Mónica Ritacca | [email protected]
Videos y edición: Astrid Galetti
Ricardo Gioielli y Vicenta Guccione tienen cien años cada uno y están juntos desde hace 68 años. Nacieron en 1918, año en el que también su fundó El Litoral.
Mónica Ritacca | [email protected]
Videos y edición: Astrid Galetti
La historia de Vicenta y Ricardo tiene un nuevo capítulo. Es que el sábado 15 de septiembre, él cumplió 100 años y alcanzó en edad a su amada esposa. Con ello, se convirtieron en un matrimonio -seguramente de los muy pocos- que llega juntos al centenario de vida de ambos.
A las 11 de la mañana del martes 18 de septiembre, como estaba pautado, Ricardo Gioielli abrió la puerta de su casa y recibió al equipo de El Litoral como todo buen anfitrión. Propio de su forma de ser, bromeó con que no era él el hombre de cien años a quien se buscaba para la entrevista sino otra persona. Y es que realmente Ricardo no aparenta la edad que tiene. Su estado físico, su presencia pero sobre todo su espíritu lo hacen un hombre mucho más joven. De hecho no usa bastón y anda en colectivo por toda la ciudad.
Seis meses atrás
No es la primera vez que don Gioielli sale en las páginas de El Litoral. En abril también lo hacía, pero en el marco del cumpleaños número 100 de Vicenta, su adorada esposa y con quien pronto festejará 70 años de matrimonio. Por entonces, Ricardo había manifestado su deseo de salir en El Litoral cuando también cumpliera los cien. Y obviamente su deseo se hizo realidad.
—¿Por qué querés salir en El Litoral, Ricardo?
—Porque el diario El Litoral es muy importante para mí. Es infaltable en casa desde que soy chico. Cuando yo tenia 7 años, me acuerdo ir por calle San Martín con mi papá, entre Corrientes y Juan de Garay. Había una casa con el frente viejo, que era El Litoral.
El diario me trae muchos recuerdos de la infancia. Imaginate que crecí con él; siempre estaba en la mesa. Lo mismo pasaba en la casa de Vicenta, o sea que los dos crecimos con El Litoral como parte de la familia. Para los dos es muy importante el diario. Y poder salir en él, un hermoso regalo.
—¿Cómo pasaste tu cumpleaños?
—Hermoso. Me hicieron una reunión en club Quillá, donde me junté con familiares y amigos que no veía hacía años. Fue muy emocionante. Entre los presentes, estuvieron sus tres hijos y algunos de sus 11 nietos y 7 bisnietos.
Infancia dura
Ricardo es hijo de inmigrantes italianos. Es el menor de 7 hermanos -4 varones y 3 mujeres-. “Mi padre se vino a este país porque en Italia venia la guerra. Ya estaba casado con mi madre y tenían a mi hermano mayor, Nicolás. Anduvo por Buenos Aires, La Pampa, de nuevo Buenos Aires y luego Santa Fe, donde decidió quedarse. Recién pasados los seis años de estar acá pudo traerse a mi madre, con mi hermano Nicolás”, cuenta Ricardo como si a la historia se la hubiesen narrado ayer.
Y agrega: “Mi vida fue siempre una lucha. Tuve que trabajar desde muy chico, a los 14 años, porque mi padre enfermó de Reuma y tuvo que vender la zapatería que tenía. Tengo recuerdos de verlo postrado en una cama y del llanto de mi mamá cuando le di mi primer sueldo de 30 pesos. No me olvido más de lo que me dijo ese día: el hijo más chico trae el pan a mi casa. No tenía consuelo”.
Pasados los años, Ricardo entró a trabajar en Bagley. Cuenta que entró en el puesto más modesto que había y a los dos años ya llevaba el manojo de llaves de la compañía en el cinturón, incluso el de “la caja de hierro”. Era un empleado ejemplar, comprometido con su trabajo porque era el sustento familiar. De hecho, a la hora de jubilarse lo despidieron con honores.Para Ricardo y Vicenta llegar a los cien años, juntos a la par como dice una canción, es un regalo de Dios. Ahora, aguardan la llegada de los 101 de la misma manera. “Yo estoy más cerca porque cumplo en abril”, bromeó Vicenta.
Resta decir que tanto Vicenta como Ricardo nacieron en 1918, año en el que también se fundó El Litoral. Verlos a ellos es traer al presente aquella primera edición del diario y entender que cuando algo se hace con el corazón, por más que pasen los años y las generaciones, dura para siempre; como la historia de amor de Ricardo Gioielli y Vicenta Guccione.