Enrique Cruz (h) | (Enviado Especial a Barranquilla, Colombia)
El colombiano Giovanni Hernández hizo saltar la térmica con su llegada a Colón de la mano de los mismos dirigentes que hoy gobiernan el club. Años después, descolló en Junior y lo llevó a ganar una de sus siete coronas. Pero lo notable es lo del actual DT: Julio Comesaña dirigió a Junior en ¡ocho ocasiones! Si Ferguson hizo historia por su continuidad, éste la hace por la gran cantidad de veces que fue buscado.
Enrique Cruz (h) | (Enviado Especial a Barranquilla, Colombia)
A fines de febrero de 1971, Colón daba sus primeros pasos en el Metropolitano, de la mano del inolvidable “Vasco” Urriolabeitia y con jugadores que dejaron una huella como la “Chiva” Di Meola, Alberto Pompeo Tardivo, Gustavo Ripke, José Luis Mottura y “Velorio” Drago en el arco. En ese mismo momento, Junior estaba disputando su primer partido de Copa Libertadores y Raúl Peñaranda marcaba el primer gol en un historial que luego se hizo muy rico y largo en intervenciones internacionales.
Hay un nombre en común, el de un hombre que ha dejado una huella en los dos clubes. Es Giovanni Hernández, aquel habilidoso y talentoso enganche que llegó a Colón en el 2003 después de ingentes esfuerzos y gestiones de hombres que hoy siguen en el club, como es el caso de José Vignatti —principal actor—, Patricio Fleming y Horacio Darrás. Años después, cuando ya el paso de Giovanni por Colón y los 124 partidos que tuvo con la rojinegra eran historia, llegó al Junior para salvar al equipo del descenso y llevarlo de la mano a la obtención de lo que, en ese entonces (año 2010), era el sexto título de campeón de la historia.
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Denominado “El Príncipe Rojiblanco”, Giovanni se ganó la admiración de los hinchas del Junior y mandó rápidamente al olvido aquella mala fama que se le hacía, en Colombia, de “pecho frío”. Dueño de un gran talento, fue considerado el sucesor del pibe Valderrama, aquel de la melena rubia y enrulada, que tenía un andar pausado pero “comprador” y desequilibrante. Giovanni Hernández fue de esos jugadores que ya no vienen, esos enganches que ya están en vías de extinción. Su parecido con Alan Ruiz hay que buscarlo por la posición en la que mejor se sienten y más cómodo juegan. Con Giovanni, salvo alguna excepción, Colón se paraba 4-3-1-2. No había otra manera de jugar que no sea así, porque Giovanni aparecía en escena cuando el equipo tenía la pelota. Ninguno de los entrenadores que tuvo en Colón, si la memoria no falla, lo puso en otro lugar que no fuera de enganche o media punta. Difícilmente se pueda encontrar algún partido en el que Giovanni juegue de carrilero. Al igual que Alan Ruiz, muchas veces retrocedía para buscar la pelota si es que ésta no le llegaba. Pero él y sus compañeros sabían que debía jugar más arriba, ganándole las espaldas a los volantes rivales y ubicándose lo más cerca posible del área y enfrentando a los delanteros adversarios.
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No fue muy clara su salida de Colón. A principios de 2007 se fue a Chile y comenzó a entrenar con Colo Colo. “Es un asunto muy personal, muy íntimo y sobre eso no voy a decir una sola palabra. Los dirigentes de Colón saben cuáles son mis razones. Si ellos quieren hacerlo público, es asunto de ellos. No se trata de incumplimiento de contrato. Nada de eso. En ese sentido no hay problemas. Son otros asuntos, de los que le reitero, no quiero hablar públicamente. Pero está claro que no regreso”, fue lo que dijo Giovanni en aquella oportunidad. Jugó un año allí y luego llegó el momento de desparramar su talento en el Junior, club en el que jugó 203 partidos y marcó 52 goles. Ese promedio, el de un gol cada cuatro partidos, superó con amplitud al que tuvo en Colón, donde convirtió, en promedio, uno cada nueve encuentros. En 2011, la Justicia argentina lo procesó por evasión fiscal.
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Julio Avelino Comesaña, el entrenador de Junior, es uruguayo y no es la primera vez que lo dirige. ¡Ésta es la octava vez que es contratado!, lo cual debe constituir todo un récord. La primera fue en el 91. Y después volvió al club desde el 92 al 94, en el 97, en el 2002, en el 2008 hasta el 2009, en el 2014 y ahora, logrando uno de los títulos de campeón, de los 7 que cosecha el club a lo largo de su historia. Aparecen varios entrenadores argentinos en la lista de entrenadores, como la Bruja Verón (padre), José Varacka, Miguel Ángel López, Salvador Capitano, Carlos Ischia y Roberto Marcos Saporiti, entre otros, pero ninguno que haya coincidido con Colón, como sí ocurre con Giovanni Hernández, uno de los futbolistas en común que tuvieron ambas instituciones.
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El estadio Metropolitano de Barranquilla, parecido en su fisonomía al Morumbí de San Pablo, lleva el nombre de Roberto Meléndez. Y precisamente, el primer técnico que tuvo Junior en la era profesional, en 1948, fue Roberto Meléndez, que lo llevó en forma directa a obtener el primer subcampeonato. El primer título de campeón lo logró en 1977, con tres argentinos en el plantel: Juan Ramón Verón (el padre de la Brujita), Eduardo Solari y el arquero Juan Carlos Delménico, que en la Argentina atajó en Newell‘s, Rosario Central, River, Quilmes e Instituto, entre otros equipos.
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Muchos hinchas de Colón llegaron a la zona y el miércoles, naturalmente, estarán desde muy temprano en la inmensidad del Metropolitano de Barranquilla. Por ejemplo, algunos eligieron la bellísima Cartagena, la tierra de Gabriel García Márquez y en la que vivió hasta su muerte el inolvidable Rodrigo Valdez, el último gran rival que tuvo Carlos Monzón durante su carrera profesional. Otros anduvieron por Santa Marta o hicieron la inevitable excursión por la Isla Baru. O la harán, si se quedan en esta hermosa zona del Caribe en la que gobiernan las altas temperaturas durante casi todo el año, distanciándose, por ejemplo, de una Bogotá en la que se notan más los altibajos climáticos en el año.
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Hablando del Metropolitano de Barranquilla, es otro de los escenarios sudamericanos en los que Colón jugará por primera vez. Quizás no haya que ponerlo a la altura de otros que son emblemáticos, como por ejemplo el Nacional de Santiago de Chile (donde el club tuvo su bautismo internacional aquella noche del partido ante la U de Chile por la Conmebol, con el debut de Silvio Azoge), el Morumbí, el Nacional de Lima (la noche del golazo del Loco Sandoval) o el Defensores del Chaco (cuando Burtovoy se vistió de héroe en la definición por penales). Pero es un estadio que tiene lo suyo y en el que la Selección colombiana ha jugado la mayor cantidad de partidos internacionales en las últimas décadas. ¿Qué le falta?, obviamente que varios, pero quizás el Centenario de Montevideo y el Maracaná de Río de Janeiro son los que se presentan como más atractivos, si de historia, leyenda y mito se habla. “No te olvides del Hernando Siles de La Paz”, apunta un amigo... El Hernando Siles tiene lo suyo, más que nada, por la exigencia y rigurosidad de jugar en la altura. Pero convengamos que no se escribieron allí esas mismas páginas de historia que, por ejemplo, supieron otros escenarios emblemáticos de esta parte del mundo.