Federico Aguer | [email protected]
En el marco de una capacitación en INTA Oliveros, especialistas y productores compartieron experiencias que demuestran que -antes que competir- los planteos mixtos son la mejor salida hacia una producción agrícola más rentable y sostenible.
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En momentos en los que la agricultura extensiva se desarrolla en campos alquilados, garantizar 3 a 4 quintales más de soja no es un dato menor. Sobre todo si además, le devolvemos nutrientes al suelo y diversificamos el planteo. Claro que para lograrlo, se debe repensar el concepto de sistema, en donde los vacunos (con todo lo que ellos implica), vuelvan a pisar los campos.
Para el Ing. Agr. Fernando Salvaggiotti, investigador del grupo de manejo de cultivo de suelo y agua del INTA Oliveros, hay que tener en cuenta que partimos de suelos que han sido degradados químicamente con la agriculturización. “Cuando uno hace los análisis, se ve que la agricultura en Argentina ha sido sin fertilización y sin reposición de nutrientes. Por más que en los últimos años se haya fertilizado con un poco más de intensidad”.
Para el Agrónomo, que coordina el campo mixto del INTA, al pasto hay que considerarlo de la misma manera que a un cultivo a la hora de reponer. “El Nitrógeno en las leguminosas se obtiene en un 60 % de la fijación biológica, y por eso usamos la inoculación en la alfalfas, para asegurarnos la provisión de este nutriente por varios años. Estos suelos tienen 13 partes por millón de Fósforo, respuesta bastante importante de este trabajo”, agrega.
Sustentabilidades
El Estado es un eslabón que no puede estar ausente en este planificación. Según Roberto Tión, secretario de Agricultura de Santa Fe, el Plan Ganadero Provincial apunta a esto. “Este es el eje del encuentro con los productores, que también forma parte del trabajo del Ministerio de la Producción, donde estamos buscando la sustentabilidad, y para eso hay que demostrar que una agricultura se puede realizar de forma conjunta con una ganadería, que en este escenario (y el que se viene), puede llegar a competir, pero no para establecer rentabilidades, sinos sustentabilidades. Una ganadería bien hecha en el largo plazo aporta muchos beneficios”, asegura.
Para Tión, hay una gran necesidad que con la misma cantidad de recursos (vacas y campo), logremos una mayor producción. “Apuntamos a la capacitación, al aporte de los profesionales, a nivel sanitario y nutricional, buscando técnicas de bajo costo de aplicación”. El funcionario remarca que en nuestra provincia tenemos 6 millones de hectáreas, y más del 50 % de la superficie es apta, y con un potencial enorme, con pasturas adaptadas al clima, que están esperando que podamos aplicar la mayor tecnología”.
Paso a paso
Alejandro Longo, como director de la Experimental de Oliveros, remarcó que es importante pregonar la sustentabilidad de los sistemas productivos. “En agricultura, nuestras herramientas de trabajo pasan por las rotaciones, la incorporación de las gramíneas en los cultivos, los abonos verdes, etc. La otra línea es la posibilidad de incorporar ganadería a los sistemas agrícolas, no sólo en los bajos u orillas de los ríos, sino también en suelos de alta productividad agrícola”.
Longo asegura que esto es factible, “aunque en un marco en el que se han desarmado estructuras, se ha perdido capacidad de poder trabajar con la ganadería, y donde las políticas públicas tampoco ayudaron demasiado”. Aún así, está convencido de fomentar los sistemas mixtos de producción, “que en definitiva es lo que se hacía en nuestros suelos hace 40 o 50 años atrás”.
También reconoce que el precio es un incentivo para volver a pensar en la ganadería, pero reconoce que son sistemas que llevan tiempo, que requieren de una estructura, de un conocimiento, y que no es una actividad para entrar y salir, “por eso es importante pensar en el mediano y largo plazo”.
Círculo virtuoso
Con su mirada de extensionista, Longo agrega que otra barrera importante son los alquileres a un año, que limitan la planificación necesaria para estos casos. “Pero incorporar la ganadería aporta a la sustentabilidad de los suelos y al bolsillo”. También reconoce que por ahora en la zona dicha metodología “es baja”, ya que el engorde se hace en base al feed lot. “Cuando uno habla de extensión, es mas fácil transferir una o dos variables al productor (un cultivar, una fertilización o un nutriente), pero cuando uno habla de sistema, las variables tienen que ver con lo social, lo ambiental, lo económico, el conocimiento; y eso lleva más tiempo”.
