Federico Aguer | [email protected]
2018 se apaga bajo un cielo gris, tormentoso, con lluvias e inestabilidades. Y no es casual que el clima catalice el sentimiento de un sector -y de todo un país- que lo inició con otro panorama.
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Para los ganaderos, sobre todo de cría, el año no pudo cristalizar en hechos el siempre destacado potencial de un sector que no tuvo incremento alguno en los precios de los terneros, y que sufrió con la devaluación como pocos.
La agricultura tampoco la pasó bien. Primero, porque el clima no ayudó. En las últimas 12 campañas, sólo tres tuvieron un clima estable. La volatilidad vino para quedarse, y ese es otro factor decisivo a tener en cuenta. Segundo, porque los precios internacionales de los granos se vieron influenciados por múltiples factores que los mantuvieron con tendencia a la baja. Finalmente, los problemas domésticos. El Gobierno volvió a cambiar las reglas de juego con el partido iniciado, y la reimplantación de las retenciones a las exportaciones fue el golpe de gracia para muchos. Pese a esto, el trigo fue el gran ganador del partido, gracias al precio y a haber iniciado la campaña sin el cepo de las retenciones: buena tecnología, fertilización y rindes superadores inyectaron algo de dinero a gran parte del sector.
El tambo tampoco escapó a este cepo. Según Meprolsafe, 2018 duplicó la tasa histórica del cierre de tambos (del 2 al 4%). “La vaca come en dólares y produce leche en pesos”, fue una de las frases más repetidas por todo el sector. Sin embargo, el fuerte crecimiento exportador traccionó algunas mejoras, y en este sentido, las perspectivas son auspiciosas. Los establecimientos pastoriles (sobre todo en campo propio), pudieron recuperar rentabilidad, e inclusive se abrieron tambos nuevos.
Campolitoral volvió a recorrer miles de kilómetros de la extensa geografía provincial y regional, con la consigna de estar ahí, tranqueras adentro, para poder contar de primera mano lo que ocurriera en el campo. El año que viene encontrará al arco político lanzado a otro año electoral, por lo que no cabe albergar muchas esperanzas de cambios de fondo de este marco. Habrá que salir a la cancha con lo que hay. Una gran decepción si comparamos las expectativas que despertaron un par de años atrás.