Juan Ignacio Novak
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“La mula”, último trabajo del norteamericano, llega a los cines argentinos el próximo jueves 3 de enero. Eastwood también es el protagonista de este film sobre un veterano que, sin saberlo, termina como transportador de drogas para un cartel mexicano. Con esta excusa, repasamos las mejores creaciones del creador de “Gran torino”.
Juan Ignacio Novak
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Con 88 años, el actor, director y músico norteamericano Clint Eastwood continúa activo: en “La mula”, que llegará a los cines argentinos el próximo jueves 3 de enero, no sólo se ocupa de la dirección sino que también es el protagonista. El film, que cuenta también en el reparto Bradley Cooper, Michael Peña, Taissa Farmiga, Laurence Fishburne y Dianne Wiest, es un drama sobre la vejez mixturado con elementos de thriller, en el cual Eastwood se inspiró en hechos reales. Trata sobre anciano que está a punto de perder su negocio al que le ofrecen un trabajo que, en apariencia, solo demanda manejar un vehículo. Pero inesperadamente, termina convertido en transportador de drogas para un cartel mexicano y comienza a ser perseguido por las autoridades y por los grupos de narcotraficantes competidores. Mientras tanto, trata de enmendar algunos de los errores que cometió en el pasado.
La llegada de un nuevo film de Eastwood siempre representa una buena noticia, en especial si se analizan sus últimos filmes, la mayoría de ellos valorados muy positivamente por público y crítica. Basta enumerar los trabajos que presentó en el último lustro: “15:17 Tren a París”, “Sully: Hazaña en el Hudson” con Tom Hanks y “Francotirador”, con Bradley Cooper y Sienna Miller. A modo de homenaje, en los párrafos que siguen, repasamos algunas de las películas que dirigió Eastwood en más de medio siglo de carrera y que, por distintas razones, marcaron hitos.
“Los imperdonables” (1992): En los primeros años de su carrera Clint Eastwood construyó un mito en torno a su figura que se volvió icónica dentro del western (gracias a las películas de Sergio Leone). Lo curioso es que al volverse viejo, Estwood dirigió sus propias películas y en muchas de ellas se dedicó a abordar ese mito, deconstruirlo, reflexionar sobre su composición, analizar las normas que lo rigen y finalmente echarlo por tierra. Eso es, básicamente, lo que hace en este complejo film a través de la historia de un antiguo pistolero retirado, consagrado a su familia, que debe volver al ruedo para conseguir dinero para sus hijos.
“Los puentes de Madison” (1995): la historia de amor más bella de la década del ‘90 estuvo protagonizada por dos personas maduras: un fotógrafo de National Geographic al que envían a realizar una producción en los antiguos puentes del condado de Madison y un ama de casa que vive en una granja del lugar junto a su familia, interpretados por Clint Eastwood y Meryl Streep. No hacen falta gestos exagerados para mostrar pasión y aquí el eje está en la sutileza, sobre la cual se recuestan tanto Richard LaGravenese en el guión como Eastwood con la cámara. En 2008 Gary Leva escribió y dirigió “An Old Fashioned Love Story: Making ‘The Bridges of Madison County’”, documental sobre el proceso de realización de la cinta que profundiza en esos detalles.
“Río místico” (2003): tal vez la mejor traslación al cine de una novela de Dennis Lehane sea la que dirigió Eastwood. A través de la historia de tres amigos que arrastran un pasado traumático y se reencuentran ante el asesinato de la hija de uno de ellos, es el punto de partida para una amarga radiografía de las oscuridades del alma humana. Un drama tan intenso no sólo requiere un director preciso, sino también actores capacitados para transmitir los sentimientos adecuados. En este sentido, los trabajos de Sean Penn y Tim Robbins, ambos ganadores del Oscar, resultan convincentes. La vorágine de emociones es tan fuerte que el espectador termina casi agobiado ante un retrato tan inteso de la tragedia.
“Million Dollar Baby” (2004): Ganador de 4 premios Oscar, este drama rodado por Eastwood en base a un guión de Paul Haggis es tanto una película sobre boxeo (con algunas secuencias que, dicha sea de paso, son antológicas) como sobre la superación personal, el valor de los sueños y la naturaleza irremediable de la tragedia. Maggie Fitzgerald (Hillary Swank) es una joven que quiere ser boxeadora. El dueño del gimnasio al que asiste (intepretado por el propio Eastwood) se muestra reacio a ayudarla. “Yo no entreno chicas”, asegura. Finalmente, el tesón de Maggie lo convence y la entrena. Juntos logran muchos éxitos, pero aparece en el camino una prueba inesperada”.
“Gran Torino” (2008): En esta corrosiva y a la vez melancólica película realizada en base a un guión de Nick Schenk (el mismo que escribió “La mula”), Eastwood interpreta a Walt Kowalski un veterano de la guerra de Corea que queda viudo. Su única dedicación es cuidar su auto, un Gran Torino de 1972. Racista y misántropo, este personaje que bien podría ser la versión más avejentada de Harry el sucio (personaje interpretado por Eastwood en los 70’). vive conflictuado ante los cambios producidos en su barrio, que se llenó de inmigrantes. Pero cuando, pese a sus reparos, traba amistad con un joven asiático, se ve obligado a replantearse sus ideas.