Juan Ignacio Novak
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Existen variados ejemplos en la historia del cine en que personajes emblemáticos, inconcebibles sin el rostro de determinado actor o actriz, pudieron haber quedado en manos de otros. Un repaso por los casos más famosos.
Juan Ignacio Novak
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¿Quién podría pensar en “Forrest Gump” sin Tom Hanks,; en “Pecados capitales” sin Brad Pitt; en “Titanic” sin Kate Winslet o en “El silencio de los inocentes” sin Anthony Hopkins? Sin embargo, las cosas podrían haber sido diferentes si la agenda de otros actores no hubiera estado tan cargada, o si sus agentes hubieran vislumbrado que la película iba a ser un éxito. En las líneas que siguen va un repaso por los casos más conocidos.
Elencos
Si hay un rostro icónico del cine norteamericano de los ’90 es el de Anthony Hopkins, quien compuso con escalofriante maestría a Hannibal Lecter en la ganadora de cinco Oscar “El silencio de los inocentes” (1991). Sin embargo, se sopesó la posibilidad de que el psicópata sea encarnado por Jeremy Irons. Dentro del mismo elenco, Michelle Pfeiffer estuvo cerca de ponerle el cuerpo al rol de Clarice Starling, que terminó siendo para Jodie Foster.
Otro clásico de los ’90 cuyo derrotero podría haber sido muy distinto es “Pulp Fiction” (conocida aquí como “Tiempos violentos”) de Quentin Tarantino. Recordemos: en la película, John Travolta y Samuel L. Jackson encarnan a dos verborrágicos matones de la mafia. Pero antes de que ellos obtengan sus papeles, se pensó en Michael Madsen y Lawrence Fishburne. En la misma película, para interpretar al boxeador Butch (Bruce Willis) se analizaron los nombres de Matt Dillon, Sean Penn, Nicolas Cage y Johnny Depp.
Un film multipremiado que también pudo tener otro reparto fue “Infiltrados” (2006) de Martin Scorsese. En este caso, Ray Liotta (quien había trabajado con Scorsese en “Buenos muchachos”) rechazó el papel de Dignam, que finalmente recayó en Mark Wahlberg. A su vez, para el papel de Madeleine, el director quería una actriz conocida, como Kate Winslet, Emily Blunt o Hilary Swank, aunque finalmente se decantó por una cara nueva, como Vera Farmiga. Y a Robert De Niro le fue ofrecido el papel de Queenan, que terminó encarnado por Martin Sheen.
Actores
Las idas y vueltas de la historia del cine marcan que hubo muchos actores que obtuvieron personajes que hoy serían impensados sin sus rostros, sólo porque antes otros actores los descartaron. Los ejemplos abundan y se remontan hasta muchos años atrás, cuando el luego presidente de Estados Unidos Ronald Reagan casi actúa en “Casablanca” en el papel que le concedió inmortalidad a Humphrey Bogart. También es muy conocido que Tom Selleck rehusó el papel Indiana Jones, debido a que prefirió protagonizar la serie “Magnum”.
Dentro del repaso es imposible obviar a la ganadora de 8 Oscar “Amadeus” (1984) que tiene entre sus principales fortalezas a sus dos intérpretes principales: F. Murray Abraham como Salieri y Tom Hulce como Mozart. Sin embargo, Hulce no fue la primera opción para interpretar al genio musical, antes se barajó la posibilidad de que lo haga el inglés Kenneth Branagh. Finalmente, el director Milos Forman prefirió trabajar con actores americanos.
Algo parecido ocurrió en “La naranja mecánica” (1971) donde el director Stanley Kubrick se opuso a que Los Rolling Stones interpretasen a Alex y sus secuaces.
En “Pecados capitales” (1995), Denzel Washington rechazó el papel del detective David Mills, que interpreta Brad Pitt. Washington dijo después que tomó esta decisión porque le parecía que la historia era “oscura y maligna”.
