Javier Díaz / [email protected]
Colón tuvo en jaque a Lanús, pero no supo golpear en el momento justo y se volvió con las manos vacías. José Sand, sobre el cierre del partido, marcó el único tanto en la “Fortaleza” granate.
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Colón sufrió un traspié en el segundo partido del ciclo Comesaña. En una cancha que en los últimos años le resulta esquiva, cayó sobre el final del encuentro frente a Lanús, por la 17ma. fecha de la Superliga.
Al gol granate lo convirtió José Sand —el primero de “Pepe” en su regreso al equipo del sur del Gran Buenos Aires— a los 43 minutos del complemento, cuando el partido se encaminaba a un empate en cero, que de cualquier manera le hubiera dejado gusto a poco al equipo rojinegro.
Colón arrancó con un 4-1-4-1, con Heredia más retrasado respecto al partido pasado, cuando jugó bien de delantero y el “Pulguita” como único punta. Esto, intentando tapar los permanentes avances por afuera de Di Plácido y Moreno, las armas de Lanús para sorprender por derecha e izquierda, respectivamente.
La primera de peligro fue para el local. A los 4 minutos, enviaron un corner por lo bajo, Sand pivoteó para la entrada de Belmonte, que remató de afuera sobre el cuerpo de Cadavid. La gente pidió penal por una mano que no existió.
Fue apenas un sofocón. Porque de inmediato Colón se sobrepuso y prácticamente no volvió a sufrir en defensa, al menos hasta el cierre de la etapa inicial.
La primera del Sabalero llegó a los 16 minutos. Fue a través de un pase espectacular de Rodríguez tomó por sorpresa al fondo de Lanús, Zuqui llegó al fondo y tocó atrás para la entrada de Heredia que remató desviado.
Más tarde se aproximó otra vez con un tiro libre de Zuqui que lucía peligroso, pero el “Pulguita” la peinó desviado. Y en la siguiente, la más neta en el primer tramo del encuentro: pelota larga de Fritzler para Estigarribia que tuvo dificultades para dominarla en el área, entonces remató incómodo con pierna derecha y se la terminó entregando al arquero Ibáñez.
En una primera etapa en líneas generales pareja, el elenco de Julio Comesaña era levemente superior y había acumulado algunos méritos para ponerse en ventaja. De todos modos, también le tocó ver tambalear el cero en su propio arco, cuando a los 42 minutos el Granate tuvo una nítida. En una de las pocas ocasiones en las que el “Laucha” Acosta pudo imponerse por la banda derecha —buena actuación de Quiroz para anularlo—, tocó para Belmonte que la intentó colocar por arriba de Burián que se estiró y sacó una pelota con destino de gol.
Después de esa, llegó una jugada que resultó clave para el desarrollo del encuentro. Porque Colón se disponía a arrancar una réplica en velocidad a partir de Rodríguez y el tucumano se le escapaba a García Guerreño, éste lo tomó desde atrás en la mitad de la cancha y debió haber recibido la segunda amarilla, pero el árbitro Pablo Dóvalo omitió la sanción disciplinaria.
En la última del primer tiempo, el ex Atlético Tucumán ejecutó un tiro libre desde la medialuna y eligió pasarla por debajo de la barrera. La pelota salió apenas al lado del palo, ante un Ibáñez que sólo pudo atinar a hacer vista.
Redondeó una buena primera etapa Colón. Sólido defensivamente —con un buen trabajo de su última línea en general, pero particularmente de los dos “pibes” que juegan por los laterales— y también del mediocampo en el retroceso. Zuqui, Fritlzer y Celis se repartieron el círculo central, contuvieron bien y también le dieron buen destino a la pelota cuando la tuvieron. Sólo le faltó acertar al arco para irse al descanso en ventaja, nada más ni nada menos.
Perdonó de más
Al complemento salió con mayor ambición el local. De hecho, los dos primeros instantes se jugaron de manera íntegra en campo sabalero y el Granate intentó con un disparo de media distancia de Belmonte desviado.
No obstante, la primera de riesgo fue para la formación de Comesaña, que estuvo realmente cerca de abrir el marcador. Torsigulieri se equivocó en la salida, Heredia recuperó y encaró, tiró un centro para “Pulguita” que parecía de fácil resolución para Ibáñez, pero éste se mandó un blooper y se la dejó servida al “10” que cabeceó al gol, pero Carrasco salvó providencialmente en la línea. Dio la sensación de que el de Simoca creyó estar sólo y cabeceó algo débil, porque de haberlo hecho con más fuerza hubiera marcado el 1-0 transitorio.
A los 10, de contra, lo volvió a desperdiciar Colón. Porque Rodríguez lo habilitó a Heredia,que corrió medio campo, pero demoró una eternidad para definir y cuando lo hizo, lo alcanzó a cerrar un defensor para mandarla al corner.
Zubeldía tomó nota de las dificultades de sus dirigidos e intentó corregir con el ingreso de Lodico en lugar de Di Plácido, que estuvo siempre bien contenido. Más tarde lo mandó al uruguayo Ribas —ex Patronato— para acompañarlo a Sand en ofensiva. Y por último a Martínez en lugar de Maciel.
Comesaña, por contrapartida, prefirió dejar correr el reloj para realizar variantes, a pesar de que al equipo se le notó que sintió el cansancio pasados los 20 minutos de juego. El DT le dio unos minutos a Morelo para que realice su debut, en el tramo final del cotejo.
Para esa altura, el partido ya se había caído definitivamente. Porque Colón, que había hecho el mayor gasto, se quedó un poco y Lanús se adelantó en el terreno pero tímidamente. Lo hizo buscando centrar al área para aprovechar el poder de juego aéreo de Sand y Ribas.
Y por esa vía, encontró un inmerecido premio en el epílogo del encuentro. Pasquini envió un tiro de esquina venenoso al corazón del área, García Guerreño la bajó de cabeza y Sand aguantó de espaldas al arco hasta que pudo sacar una mediavuelta y letal y decretar el 1 a 0.
No quedó tiempo para mucho más. Excepto por un centro desde la izquierda que no alcanzó a empujar de cabeca Estigarribia y un tiro libre mal ejecutado por Zuqui, desde el borde del área, ya en minutos de descuento.
Le faltó animarse más a Colón, que mereció llevarse algo de La Fortaleza y, por situaciones, hasta pudo haberlo ganado. No tuvo un socio el “Pulguita”, que otra vez demostró su inteligencia y calidad para jugar al fútbol, y pagó caro haber perdonado en un momento en que Lanús estaba en jaque.