The Black Light Theatre, el grupo de Jirí Srnec es parte de la primera escena del teatro negro checo de los tiempos modernos y es conocido por todo el mundo. Su espectáculo de retrospectiva “Antología: Lo mejor del teatro negro”, permite “vivir la magia de la escena”. Con esta propuesta se presentarán en única función el 19 de julio próximo a las 21, en el Teatro Municipal 1º de Mayo.
El teatro negro tradicional tiene sus orígenes en China, donde las comedias se presentaron en forma de pantallas de proyección con luz de velas. El teatro negro moderno empezó en los años ’50, utilizando las nuevas tecnologías (de la época), multimedia (proyección cinematográfica, sonido, iluminación, luz negra...), combinando el teatro tradicional con la pantomima, danza, circo... El artista de vanguardia George Lafaille es considerado el fundador del teatro negro moderno. En ese momento, el teatro negro se hizo popular en Checoslovaquia a través de la obra de Jirí Srnec, quien participó como autor de espectáculos muy populares hasta el día de hoy, como el Circo Encantado de la Linterna Mágica, con más de 6.000 actuaciones bajo su dirección.
La importancia de este tipo de teatro ha sido reconocida por el presidente de la República Checa el 28 de octubre de 2011, que dio la medalla al mérito cultural y artístico, un gran reconocimiento del Estado para Jirí Srnec y su carrera.
El teatro negro de Praga, después de su creación en 1961, participó en 77 festivales internacionales de teatro y ha realizado más de 250 giras internacionales en más de 68 países.
El espectáculo “Antología: Lo mejor del teatro negro” es una retrospectiva de escenas de la historia de 53 años de teatro negro, permitiendo que el público viva el “retorno de la magia, la emoción, la imaginación y el sueño en el escenario”, como dijo la crítica del Times después de la presentación del grupo en el Teatro Real de Edimburgo en 1962.
“La fantasía es una de las mayores riquezas del ser humano y no le abandona ni con el correr de los años”. Con esta frase, Jirí Srnec, director y fundador del Teatro Negro de Praga, suele explicar por qué, años atrás, decidió sentar las bases de un nuevo género teatral en la entonces Checoslovaquia, de un teatro basado en la antigua técnica china de la cámara negra. Le atraía la posibilidad de motivar la fantasía de las personas y deseaba descubrir los amplios horizontes que abría este “juego” con la imaginación.
Han transcurrido desde entonces más de 40 años y el Teatro Negro de Praga, de Jirí Srnec, se ha convertido en una de las mejores compañías de teatro de Europa. Realizó unas 150 giras por el extranjero y se presentó en más de 40 festivales internacionales.
Su éxito fue resultado de un abnegado trabajo y el camino hacia esa meta fue largo. Y, según indica Jirí Srnec, el propio surgimiento del Teatro Negro de Praga se debió más bien a una mera casualidad.
“Las positivas reacciones del público a las primeras funciones que preparé con mis amigos fueron para mí una gran sorpresa. Porque la verdad es que comencé a estudiar escenografía y dirección del teatro titiritero en la Escuela de Arte de Praga no por querer hacer teatro, sino por no tener que cumplir el servicio militar. Entonces nada sabía yo de teatro. Durante el estudio, no obstante, muy pronto quedé verdaderamente fascinado por las posibilidades que ofrecía el teatro de títeres y fue cuando comencé a realizar mis primeros experimentos en ese terreno”, sostiene Jirí Srnec.