Caso similar al de “Érase una vez en América” (1984) de Sergio Leone, en la cual le ofrecieron un papel central a Jack Nicholson y Al Pacino, al cual ambos dijeron que no porque estaban cansados de hacer de mafiosos. Finalmente lo hizo Robert de Niro. También cabe evocar aquí a Harrison Ford, quien no aceptó protagonizar “El patriota” (2000) por considerarla violenta. Y a Sean Connery, quien dejó pasar la oportunidad de vestirse como Gandalf en “El Señor de los Anillos” (2001-2003) argumentando que no comprendía bien la trama de la novela. Los papeles fueron, respectivamente, para Mel Gibson e Ian McKellen.
Hay muchísimos otros casos, basta recordar algunos: en “La familia de mi novia” (2000) se pensó en Jim Carrey en lugar de Ben Stiller; Michael Douglas, Don Johnson y Mel Gibson fueron considerados para interpretar a Eliot Ness en “Los intocables” (1987); Robert de Niro y Willem Dafoe fueron considerados para el papel de Bill “El carnicero” en “Pandillas de New York” (2002); Will Smith rechazó ser “Neo” en “Matrix” (1999); Leonardo DiCaprio casi hace de “Psicópata americano” (2000); a John Travolta le ofrecieron interpretar a Forrest Gump y a Robins Williams el “Acertijo” en “Batman Forever” (1995), papel que obtuvo Jim Carrey. Otro caso famoso: Mel Gibson y Harrison Ford fueron considerados para el papel del Capitán John Miller en “Rescatando al soldado Ryan” (1998) antes de que Spielberg optara por Tom Hanks.
Actrices
El caso de las actrices es similar: hay personajes con vocación de eternidad que se deben sobre todo a las mujeres que los encarnaron y que pese a ello fueron segundas o terceras opciones. Uno emblemático es “El diario de Bridget Jones” (2001), donde el papel principal casi va para Kate Winslet, a quien al final dejaron de lado por considerarla demasiado joven. El papel quedó en manos de Renée Zellweger, quien realizó un trabajo inolvidable.
Algo similar ocurrió en “El diablo viste a la moda” (2006): se estudió la opción de Kim Basinger para encarnar a Miranda Priestly, un rol que le correspondió después a Meryl Streep, quien compuso una villana formidable. Uma Thurman, a su vez, audicionó para el papel de Buttercup en “La princesa prometida” (1987), que quedó luego bajo la responsabilidad de Robin Wright Penn, hoy famosa (ya sin el segundo apellido) por interpretar a Claire Underwood en “House of Cards”.
Cuando Martin Scorsese decidió filmar “Casino” en 1995, la producción dio muchas vueltas antes de decidir a la actriz que iba a ser Ginger. Entre las candidatas estuvieron Nicole Kidman, Melanie Griffith, Rene Russo, Cameron Díaz, Uma Thurman, Michelle Pfeiffer y Traci Lords. Pero fue para Sharon Stone, quien consiguió una nominación al Oscar. En “Titanic”, Gwyneth Paltrow se probó en el papel protagónico de Rose, que le fue otorgado a Kate Winslet. Otros dos casos de cambio de fichas que hubiera cambiado el sentido al juego, son las posibilidades que se analizaron para los filmes “Misery” (1990) donde Anjelica Huston se probó en el papel que luego le correspondió a Kathy Bates y “Mujer bonita” (1990), en la cual una joven Meg Ryan estuvo a punto de seducir a Richard Gere. Algo que, por fortuna, hizo Julia Roberts.
“Ben-Hur”
Charlton Heston ganó un Oscar por “Ben-Hur” (1959). Pero antes que el lograra el papel, Burt Lancaster lo rechazó porque “no le gustaba la violenta moralidad de la historia”. Y Paul Newman, a quien también se lo propusieron, dijo que no porque había trabajado antes en una película bíblica y no le había gustado la experiencia. En otra oscarizada película, “Atrapado sin salida”, James Caan iba a interpretar el papel que finalmente fue para Jack Nicholson.
“Batman”
Cuando Tim Burton rodó “Batman”, en 1989, hubo muchos reparos ante la elección de Michael Keaton como protagonista. Actores como Alec Baldwin, Robert Downey Jr., Jeff Bridges, Matthew Broderick, Kevin Costner, Tom Cruise, Michael J. Fox, Harrison Ford, Kevin Spacey, Patrick Swayze, Dennis Quaid y Kurt Russell fueron considerados para encarnar a Batman, según consta en el sitio www.sensacine.com.