- Como mamá de tres niños del colegio Inmaculada “protesto cada día por el mal manejo que tenemos todos en la vía publica: papás que estacionan en doble fila obstruyendo totalmente la circulación y niños que cruzan por cualquier lado. Para colmo, desde mi óptica, todo se vió complejizado aún mas con la remodelación del barrio sur. Se redujeron dársenas de estacionamiento, calles y veredas al mismo nivel que exponen a mayor riesgo a los niños, y en días de lluvia la zona se vuelve intransitable. La señal de tránsito de ‘No estacionar’, existe. El problema es que nadie previó dónde hacerlo...”.
- Una mamá que lleva sus dos hijos a La Salle contó que el principal problema que tienen “son las dos ciclovías que habilitaron alrededor del colegio, porque no hacen más que entorpecer el tránsito en las horas pico de entrada y salida de los alumnos, que son muchas a lo largo del día porque hay varios horarios”. Como se sabe, está prohibido para los autos circular y estacionar sobre ellas. “Es un caos y eso aporta muchísimo, lo lamento por los ciclistas, pero me parece que no corresponde instalar ciclovías atrás y adelante de un colegio porque no hay lugar para estacionar”.
- “El colegio Calvario está ubicado entre dos anchas avenidas, como Suipacha y Urquiza, que además están semaforizadas. Si bien esto ayuda a la fluidez del tránsito, son muy transitadas (incluso por colectivos) y las inconductas de muchos padres ponen en riesgo a los chicos: son habituales los cruces a mitad de cuadra y el estacionamiento en doble fila, u ocupando el lugar destinado al transporte escolar”, contó un papá. Los diferentes horarios de entrada y salida, según nivel de escolaridad, es una medida que reduce embotellamientos, pero no los evita. La infraestructura vial es buena: las avenidas se repavimentaron hace pocos meses, las sendas peatonales están bien marcadas y la escuela tiene barrera de contención.
- Una profesora de una institución educativa del barrio sur de la ciudad le contó a este medio lo que observa cada jornada: “Diariamente asisto a mi lugar de trabajo al cual concurren niños, adolescentes y adultos estudiantes y observo una gran congestión vehicular. Los autos particulares estacionan en doble fila y en la mano izquierda; los transportes escolares generalmente estacionan en doble fila y hacen descender a los niños del lado de la calle; no se respeta al peatón, ni la senda peatonal; los automovilistas no son respetuosos con las rampas para las personas con discapacidad y generalmente estacionan frente a ellas. En relación a las señales de tránsito, algunas están en mal estado y sería necesario su renovación y la incorporación de un semáforo. En muy pocas ocasiones hay inspectores, y cuando están no dirigen el tránsito, sino que labran actas”.