Leonardo Pez
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La big band celebró veinte años de trayectoria con el lanzamiento de su segundo álbum. En diálogo con El Litoral, los músicos sintetizaron que “refleja este momento de la banda y el camino que elegimos para tener un estilo distinto al primer disco”.
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La historia de La Santa Fe Blues Band comenzó a escribirse entre los últimos días de 1997 y los primeros de 1998, en Santa Fe y Pinamar. Muchos músicos pasaron por el grupo. “De blues, creo que casi todos”, había contado entre risas Alfredo “Chacho” Cabrera a El Litoral en una nota publicada en marzo de 2018. En los últimos suspiros del año pasado, el octeto logró publicar su segunda placa discográfica, “Cuestión de tiempo”, razón por la cual retomaron la conversación con este medio.
Tiempo y espacio
Es el último miércoles del año, y La Santa Fe Blues Band se junta a ensayar en el mismo lugar donde lo hacen ññññ y Hugo y Los Gemelos. Reunidos en la sala, atrincherados contra el calor, están el cantante Chacho Cabrera, el guitarrista Daniel Contursi, el bajista “Titi” Rolón, el saxofonista Francisco Cecchini y el baterista Juan Walpen (en un equipo que completan Néstor Camargo, en guitarras y armónicas; Nicolás Serrano, en trompeta; y Juane Voutat, en teclados).
“Cuestión de tiempo” fue grabado, mezclado y masterizado por Alejandro Collados (Mambonegro, ex Cabezones) en Nómade Studio; el arte de tapa fue realizado por Serpiente Resonante. Juan Walpen destaca la calidez del estudio de grabación y la frescura que transmite el disco en el que “en un día hicimos nueve temas”. El proceso de grabación siguió el concepto orgánico, con la base de los temas en vivo. “Así es la forma de hacer blues: para que haya groove, todos tenemos que tocar juntos”, define Cecchini, para quien “Cuestión de tiempo” tiene un sabor muy especial, ya que hace doce años integra la banda y ésta es su primera participación en una grabación. “Hemos hecho algunas grabaciones caseras también en el medio, pero hay temas que ya son clásicos de la banda que no estaban grabados. Teníamos que grabarlos a toda costa. Eso te permite seguir avanzando y el repertorio vaya cambiando”.
“Nos tomamos nuestro tiempo”, rompe el hielo Cabrera. “Pensábamos sacarlo en julio, pero le empezamos a agregar cosas y nos gustó”, rememora con la compañía de su risa contagiosa. “El disco refleja este momento de la banda y el camino que elegimos para tener un estilo distinto al primer disco (La Santa Fe Blues Band, 2004) que era con otra formación”, sentencia Daniel Contursi. “Creo que fue un logro, todos quedamos muy conformes”. Para el guitarrista, había una necesidad de publicar material nuevo, “no sólo para mostrar lo que estamos haciendo, sino para renovar lo que circulaba en las redes que ya tiene 15 años”. Pero la cosa no queda ahí... “ahora tenemos ganas de grabar de vuelta”, suelta el cantante y explica, “eso es lo bueno de publicar un disco: te lleva a hacer cosas nuevas y a experimentar”.
Se resignifica
Entre el álbum homónimo de La Santa Fe Blues Band y “Cuestión de tiempo” pasaron quince años. Para Chacho Cabrera, lo que cambió es la cantidad de músicos y la composición. “Pasamos de ser un banda de blues clásico, un cuarteto con armónica, guitarra y bajo, a una big band. Si bien no dejamos de lado lo clásico, incorporamos trompeta, saxo y teclados. El sonido no es tan crudo como en el primer disco”. Titi Rolón, presente en ambas grabaciones, sostiene que “antes la banda era más compacta, ahora se expandió”. Francisco Cecchini explica que “la música tiene un concepto nuevo y otra apertura. Juane (Voutat) usa un color del Hammond que no es el clásico, y los sonidos de piano tienen otra forma de abordar el blues, que no es la misma de la guitarra”.
De las nueve canciones que componen “Cuestión de tiempo”, cuatro son versiones de otros artistas. Según Chacho, “hacemos covers que nos gusten a todos y que tengan que ver con el estilo de la banda”. La interpretación en castellano de “Hey Joe” (Jimi Hendrix), reconoce el cantante, “no es para hacer en esta época por lo que dice la letra, pero es una forma de mostrar cómo era el blues antes. Está bueno que la gente sepa qué dice el tema”. Agrega Cecchini: “Es como leer un libro donde pasa eso, pero la diferencia es que te lo está contando Chacho bien crudo”. Respecto a la versión de “No pibe”, apunta que “si bien Manal tiene un concepto de sonido que parece algo antiguo, es una letra de amor libre. Tiene más de cuarenta años y es súper contemporánea”.
“El quinielero” (The Cardigans) es una canción compuesta por Pablo Daneri en la década del ’80. La Santa Fe Blues Band hace “una versión muy diferente a la original” -según Titi Rolón- en formato “cuarteto más rocanrolero: con piano y sin vientos le da otro sonido”, interviene Cecchini.
“La banda era heavy, pero tenía esas cositas de blues”, suma Cabrera, además de que la letra “tiene mucha vigencia”, suelta Contursi. “Sólo un sueño” es otro cover (de Big Bill Broonzy) al que “le fuimos haciendo arreglos (el original es una guitarra acústica con una voz). Se adaptó muy bien al idioma, algo que a nosotros nos importa mucho. Queremos hacerlas popular para el castellano”. No es una mera traducción sino “una versión de la letra” que la resignifica: pierde un poco la literalidad, pero no la esencia. “Es un laburo fino de Chacho con lápiz y papel, sobre la base de la traducción literal, busca la rima o la musicalidad”, cuenta el saxofonista.
Adelante
Recientemente distinguida con una Declaración de Interés del Concejo Municipal, La Santa Fe Blues Band se aproxima a cumplir 21 años. Chacho Cabrera resume el tiempo en una frase: “siempre fuimos para adelante”. Y esboza un balance: “Más allá de que no hemos grabado la cantidad de discos que tendría que grabar una banda de 20 años, siempre hicimos cosas y probamos distintos estilos”. En la visión de Daniel Contursi, “la ciudad no es un gran mercado para el blues, pero tiene un movimiento importante, del que nosotros nos consideramos parte porque fuimos produciendo material y hemos tocado en todos los lugares”.
Con la mirada siempre en el horizonte, Cabrera anhela que “la banda siga diez años más, aunque algunos ya no estemos”. En el tiempo transcurrido “se ha logrado tener una formación; si bien dejamos un poco de lado la parte latina que hacíamos al principio, ahora estamos con ganas de volver a incursionar y sumarle percusión. Podemos hacer un disco que sea distinto a los dos”, se ilusiona el crooner. Y en el plano más inmediato, los músicos coinciden en un objetivo: presentar el disco en la ciudad y en el país.
“Trataremos de salir un poco de acá”, suelta Francisco Cecchini. “Es difícil viajar para nosotros, porque somos muchos, pero podemos acomodar el repertorio a los músicos que vayan. Lo importante es mantener nuestra esencia”.