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Piden limpieza y ampliación de las líneas de canales Paraná, canal de Los Ingleses, canal de La Loca, La Loquita, El Rabón y canal de la Zulema - El Toba. Caso contrario -advierten- “el Estado estaría avalando un homicidio hídrico”.
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Setenta y cinco firmantes, entre productores y empresas, del norte provincial difundieron un duro documento en el que reclaman al gobierno santafesino un conjunto de obras necesarias para regular el agua en los Bajos Submeridionales.
“Solicitamos al Gobierno de la Provincia de Santa Fe de manera urgente las obras de limpieza y ampliación de las líneas de canales Paraná, canal de los ingleses, canal de la Loca, la Loquita, El Rabón y canal de la Zulema - El Toba”, resumen sobre el final del escrito. Caso contrario -advierten- “el Estado estaría avalando un homicidio hídrico”.
Un largo de listado de personas físicas, sociedades anónimas y de responsabilidad limitada, cada una identificada con su DNI o CUIT, firmaron al pie este documento, elaborado en base al conocimiento local y apoyado en publicaciones periodísticas. El disparador lo constituye una declaración del gobernador Miguel Lifschitz en Tostado a comienzos de año, en plena crisis por las inundaciones, en la cual considera que no se precisan obras en los Bajos Submeridionales.
Como respuesta, quienes se identifican como “Productores del Norte de la Provincia de Santa Fe” sostienen que las lluvias agravaron un problema anterior: la falta de mantenimiento y readecuación de las obras existentes en la región. “Cabe señalar que parte de esta zona carece de electrificación, de mantenimiento adecuado de caminos y en este contexto, de la infraestructura acorde a los volúmenes de agua que se reciben regularmente y extraordinariamente de las provincias vecinas”.
Uno de los firmantes, Bruno Stácul, explicó a Campolitoral que los únicos trabajos se han hecho para recomponer rutas y caminos de parte de Vialidad Provincial, pero “sólo para el paso de vehículos livianos”. Lo que los preocupa “gravemente”, afirmó, es “que no vemos a Hidráulica acercar máquinas a limpiar los canales; podemos arreglar todos los caminos ahora, pero si mañana llueve y viene mucha agua puede romper los caminos de nuevo, porque no están los puentes acordes al caudal que está viniendo”.
Ese -insistió- es el reclamo urgente: limpieza de los canales Línea Paraná y Línea Golondrina. “Santa Fe hace cuarenta años que no hace limpieza de esas obras; hay árboles adentro, curvas muy cerradas, compuertas que no funcionan como deberían (hoy tocan el pelo de agua), están rotas, no hay malacates para subirlas, la provincia no tiene el control y las operan los productores que están a la vera de las mismas ”, denunció.
“Todos esos problemas continúan y todavía no tenemos ninguna novedad de Hidráulica de que van a meter máquinas a limpiar los canales; están muy atrasados, muy lentos con ese tema”, agregó.
En el documento se detallan los inconvenientes detectados sobre cada canal. En la llamada “Línea Paraná”, financiado por el CFI (Consejo Federal de Inversiones) y construido en 1981 para “cortar las escorrentías que procedían del Chaco”, el tramo final (a la altura de El Rabón) se hizo de apenas 12 metros de ancho pese a que el proyecto original establecía 64 metros de boca. Por lo tanto -afirman- resultó “totalmente inadecuado para trasmitir los caudales de este circuito de canales, cargando exageradamente al Rio los Amores, y poniendo en riesgo de inundación a la población de Villa Guillermina”.
También refieren al canal de La Loca, “una obra que no se terminó hasta el borde de la laguna y nunca sacó agua de los Bajos Submeridionales, por lo que resulta de urgencia ensanchar y optimizar el mismo para mitigar las crecidas y acortar el tiempo de permanencia de las aguas altas”.
En la lista de adecuación de obras incluyen, además, el llamado Canal de Los Ingleses, originalmente una zanja para desaguar los Bajos hacia el Estero La Morocha y, de ahí, por el Arroyo El Rey hasta el Paraná. “Este canal merece también inversiones en ensanchamiento y adecuación ya que actualmente es el que está asistiendo en la zona de Cañada Ombú a la inundación de los bajos”.
A su vez mencionan la necesidad de canalizar la Cañada del 45 (o de La Zulema) que desagua en el Arroyo El Toba y hacia el Paraná por el canal de Pájaro Blanco en Alejandra. “El sistema Golondrina tal como está en la actualidad lleva sus escorrentías hacia las ciudades de Santa Fe y Santo Tomé, poniendo en peligro de inundación a ambas ciudades en sus crecidas”, advierten.
Incluso denuncian irregularidades de las administraciones provinciales de Chaco y Santiago del Estero, que estarían “infringiendo la Ley” al ampliar canales y construir nuevos para desagotar sus excedentes hídricos hacia Santa Fe, donde -además- “no se hicieron las readecuaciones necesarias”.
Sobre el final, remarcan: “por estas razones consideramos que las obras que se requieren en los Bajos Submeridionales son sustanciales para la productividad de la región, para la vida de las personas de las poblaciones involucradas y para el manejo sustentable del medio ambiente, ya que mitigarían las inundaciones a la vez que el buen manejo de sus compuertas (las existentes hoy no tienen control estatal), permitirían reservar agua en la temporada seca”.