Respecto del trabajo realizado en el campo del INTA, manifestó que se trata de un sistema mixto de 400 has, en las que destinan una parte a la experimentación agrícola, y el resto es un campo donde se van generando conocimientos a campo. “Se trata de un campo mixto con producción de carne de novillos pesados de exportación, manejando una carga de 200 novillos en 45 hectáreas de pasto. El resto lo manejamos con los excedentes de los cultivos agrícolas. Es posible, hay barreras, pero creemos que fomentarlo tiene impacto en varias patas, como por ejemplo, en una mayor generación de trabajo”.
Más vale anticiparse
Jorge Omar Schneiter es director del INTA Pergamino, y le aseguró a Campolitoral que por ahora esta cuestión que se está instalando pasa por el resultado de rendimientos, de rentabilidad, pero “creo que se va a venir en el futuro otro fundamento para hacer planteos mixtos: la agricultura continua, así se hagan BPAS, en algún momento va a tener algún tipo de limitación, y esto tiene que ver con el ciclo de los nutrientes, la contaminación, etc.”, sostuvo.
Para el especialista, a los cultivos se les están agregando insumos, pero en algún momento tiene que venir alguna etapa que capture. “Eso no se está pensando ahora, pero probablemente en 10 años o menos estemos hablando de estas cosas”. Y agregó que hoy la integración puede ser directa, con rotaciones, lo que pueden hacer algunos productores con escala y capital hacienda; pero también hay otro tipo de comunión, para campos que tienen un bajo donde no se puede hacer otra cosa que ganadería. “Ahora bien, ese bajo sólo no alcanza, hay determinadas épocas del año que no tiene pasto. Entonces hay que hacer comida para los animales en suelos que habitualmente se destinan a la agricultura”. De allí que el mensaje del evento es: si vamos a hacer forrajes en suelos agrícolas, los tenemos que hacer muy bien, “porque estamos compitiendo en cancha grande, la de 11 jugadores”.
También coincidió en que los procesos ganaderos son más lentos y su respuesta también, por lo que probablemente el productor tenga que esperar dos años para ver si hizo bien. Y disparó un consejo. “Hoy, yo les diría que inviertan: en pasturas, en aguadas, en alambrados, en corrales, en genética. Es el momento de invertir la plata para poder cosechar y ser más eficiente cuando las condiciones no sean tan favorables como ahora”.
Integración productiva
Para Juan Ibarlucea, de INTA Roldán, tenemos que integrar la agricultura con la ganadería. “Hay algunos agricultores que tienen su rodeo un poco relegado, manejado a lo que la naturaleza le puede dar”, cree. Y agrega que los suelos agrícolas (y algunos con aptitudes intermedias) están muy exigidos. “El mensaje es que el agricultor que tiene vacas, piense en implantar pasturas que le va a dar retorno en el recurso suelo”. Ibarlucea asegura que la ganadería -por ahora- puede ser rentable en suelos medios. “Pasturas base alfalfa con mezclas: festuca, lotus, etc. Una pastura bien hecha es una inversión, lo mismo que para implantar y proteger un cultivo de soja”.
Y remató asegurando que hay 3 o 4 quintales de soja extras en el rinde de un lote rotado con pasturas respecto de lotes con agricultura continua. Creemos que hay algunos puntos a favor de la ganadería para rotar. “Trataría de implantar pasturas, poca superficie pero bien hechas, tratar de sembrar alfalfas con buen poder germinativo, con una mezcla con cebadilla, lotus, o legumimosas. Podemos empezar a integrar desde los bajos de cada campo (con pastoreos en invierno) para recriar alguna categoría”. De a poco, pero avanzar.
Saldos y excedentes
Roberto Tión entiende que en ganadería “muchos están trabajando bien”, pero que hay que remontar un cuadro difícil. “La salida de los mercados hizo que se achique la cantidad de vientres y se perdió el interés, ahora que volvemos a vender al mundo podemos establecer políticas, pero había pocos incentivos años atrás -cuando solo se abastecía el mercado interno- y cuando se hablaba de una carne barata que no era tal. El mercado Chino fue fundamental en esto”, reconoce. Consultado sobre si la política provincial privilegia al pasto o a los granos como insumo, fue contundente. “Tenemos una provincia con un potencial enorme, donde se puede dar la ganadería a pasto y a granos. En el norte el 65 % de los rodeos de cría con pastos naturales y con terneros de buena genética”. Pero reconoce que también se está dando mucho de novillos pesados saliendo de pastos naturales. Tal vez sistemas más lentos, pero con menores costos y altas rentabilidades. “Debemos identificar esa carne con frigoríficos y exportadores para poder pensar en tener una carne santafesina que el mundo pueda identificar”.