Los sábados 8, 15, 22 y 29 de septiembre desde las 21.30 la obra teatral “La Biunda” realizará una nueva temporada, esta vez en el Teatro de la Abadía (Estanislao Zeballos 3074). Dirigida por Marina Vázquez y María Flavia del Rosso, el elenco lo integran Nidia Casís, Maia Esquivel, Eduardo Fessia, Melisa Medina y Sebastián Roulet. Obtuvo el primer puesto en la 33ª edición de la Fiesta Provincial del Teatro 2018, donde obtuvieron menciones especiales las actuaciones de Casís, Esquivel y Fessia. Representó a su vez a la provincia de Santa Fe en la Fiesta Nacional del Teatro realizada en Rosario en mayo y fue reconocida en el Programa Escena Santafesina.
A un año de su estreno y a punto de comenzar con otra tanda de funciones, las directoras de la puesta indicaron que el balance del camino recorrido hasta ahora es “más que positivo, debido a la respuesta del público, de la crítica, y a los reconocimientos obtenidos”. Para Vázquez y Del Rosso, “la respuesta del público ha sido muy gratificante, ya que personas de diversas edades ingresan en el presente de la obra, desde su propio imaginario y memoria familiar”. Ambas coincidieron en que la intención es que el público se sienta “parte integrante de esa historia envuelta en ese aire trágico, pero a la vez bellamente poético”, como sostiene el director teatral Carlos Alberto Werlen.
—¿Por qué eligieron, en su momento, la obra de Carlos Carlino?
—“La Biunda” es una obra de 1952 que no sorprende por su temática: inmigración piamontesa, campo santafesino, 1910. Mientras el mundo adulto avanza por el camino de una prosperidad sin límites, de una abundancia siempre creciente, de una acumulación constante de bienes materiales, la joven Biunda se abre a su deseo. En una comunidad apuntalada en los mandatos ancestrales, los personajes son víctimas de un orden que los trasciende, ante el cual no existen posibilidades de fuga. En este contexto, el cuerpo es para Biunda el único lugar posible para inscribir su disenso. La obra nos plantea una serie de interrogantes sobre las tensiones entre la autonomía del sujeto deseante y un orden clausurado que condiciona sus posibilidades de inscripción en una trama vincular. En consonancia con Carlino, nuestra propuesta intenta una mirada crítica sobre el imaginario femenino de esa época y sociedad. “Habla de temas tabú, hoy todavía no zanjados” como señala Adriana Crolla en “La Biunda, o de la sonora levedad de la mujer en tierras gringas”. Procuramos interpelar a públicos diversos sobre cuestiones aún candentes que hacen a las imposiciones y prohibiciones vinculadas con la socialización de género en un contexto patriarcal. Como escribió Roberto Schneider, “las pasiones se cruzan y generan los discursos de toda una época, que hoy adquieren inusitada vigencia”.
—¿Cómo fue el proceso de trabajo previo al estreno y cómo siguió durante este año?
—Desde la propuesta inicial de un grupo de actrices para llevar adelante una obra con dirección de Marina Vázquez, hasta el estreno de “La Biunda”, el grupo recorrió diversas etapas. Se sucedieron la incorporación de María Flavia del Rosso en el aprestamiento corporal, y de Eduardo Fessia en la preparación vocal y musical de los intérpretes, conformándose un elenco de tres actrices y dos actores que cuentan la historia. Los ensayos previos al estreno se extendieron a lo largo de un año y medio. Desde entonces, ya llevamos más de veinte funciones, por lo que la obra está consolidada y, actualmente, nos preparamos para su reestreno en el Teatro de la Abadía. También procuramos ampliar la llegada a distintos públicos a través de la gira regional y eventual gira nacional, y la colocación de paquetes de entradas promocionales para estudiantes de institutos terciarios y universitarios a través de la productora Rosana Balbuena.
—En la propuesta, mezclan elementos del sainete, del grotesco criollo, del melodrama y de la tragedia ¿De qué modo y a través de qué recursos escénicos se fueron incorporando a la puesta?
—Estos registros teatrales ya están presentes en la dramaturgia de Carlino, y la puesta en escena responde a ellos con naturalidad. Carlino nació en 1910 en Oliveros, vivió su infancia en Maciel y su adolescencia en Rosario. Su trabajo juvenil en la empresa familiar de acopio cerealero le permitió un habitual contacto con el hombre de campo, fuente de inspiración para su obra poética y teatral. “La Biunda” es una tragedia escrita por su autor en clave argentina, es decir: apelando al sainete, al grotesco criollo y al melodrama.
—En la puesta, se incorporan “huellas biográficas de actores y actrices en los personajes” ¿Cómo se dio este aporte por parte del elenco?
—Con enfoque lúdico/antropológico, la dramaturgia se constituye apelando a la ancestralidad tanto del mundo representado como de los registros actorales, convocados por Carlino en su material y desplegados por la puesta con naturalidad. Los registros teatrales desplegados por el autor, se combinan, en nuestra propuesta, con la metonimia visual, el extrañamiento gestual, las antiguas canciones piamontesas, y la inscripción de huellas biográficas de actores y actrices en los personajes. Son recursos que nos permitieron despegar la obra de un costumbrismo plano para llevarla a una cuestión más poética, metafórica y que no quede en la anécdota. Como por ejemplo aquella direccionalidad de la mirada que se da hacia un lugar que en realidad es otro en el espacio de la escena.