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La Sociedad de Beneficencia del efector invirtió cerca de un millón de pesos en esta iniciativa, que incluyó el arreglo de las habitaciones y los baños del área de Neurocirugía.
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Esta semana quedó inaugurada la renovada sala de Neurocirugía del Hospital Cullen. El acto estuvo encabezado por el director del efector, Dr. Juan Pablo Poletti; Cristina Prono, presidenta de la Sociedad de Beneficencia del hospital; y Jorge Morere, jefe del servicio de Neurología.
El primero en tomar la palabra fue Poletti. “Así como muchas veces tenemos que estar hablando con la prensa por hechos violentos, cuando hay buenas noticias también nos gusta que esté para poder divulgar la información”, planteó el director.
También dijo que “es muy relevante poder brindarle a la comunidad este arreglo a una sala tan importante, como la de Neurocirugía, que abarca, entre otras cosas, los traumatismos neuroquirúrgicos que suceden en accidentes de tránsitos o heridos de armas de fuego”. Poletti le agradeció a la Sociedad de Beneficencia que financió toda la obra
A su turno, Prono, presidenta de la Sociedad de Beneficencia del Cullen, destacó el trabajo en conjunto: “Desde siempre trabajamos constantemente en forma mancomunada con la dirección del hospital y el Consejo de Administración, y juntos vamos resolviendo los pasos a seguir. Contamos con su apoyo y ellos, con nuestra tarea”.
“Después de otras obras, ahora le correspondía al Servicio de Neurocirugía, que en realidad para nosotros es toda una refuncionalización del mismo. Se compraron 19 camas eléctricas, hubo arreglo de habitaciones, baños y pintura, lo que significó una inversión cercana al millón de pesos, que para nosotros son realmente palabras mayores” aseguró Prono, quien agregó que “la Sociedad de Beneficencia trabaja con mucho esfuerzo y dedicación, y gracias a eso vamos logrando pequeñas cosas. La idea es seguir adelante, en lo posible, con otros servicios”.
Por último, Morere, referente del servicio de Neurología, aseguró que el personal esta muy contento al poder contar con camas eléctricas para los postoperatorios, que se pueden adaptar al paciente neuroquirúrgico, al que está en coma o fracturado. “Es decir, sumamos elementos que facilitan mucho el trabajo. Seguimos sumando para poder trabajar cada vez en mejores condiciones”, concluyó.