El 31 de mayo de 2012, el Concejo sancionó una ordenanza (la N° 11.876) que fijó la obligatoriedad de que en las playas de estacionamientos haya áreas destinadas exclusivamente para dejar motos y bicicletas. El sector para estos vehículos debe ser el 10 % del total de la superficie destinada al estacionamiento de automóviles. “La tarifa para ciclomotores y bicis no podrá ser superior al 33 % de la tarifa vigente para los autos, dice aquella norma.
Pero en principio, esa ordenanza vigente se cumple a medias, en una ciudad donde el parque automotor está prácticamente saturado. El 21 de noviembre pasado, la organización ciudadana Santa Fe en Bici —que promueve desde hace varios años el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo—, ingresó una petición particular (hoy en comisión de Planeamiento) en el Concejo, donde solicita una modificación a aquella ordenanza. ¿Por qué? Porque consideran que no se puede aplicar operativamente.
“Contamos con testimonios y experiencias (de ciclistas) de ir a dejar la bici y depender de la ‘buena onda’ o discreción de empleados y dueños de playas de estacionamiento. Hay una norma que habla de obligatoriedad (de un área para la guarda de bicicletas); sin embargo, tenés que pedir ‘por favor’, y muchas veces no te dejan a pasar. Así como está, la ordenanza es de difícil cumplimiento y es imprecisa; habla de destinar un 10 % a bicis y ciclomotores pero, ¿cuánto es un 10 % del espacio total? ¿Quién controla eso?”, le dice a El Litoral Mariana Salvador, referente de la ONG Santa Fe en Bici.
“Por eso, pedimos una modificación donde se regule de forma más clara la cantidad de módulos de estacionamiento y tarifas para que sea una norma aplicable en la práctica”, agrega. Es decir, hacerla factible de su pleno cumplimiento. Es que la herramienta legislativa (la posibilidad de dejar en un estacionamiento una bici) es una buena alternativa, para dejar el rodado en un lugar que sea seguro, y no en la vía pública.
Sostiene el texto de la petición particular: “Para los casos en que es necesario estacionar la bicicleta por el plazo de muchas horas, las cocheras privadas son una opción de seguridad adicional para quienes van a trabajar o estudiar en bicicleta, a diferencia de aquellas personas que la atan en la vía pública para realizar una compra o trámite rápido (lo que las más expone a posibles robos)”.
Pero hay otro fundamento que quizás sea un llamado de atención para las autoridades. Según la petición presentada, la ONG advierte su “preocupación por los sistemáticos hechos de hurtos y robos de bicicletas en la ciudad (...). Tenemos conocimiento de que la gran mayoría de estos hechos se efectúan estando las bicicletas estacionadas (atadas o no), o que son extraídas del interior de viviendas, garages de edificios o de la vía pública, rompiendo los candados con las que se las intenta asegurar por sus dueños”.
Santa Fe en Bici presenta además una serie de propuestas para modificar la ordenanza N° 11.876 y hacerla aplicable en la práctica, según su criterio. Plantea, por ejemplo, “implementar un número entero (no porcentual) de dársenas destinadas a bicicletas por cada cierta cantidad de dársenas para automóviles. Un ejemplo: cada 10 dársenas de automóviles, destinar una para bicicletas; definir que el estacionamiento destinado a bicicletas sea un lugar accesible y visible, evitando de este modo que cualquier persona pueda manipular o intentar sustraer partes de las bicicletas estacionadas sin ser visto”.
También, “que el espacio destinado para bicicletas tenga un soporte físico donde atarlas tipo U invertida; definir que el valor de la estadía no pueda exceder el 10% del valor de la hora de un automóvil, y que esta tarifa sea por la estadía completa y no fraccionada por horas (ejemplo: si la hora de estacionamiento de un automóvil es de $ 40, la bicicleta pagaría $ 4 por la guarda completa)”.
Finalmente, la organización ciudadana propone “exigir al estacionamiento privado la colocación de una señalización que indique la posibilidad de estacionar bicicletas, y el precio de la estadía”, e “implementar procedimientos de control para constatar que los estacionamientos privados cumplan con la normativa”.
El “autocentrismo”, la desprotección y la situación social
Con todo esto, “se trata de más presencia del Estado Municipal regulando iniciativas privadas que favorecen al autocentrismo. En el espacio de un auto entran hasta 12 bicicletas, comercialmente son 11 clientes más”, compara Salvador.
—Desde Santa Fe En Bici, ¿han detectado situaciones de violencia contra usuarios de bicicletas al momento de una situación de robo o hurto del rodado?
—Para nosotros el robo y hurto no pueden pensarse ajenos a la situación económico-social actual. Esta situación puede desalentar el uso de la bici, y por eso trabajamos mucho en políticas de estacionamientos seguros. Sabemos de situaciones de violencia (robos) de bicis, como también de peatones y usuarios de transporte público. No vemos estos hechos como algo aislado hacia la bicicleta de lo que ocurre socialmente hoy.
—El ciclista, ¿hoy está desprotegido ante los conductores de automóviles o choches de colectivos?
—La sensación de los ciclistas no es diferente a la de los peatones. Se nota un alto grado de individualismo a la hora de movilizarse, ya que en lugar de ceder el paso o aguardar un segundo para el sobrepaso de las personas más vulnerables, se prefiere pisar el acelerador o pasarle bien “finito”. Ese segundo que “se gana” pisando el acelerador es el que pone en riesgo la vida de otra persona. Son necesarias políticas públicas de educación, prevención y un sistema de sanciones consistente. Y los vehículos motorizados son los “protagonistas” más comunes en los choques en los que los ciclistas resultan heridos o muertos. Para evitar siniestros y reducir las lesiones, se puede hacer mucho para mejorar el comportamiento de los conductores.
“Promovemos el uso de la bici porque está demostrado que es una herramienta muy importante para las problemáticas que viven las ciudades (muertes y lesiones de tránsito, congestión, contaminación, etc): la bici brinda rapidez para movernos y de independencia (horaria y económica), así como también la pacificación de las calles de la violencia vial que las atraviesa. El enfoque de la bici ‘saludable, amigable con el medioambiente’ es un enfoque desde el punto de vista del que contamina”, expresa la referente de Santa Fe en Bici.