Ni Marcelo Gallardo, como dicen que quiere César Menotti; ni el “Tigre” Gareca como postula Diego Armando Maradona. No hay lugar para los “europeos”, por más que el “Cholo” Simeone o Mauricio Pochettino se definan por el sí de una vez por todas. Si se va Scaloni o lo rajan después de la Copa América, a la Selección Argentina la debe dirigir Facundo Manes.
Sí señor, aunque este excelente profesional de moda (le sacó el chico afuera a Bucay o Rolón en el acting mediático) nunca hubiera pateado una pelota en su vida. Ni siquiera por atropello o casualidad.
El ambiente de la Selección Argentina viene enfermo, sigue enfermo y estará enfermo si no se generan cambios profundos. Está contaminado adentro y muy complicado afuera. La verdad, en cualquier momento nos agarramos un intra-hospitalario y “buenas noches Bariloche”, como dice mi amigo Marcelo (el edil).
Sólo un neurólogo y científico como Facundo Manes, capaz de analizar “El cerebro del futuro”, le puede poner un poco de claridad a preguntas que no tienen ningún tipo de respuestas:
— 1) La AFA pone a Lionel Scaloni como DT y a César Luis Menotti como Director de Selecciones. En la primera de cambio (encima con el sensible tema Messi), el “Flaco” lo deja pintado al entrenador. No se entiende.
— 2) Messi siempre juega, históricamente, el primero de los dos partidos de la llamada fecha FIFA. Conclusión: jugaba en Madrid y no en Tánger. ¿Por qué la AFA no lo avisó de antemano antes de armar todo el invento de la lesión para no pisar África?, no se entiende.
— 3) El entrenador, haciéndose cargo del papelón en el Wanda contra Venezuela, dijo que Messi necesita volver a volver ahora a un equipo “consolidado”. Citó más de 50 jugadores en 8 partidos e hizo desfilar 7 arqueros, casi uno por cada amistoso. Así, nadie consolida nada. No se entiende.
— 4) La organización del partido en Tánger dejó mucho que desear. Desde la no llegada de Messi hasta el gol de Correa. Sigo preguntando ¿adónde hubieran metido la gente en el INB Battouta si llegaba el “10”? Hay que ser más serios, somos dos veces campeones del mundo. Tuvimos a Maradona y tenemos a Messi. No podemos jugar en cualquier lugar para juntar 600.000 dólares. Somos Argentina, no Yupanqui. No se entiende.
— 5) La periferia de la Selección Argentina. Uno entiende la furia de Maradona, mucho más cuando AFA hace un video con 10 argentinos famosos y lo “limpian” más rápido que el propio Diego a los ingleses en México. Pero las bombas atómicas no ayudan. Hay que ser más responsables. Ruggeri, casi siempre correcto, no puede decir que Messi no jugó en Marruecos porque se fue a un bautismo. Si Messi no quiere jugar más con esta camiseta, se queda en su zona de confort. Está visto y probado que acá sufre: no le dan una pelota limpia los de adentro, el técnico lo confunde, los dirigentes lo exponen con un contrato comercial y la gente lo trata de “pecho frío”, anti-himno y muchas cosas más. No se entiende.
Finalmente, porque esto es fútbol, materia opinable y de interés nacional en la Argentina, está el Tribunal Superior de Juzgamiento Futbolero.
Cuando quedamos eliminados de Rusia 2018 se emitieron dos fallos universales:
— 1) Que se vayan todos los viejos, basta del “Club de Amigos” y que venga la sangre nueva. Hay que armar un equipo a futuro.
— 2) En la misma línea, traer un técnico con “hambre de gloria”, no contaminado, que no se case con nadie.
A menos de un año del último partido con Francia y antes de la primera competencia seria como es la Copa América de Brasil, pasamos del “que se vayan todos” al “que vuelvan los de antes”: Romero, Otamendi, “Pipita”, Agüero, Di María y compañía. ¿La verdad?: faltó pedir a Sampaoli y Mascherano, nada más.
Los que están adentro dudan, los que están afuera cascotean una cristalería para romper todo y la gente pide cualquier cosa. No se entiende.
Por eso a la vieja y querida Selección Argentina la tiene que dirigir Facundo Manes. Antes que Gallardo, Gareca, Simeone o Pochettino.
Hay que analizar el cerebro antes que las piernas. La Selección vino enferma desde Rusia y sigue con síntomas preocupantes. Madrid reabrió viejas heridas y acá en Marruecos (donde venden de todo) apenas compramos una “curita”. Si era válido lo de “Dios salve a la Reina”, en la tierra del Rey Mohamed VI se escuchó: “Dios salve a la Selección”.