Un impactante accidente se produjo este fin de semana en la Pro Mazda, una categoría de monoplazas que depende de la Indy Car estadounidense y que sirve para dar experiencia y promocionar a jóvenes pilotos.
Un impactante accidente se produjo este fin de semana en la Pro Mazda, una categoría de monoplazas que depende de la Indy Car estadounidense y que sirve para dar experiencia y promocionar a jóvenes pilotos.
El siniestro se produjo en el circuito callejero de Toronto (Canadá) e involucró al piloto inglés Harrison Scott, de 22 años y representante del RP Motorsport, quien a pesar del violento impacto (su auto literalmente salió volando) no sufrió consecuencias graves.
El corredor dijo que fue encerrado por otro auto y a partir de ahí se inició la espectacular secuencia: su auto chocó lateralmente con otro vehículo, perdió grip y siguió su veloz carrera hasta impactar con la parte trasera de otro coche (todos venían frenando porque había una curva muy cerrada), ahí el auto de Scott tomó vuelo y salió disparado, voló varios metros, y aterrizó totalmente volcado, es decir, con las cuatro ruedas hacia arriba. “En ese momento (cuando iba a impactar contra el asfalto) veía de frente el piso y recuerdo como se me vino encima de mi cabeza. No fue nada lindo”, dijo luego el piloto, quien solo tuvo que lamentar un golpe en una mano, aunque reconoció que incluso más de una hora después del hecho “mi corazón todavía latía muy fuerte”.
“Todo en el auto está roto, excepto la célula de seguridad, que es donde vamos sentados y que es la principal protección que tenemos”, reconoció luego Scott, quien en la actual temporada sobre 10 carreras consiguió dos victorias y terminó cinco veces en los primeros cinco lugares.