima producción de Pixar, distribuida por Disney. Lo llamativo es que toda la trama se desarrolla dentro de la mente de una niña y los personajes son las cinco emociones que allí coexisten: alegría, tristeza, temor, desagrado y furia. Para desarrollar el guión, los realizadores se basaron en distintas investigaciones sobre Psicología y Neurología, para dar mayor relieve e intensidad a la historia. Lo lograron y fueron premiados con el Oscar.