El Litoral
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“Dos ‘barras’ se subieron al micro después del partido, se dirigieron hacia mí y me ‘sugirieron’ que me vaya del club”. Así de contundente fue el santafesino Ricardo Pancaldo, quien dejó la conducción técnica de Racing de Córdoba, después de sacar sólo un punto en los 6 partidos que dirigió, aunque más allá del aspecto deportivo, lo verdaderamente repudiable fue la manera en que lo llevaron a tomar la decisión.
“Yo ya había hablado con el presidente del club y le había dicho que hasta acá llegaba”, señaló Pancaldo en diálogo con El Litoral, quien se alejó del club después de haber caído ante Estudiantes de Río Cuarto, puntero del certamen.
Racing de Córdoba, otrora un grande y que fue subcampeón del Nacional de 1980 de la mano de Alfio Basile, atraviesa además por un fuerte conflicto interno producto de las peleas entre el presidente y uno de los vice.
Pancaldo se hizo cargo del equipo en la segunda fecha, sin haber traído los refuerzos ni tampoco con la posibilidad de haber preparado al mismo en la pretemporada.
“El fútbol es el fiel reflejo de lo que sucede en el país”, comentó Pancaldo en diálogo con este diario. “Lamentablemente, es un mal generalizado, saben adónde vas, cómo te movés, te aprietan, te amenazan...”, dijo el santafesino.
Antes de la apretada a Pancaldo, los barras que fueron a Río Cuarto -partido en el que no había visitantes- también “conversaron” con dos integrantes del plantel que habían llegado en carácter de refuerzos. Uno de ellos fue el “Pitu” Cejas, ex Unión.
Más allá de que los resultados fueron tremendamente flojos, la realidad indica que Pancaldo terminó siendo víctima de los desatinos dirigenciales, sin proyecto serio, sin planificación y con objetivos que se caen estrepitosamente. Lo ocurrido es una prueba evidente, teniendo en cuenta que se hizo la pretemporada y se armó el equipo con un entrenador que se fue cuando empezaba el torneo. Pancaldo no pudo ni siquiera elaborar el diagnóstico y se encontró con algo que ya estaba armado, en algunos casos con muchas carencias que se notaron en el rendimiento del equipo. Después, los resultados más las presiones externas fueron suficientes para que se le ponga punto final al proceso, que duró muy poco tiempo.