El Litoral | NA
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El presidente Mauricio Macri aseguró que 2018 fue un año "muy duro", que la pobreza sigue siendo su "prioridad", y "sin hacer pronósticos" dijo que espera que en 2019 "baje la inflación" y que haya "crecimiento" en el país.
El jefe de Estado señaló que el año pasado fue "muy duro", pero destacó: "crecimos, porque aprendimos y comprendimos que de setenta años de fiesta no se sale en tres".
Luego, consideró que "por primera vez pasamos esa tormenta y no tiramos todo por la borda" sino que "nos agarramos al ,timón, mantuvimos el rumbo y vamos a cumplir".
Además, subrayó que su "obsesión es lograr que la Argentina se ponga en marcha otra vez, que empecemos a crecer, que baje la inflación y volvamos a generar empleo y reducir la pobreza".
Para el Presidente "la pobreza sigue siendo una prioridad", al tiempo que señaló: "sin hacer pronósticos espero que este año baje la inflación" y que haya "un crecimiento" en la economía.
Macri habló de este modo en declaraciones formuladas a radio LU5 de Neuquén, donde además destacó la importancia de la "transparencia" como un valor "fundamental" para gobernar, y evitó calificar con un número su gestión.
"Después de lo que he vivido, he decidido no dar calificaciones", afirmó el jefe de Estado ante una pregunta formulada durante la entrevista.
Además, definió la "transparencia como un valor fundamental", y aclaró que nunca más en la Argentina debe haber casos de corrupción como los que se analizan la causa por presuntas coimas en obras públicas durante la anterior gestión.
Por otra, parte, Macri, afirmó que no entiende "las criticas" a las vacaciones que se tomó junto a su familia en Villa La Angostura, y aseguró que se necesita un lugar de "tranquilidad y reflexión para recuperar energías", en alusión directa al cerca del Nahuel Huapi.
"Uno tiene que tener un espacio de tranquilidad y reflexión para recuperar energías", enfatizó Macri desde el country Cumelén, en Villa La Angostura, donde descansa desde el 22 de diciembre junto a su esposa, Juliana Awada y Antonia, su hija menor Antonia, con quienes pasó la Navidad y Año Nuevo.
Por otra parte, subrayó que cree "profundamente en los argentinos de bien" y aseguró que "tenemos futuro si entendemos que acá cada uno es importante, protagonista, que no hay ningún presidente capaz de resolver todo por sí solo".
En ese sentido Macri reiteró que "si los argentinos creen que este cambio vale la pena", está "dispuesto a seguir acompañándolos".
En declaraciones formuladas tambien a una radio de la localidad cordobesa de Villa Carlos Paz, subrayó que "si un país reduce la pobreza, la clase media también multiplica sus posibilidades de trabajo y desarrollo".
Además, afirmó que que toma cada decisión "pensando qué es mejor para los argentinos" y lograr que haya cada vez más empleo de la mano "de la certidumbre y la inversión".
Luego, consideró que que ha decidido "trabajar día a día incansablemente para que un argentino más tenga otra oportunidad para salir adelante, poniendo la verdad sobre la mesa y el valor de la transparencia como algo fundamental".
Advirtió que "nunca el que gobierna puede sentirse dueño del Estado" y enfatizó que para poder resolver los problemas de los argentinos "nunca más nos tiene que pasar algo como los cuadernos y esas situaciones".
Por otra parte, indicó que "el ciudadano medio tuvo una gran madurez, no corrió al sálvese quien pueda: no pasó eso por mérito de este presidente sino por la madurez de la sociedad".
"Heredamos un país con una economía muy desequilibrada, sin energía, gastando mucho más de lo que se tiene" y ratificó la importancia de que los tres niveles del estado bajen el gasto y alcancen el equilibrio fiscal", agregó.
Insistió en que "la crisis nos obligó a que todo el mundo se sentase a una mesa y aceptara, por primera vez en muchos años, tener un presupuesto equilibrado".
"Ahora hay que hacerlo rápido. Lo que duele es que lo lograron todos nuestros vecinos. Chile, Uruguay, Perú, Colombia entendieron que no se puede vivir gastando de más y pidiendo prestado", dijo.
Precisó que que la Argentina debió atravesar el año pasado "dos cosas duras" como fue la sequía y la guerra comercial que se desató entre los Estados Unidos y China que derivó en una reducción de los créditos hacia los países con mercados emergentes.
Al respecto, indicó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) abrió una línea de crédito para la Argentina "inédita" para que "podamos en dos o tres años terminar el proceso de transformación profunda" en el país.
Enfatizó que "sin el Fondo hubiésemos estado mucho peor", e insistió que en términos de transparencia "estamos mejor" que en 2015, ya que en este período "bajamos la impunidad" en el país y "todos tenemos que rendir cuentas, inclusive la familia del presidente".
Resaltó que "vamos a seguir el camino de consolidar la independencia del poder judicial, combatir la impunidad y el narcotráfico", así como "mejorar la educación y estamos batallando duro para eso".