Flores para provocar

Juan Ignacio Novak
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La Sala Marechal del Teatro Municipal (San Martín 2020) es el espacio elegido por los realizadores de la obra teatral “Nenúfares, un espectáculo puto”, para las próximas funciones, que tendrán lugar los días vienes 7 y sábado 8, a las 21, y domingo 9, a las 20. Se trata de una puesta en escena inspirada en el mundo creativo del historietista, escritor, dramaturgo y actor Raúl Damonte Botana, conocido como Copi (1939-1987).

“Nenúfares” no sólo fue el espectáculo ganador de la Fiesta Provincial del Teatro de 2017, sino tuvo presentaciones en todo el país y también resultó seleccionado dentro del programa Escena Santafesina que promueve la provincia para concretar una gira regional que incluirá como destinos las localidades de Esperanza, Humboltd, Rafaela, San Justo y San Jorge.

En la previa a las presentaciones en la sala experimental del coliseo santafesino, el director general de la obra, Pablo Tibalt, realizó un balance del año y medio que llevan en los escenarios. “Todo este recorrido creo que ha potenciado en el espectáculo el humor y la emoción, dos condimentos centrales”, apuntó primero. “El hecho de que haya ganado en humor, juego, diversión y profundidad responde a que en el recorrido también crecimos mucho como equipo de trabajo”, añadió.

—La obra marcó el año pasado el regreso de Edgardo Dib a la escena santafesina como actor ¿Cómo fue esa vivencia para el grupo?

—Una fiesta, cada función con Edgardo es una celebración de su talento, de su entrega para con el espectáculo, del cuidado por el producto, por el equipo. Aprendemos en cada presentación y disfrutamos mucho al trabajar con él. Es un honor poder invitar al público a regocijarse de una actuación magistral con la que él realiza al personaje de la madre.

—En la puesta, apelan a la improvisación y al juego de los actores ¿No hay un riesgo ahí? ¿Cómo se da ese juego función tras función?

—Tiene que ver en parte con este plus de humor con el que “Nenúfares” vuelve a los escenarios de la ciudad. Al conocernos más como compañeros en la escena podemos reaccionar mejor, más rápido, de modo más creativo y eso siempre funciona. Lo imprevisto enriquece el espectáculo y el público por momentos no puede creer “algunas salidas”. Riesgo siempre hay en ello, pero el teatro es riesgo casi permanentemente y mucho más el teatro independiente.

Juego y provocación

—Cuando dicen que llevaron adelante una dramaturgia de fragmento y mezcla ¿A qué se refieren? ¿Cómo se traduce eso en escena?

—Es un texto que está escrito desde el ensamble de diferentes dramaturgias, autores y tipos de texto. Citas a Copi, textos de Sergio Abbate, textos míos e historietas. Por suerte, estos orígenes diversos aparecen para el espectador de un modo imperceptible y el fragmento es para el público un juego que lo invita a viajar en el tiempo, escenas del pasado, del futuro y allí vamos todos girando, girando...

—Construyeron el espectáculo sobre la base de los elementos centrales del imaginario copiano, ¿cuáles son?

—Son diversos elementos, son emociones, circunstancias, posiciones políticas, como por ejemplo el desparpajo, la provocación, la nostalgia, el trastrocamiento de los sexos, el exilio, algunas faltas al respeto del lenguaje. Elementos éstos y algunos otros que seleccionamos por su coincidencia con lo que necesitábamos expresar, contar con parte de nuestras propias vidas.

—La sola mención al subtítulo que eligieron (“un espectáculo puto”) sugiere una idea de provocación ¿Eso proviene de los textos originales o es una cualidad que añadieron ustedes?

—En los textos originales no está esa palabra explícitamente. Nosotros decidimos usarla como provocación, como juego, como modo de remarcar, subrayar varios condimentos que el espectáculo tiene.

Equipo

El elenco está integrado por el actor cordobés Gerardo Casas y los santafesinos, Edgardo Dib, Lucas Ruscitti y Pablo Tibalt. La puesta escena es de Edgardo Dib y Pablo Tibalt, quien también es el director general, asistido por Daniel Acosta y Leilen Bouchet. Completan el grupo Osvaldo Pettinari en el diseño y la realización del vestuario y Leonardo Gregoret como fotógrafo. A su vez, Ruscitti realiza y diseña el maquillaje, Tibalt llevó a cabo el diseño del espacio escénico y los objetos, la selección musical es de Sergio Abbate, Dib y Tibalt y el diseño de iluminación de los dos últimos.