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Son de polietileno de alta densidad, un material resistente y que no se oxida. El municipio tiene previsto comenzar a instalarlos este semana en el tramo que va del faro al Puente Colgante.
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Los nuevos cestos que está utilizando el municipio —de color gris y de polietileno de alta densidad— se van a comenzar a colocar esta semana en la costanera oeste, en el sector que va del faro al Puente Colgante. En ese tramo ahora no hay cestos: los anteriores se rompieron, oxidaron y también fueron vandalizados.
“En la vereda que está del lado de la laguna tenemos previsto colocar 6 cestos y del lado del cantero central unos 12. Ya se colocaron los parantes y la instalación empezaría entre el jueves y el viernes de esta semana. Los que estaban, que eran de chapa, se pudrieron todos”, reconoció Mariano Cejas, secretario de Ambiente y Espacios Públicos de la Municipalidad, en una entrevista con El Litoral.
Habrá que ver si esta cantidad de cestos es suficiente para un sector de alta circulación peatonal y que concentra mucha gente los sábados y domingos a la tarde (quienes limpian la zona cada mañana, creen que se necesita —como mínimo— el doble en este tramo).
El municipio comenzó a utilizar este tipo de cestos, para reemplazar los amarillos —que eran metálicos— en mayo de este año. Están fabricados con polietileno de alta densidad, un material plástico que tiene la ventaja de que se puede reciclar y no se oxida. Este modelo de papelera, incluso, se puede producir con polietileno de origen vegetal, que proviene, por ejemplo, del procesamiento de la caña de azúcar (la otra fuente, la más utilizada todavía, es la materia prima que proviene de la industria petroquímica).
Al destacar los puntos fuertes de esta tecnología, los fabricantes, en este caso un grupo de origen francés (Plastic Omnium) que tiene plantas de producción en las localidades de San Martín y Pilar (en la provincia de Buenos Aires), ponen el foco en que los cestos sean lo más “antivandálicos” posible.
Tienen un rallado vertical para “complicar” que peguen adhesivos y hagan “pintadas”, una boca de entrada limitada para evitar la entrada de residuos voluminoso y también son resistentes a golpes y deformaciones, al menos hasta cierto punto. La costanera santafesina, que viene demostrando ser un ambiente hostil para los cestos, va a probar a fondo la capacidad de resistencia. Además cuentan con una cerradura especial para que no pueda ser manipulados por personal ajeno al servicio de recolección.
Los cestos se pueden colocar en postes ya existentes, como faroles de iluminación o semáforos, o en su propio soporte, que es de material plástico pero con “un alma metálica” para hacerlo más resistente.
En el centro de la tapa, también hay un espacio para insertar en relieve el escudo de la ciudad, si lo requiere el municipio.
Relevamiento
Cejas le contó a El Litoral que se está realizando un relevamiento —en conjunto con estudiantes universitarios— para analizar en qué lugares es conveniente colocar cestos que permitan separar los residuos (entre orgánicos y materiales secos, como envases, plásticos y vidrios, entre otros).
En la Plaza Alberdi ya hay cestos instalados para diferenciar la basura y funcionan “bastante bien”, según el municipio. Es una buena idea para la costanera, porque en algunos puntos —por ejemplo, cerca del faro— la gente se reúne a comer y tomar mate junto a la laguna, y se acumulan muchos residuos orgánicos.