La UCSF tendrá un pie en el CPRES Centro

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El rector de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) fue elegido como Cooordinador Alterno del Consejo Regional de Planificación de la Educación Superior (CPRES), región Centro. De esta manera, el arquitecto Mario Rochetti acompañará al rector de la Universidad Nacional de Rosario, Héctor Floriani, en la dirección del próximo período del organismo, que tiene entre sus objetivos proponer la definición de políticas de desarrollo universitario, promover la cooperación entre las instituciones universitarias y elevar las propuestas de acreditación de carreras.

El CPRES Centro está conformado por tres provincias: Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. Además, existen en el país otras seis regiones que dan lugar a los CPRES Metropolitano, Bonaerense, Nuevo Cuyo, Noreste, Noroeste y Sur. Los representantes de estas 7 regionales integran el Consejo de Universidades (CU) a nivel nacional, el órgano máximo de gobierno de la Educación Superior en Argentina, presidido por el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro.

Asimismo, el CU está compuesto por 7 representantes del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el cual comprende las instituciones públicas y por 7 representantes del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP).

Sobre su designación, Rochetti comentó a El Litoral que conforma “un gran honor asumir tamaña responsabilidad de coordinación”; a la vez que auguró buenos deseos para con su par Floriani, con quien concentrarán sus esfuerzos en este desafío.

—¿En qué actividades se concentran mayoritariamente estos organismos?

—La facultad primordial es procurar coordinar la oferta académica dentro del territorio delimitado. Así, por ejemplo, si la UCSF quisiera desarrollar una oferta en lo que respecta al Cpres del nuevo cuyo tiene que contar con el aval de este órgano.

La fijación de estos estándares son generalmente una fuente de conflicto en la que cuesta ponerse de acuerdo. Muchas veces sucede que cada uno tiene su mirada.

En el caso de la educación a distancia, que tuvo sanción el año pasado, hubo muchísima discusión sobre el porcentaje de asistencia virtual y presencial. Ese tema parecía una trinchera infranqueable, pero se zanjó con el tiempo y trabajo pertinentes.

— La coordinación de los consejos incluye a la secretaría de Políticas Universitarias, que recientemente ha cambiado a su titular ¿Cómo ha sido la relación y qué espera para el futuro?

—La relación con los dos salientes fue muy buena. Primero con Albor Cantard, que somos conocidos por ser ambos de Santa Fe, el trato fue muy accesible. Luego con Danya Tavela fue incluso mayor, con un contacto directo. Ahora asumió Pablo Domenichini, quien seguramente continuará en la misma línea.

Creo que con la nueva gestión, la secretaría de Políticas Universitarias ha tratado de hacer cumplir de manera más rigurosa las normas, algo que por mucho tiempo no pasó en el ministerio de Educación nacional.

Una de las cuestiones que generó polémica fue el reconocimiento nacional de los títulos universitarios. Cuando la nueva gestión se hizo cargo puso blanco sobre negro y estableció que si no se contaba con la habilitación no se podían emitir los mismos. Las gestiones anteriores fueron más liberales con cuestiones como estas.

La Universidad

—¿Cuál es el balance que puede hacer de este año que termina?

—Creo que se han dado cuestiones interesantes y beneficiosas para la UCSF. Una de ellas ha sido la puesta en funcionamiento la facultad de Ciencias Agropecuarias que implicó mucho trabajo porque hay distintos estándares que cumplir cuando son carreras de grado y que, según establece la ley de Educación Superior en su artículo 43, requieren someterse a la correspondiente evaluación y acreditación de la CONEAU.

Nos pone contentos poder llevar esta propuesta a Reconquista, donde incluso no contamos con el tiempo suficiente para promocionar la carrera. Sucede que a veces los tiempos de los organismos no coinciden con las expectativas de las personas. En el caso nuestro, el aval de la CONEAU llegó recién en abril, mientras la ley impide la publicidad sin la habilitación, con penas importantes, por lo que prácticamente comenzamos con el calendario ya en marcha. Por suerte, había mucho interés que nos permitió tener un grupito importante de estudiantes.

—Teniendo en cuenta la fuerte crisis recesiva que atraviesa el país, que genera un parate económico nacional y que repercute fuertemente en familias y ciudadanos de a pie ¿Cómo afrontará la Universidad este panorama?

—La realidad indica que vamos viviendo en el día a día y tratando de optimizar los recursos. Ofreciendo el mejor servicio posible, pero también pensando en que los costos sean los más acotados que se puedan.
Nosotros intentamos tomar todas las previsiones que están a nuestro alcance en el orden de lo que podemos y se alcanza a ver.

En ese sentido, lo que pensamos es que el 2019 será un año más tranquilo, más previsible. Al menos tenemos la esperanza de que así sea, porque nosotros hacemos las estimaciones de acuerdo a los números que están planteados. Pero tenemos el caso de 2018 donde la estimación respecto de la inflación había sido de no más de un 20%. Hoy nos encontramos con que hasta el mismo gobierno habla de un número cercano al 45%, más del doble.

De nuestra parte, tratamos de tener políticas de contención de gastos y austeridad. Hemos fijado los aranceles para el año que viene, con algunas advertencias, para poder otorgar algunas certezas según las condiciones que se observan hoy.

De modo tal que lo que ingresa a la Universidad, que son fundamentalmente recursos provenientes de los aranceles de los estudiantes, sea utilizado de la mejor manera posible.