Roberto Schneider
Durante cinco días se concretaron más de 70 actividades en salas oficiales y en espacios no convencionales de Córdoba capital, de las cuales más de 20 tuvieron lugar en localidades y parajes del interior provincial.
Roberto Schneider
El teatro es una manifestación importante de la sociedad y de su autoconciencia. Revela y forma, canaliza y provoca. Propone modelos, educa y brinda placer estético. La Agencia Córdoba Cultura a través del Teatro Real organizó recientemente la 9a. Edición del Festival Internacional de Teatro para Niños y Jóvenes. Durante cinco días se concretaron más de 70 actividades en salas oficiales y en espacios no convencionales de Córdoba capital, de las cuales más de 20 tuvieron lugar en localidades y parajes del interior provincial. Miles de espectadores presenciaron y aplaudieron las propuestas cordobesas, nacionales y de países como Italia, Francia, Brasil y México. Todas inteligentes, todas pensando en los chicos y en los jóvenes no como tontos sino como protagonistas destinatarios de lenguajes estéticos contemporáneos, creativos e inteligentes.
Los argentinos estamos transitando tiempos difíciles, en muchos casos sumamente preocupantes. Hemos avanzado en la construcción de la democracia, pero no podemos hacerlo en la conquista de la estabilidad económica. Se hace necesario el debate acerca del diseño de sociedad que queremos seguir construyendo. Y así el tema de la cultura -y el teatro forma parte de ella, qué duda cabe- configura una dimensión definitoria. Porque ¿qué sentido y qué futuro tiene cualquier proyecto de sociedad, político y económico, sin el sustento de una cultura que le sirva de sólido cimiento? De tal forma celebramos la decisión de continuar con un festival de teatro que tenga en cuenta a los chicos y a los jóvenes. Son ellos el futuro (aunque suene como una frase hecha). Incuestionablemente. Y, en tal sentido, chapeau.
Con precisa inteligencia, Raúl Sansica, el director del festival, sostuvo que el de Córdoba es un encuentro que tiene la característica de sus destinatarios: crecer. “Cuando decimos crecer, no lo pensamos en términos de tamaño. Crecer implica una dimensión dinámica, profundamente contemporánea. Los niños y jóvenes imponen la obligación de actualizarnos y hacerlo al ritmo que imponen los cambios generacionales. En este proceso de transformaciones, vemos con grata sorpresa el desarrollo de propuestas destinadas a la primera infancia, que indagan sobre aquellas maravillosas manifestaciones propias de esa etapa, transportando a grandes y bebés al estado esencial de nuestra naturaleza sensorial y estética; propuestas que cautivan porque apuestan al juego como estructura renovada, y propuestas que se hacen eco de las inquietudes tecnológicas de los jóvenes tratando temáticas que son de su interés”.
La fuerza de los vínculos
Los cordobeses continúan creciendo en profundidad y, en cuanto a este emblemático festival, también territorialmente, como se lo propusieron desde hace varios años, porque siguen ampliando los lugares que reciben al festival. Sansica pone de relieve que este año suman más de 30 los destinos que tuvieron acceso a las obras programadas. Recorrer la provincia en todos sus puntos cardinales y paisajes culturales continúa siendo primordial en el diseño de esta edición ya concluida. “Y así creciendo en espacio y tiempo, descubrimos con agrado -enfatiza con inteligencia Sansica- que los hacedores de teatro para niños y jóvenes conservan intacta la curiosidad de la exploración, mientras van abandonando lentamente la presunción de enseñar. Aparece aquí la idea del vínculo. Espectadores que son un universo de experiencias que aportan en simultáneo a lo que reciben y exigen desarrollar una escucha atenta. Lo dramatúrgico amplía sus horizontes para crecer al ritmo de una construcción conjunta que produce un hecho artístico profundo”.
Categóricamente sostenemos entonces que toda transformación profunda, como toda crisis, tiene en sus razones un fondo de cultura, es decir de valores espirituales, de genuinas tradiciones, de auténticos modos de ver el mundo y de hacer las cosas. La historia de los hombres, de las mujeres y de los pueblos es compleja. Los caminos suelen estar llenos de peligros, de obstáculos, de falsos atajos. Y en estos tiempos de transformaciones que vivimos se sienten algunas amenazas, se perciben algunos nubarrones. Son signos que preocupan aunque, obviamente, no es el apocalipsis de la democracia. Hay otros signos que hablan de su fuerza, de su revalorización, de cómo superar sus debilidades, de cómo defender la libertad de expresión y de creación. Están los que ensayan nuevas formas de participación. En síntesis, están los que continúan trabajando por el fortalecimiento del hecho cultural. Como todos quienes han trabajado en la 9a. Edición de este Festival Internacional de Teatro Infantil y Juvenil realizado en Córdoba.
La gente del teatro, la gente de la cultura, suele incomodar al poder porque dice lo que no hay que decir en el momento en que hay que callarse. Cuando los franquistas asesinaron a Federico García Lorca hicieron lo que debían. Hacía falta acallar la voz de la vida para que reinara la muerte.
Con muchos aciertos, este Festival hizo punta otro año más. Con un amplio abanico de obras, autores y propuestas experimentales que tuvieron un mismo objetivo: poner los sueños arriba del escenario. No siempre la realidad apoya los esfuerzos de los creadores, pero ellos no bajan los brazos y siguen empecinados en forjar ilusiones; mantienen en alto la imaginación y la despliegan para el beneplácito de los espectadores que, aun con crisis económica, necesitan siempre del arte. Más en estos tiempos salvajes de una realidad preocupante.
El gran Guillermo
La búsqueda de una temática y de un lenguaje propios es también el gran desafío. A veces también resulta difícil saber si se produce una comunicación o si los chicos y los jóvenes necesitan una cosa distinta. Evidentemente se vive una nueva época que conlleva a reacomodamientos en todos los órdenes: los chicos crecen en otro mundo, tiene pautas distintas. Así lo entendió la Comedia Infanto Juvenil de Córdoba, que ofreció el mejor espectáculo del festival: “Shake game”. Porque se investigó profundamente en la obra de William Shakespeare para que sea la primera vez que la dinámica del videojuego se plante, junto al lenguaje del bardo inglés, en un escenario con muchísimo talento.
Martín Gaetán, desde la dirección general del espectáculo, supo armonizar con indiscutible belleza un dispositivo sumamente preciso y creativo para los chicos y jóvenes, que disfrutaron con su silencio (ése tan difícil de conseguir cuando se aburren), maravillados por la puesta en escena. El director, conocedor de que los chicos ahora nacen y empiezan a tocar pantallas, mixturó una dramaturgia -obra de Xavier Del Barco, Eugenia Hadandoniou y el mismo Gaetán- inteligente, con una plataforma virtual con personajes que se disputan el poder, como Lady Macbeth, Tito Andrónico, Hamlet, Ofelia, Romeo y Julieta, Yago y Puck. Todos los rubros técnicos, absolutamente, suman calidad a un montaje que encuentra en todo el elenco actoral su mejor soporte.
Porque, definitivamente, este espectáculo ayuda a entender que los temas del teatro son universales y tienen que ver básicamente con los sentimientos. Esos que los niños y los jóvenes saben distinguir. Y entender. Y abrazar.