"Al principio era el caos y el verbo dio la orden. Las palabras tienen una vibración que moldea el plasma, la energía creativa, y crean a partir de lo que se manifiesta verbalmente”. O los mates resultan cortos o son las explicaciones las que se expanden en la voz de Martín Pedretti. “El Brujo”, como lo bautizó Lautaro Ruatta, abre las puertas de su casa a El Litoral para ingresar en Los Gemelos, un universo con sus propias reglas, y que linkea con todo tipo de referencias, entre ellas, la radio, el blues, la cultura maya, los Rolling Stones, The Doors y Los Piojos. El domingo se presentarán, acompañados por el conjunto cordobés Toch, en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) desde las 20.13.
Mucho antes de ser un gemelo, El Brujo fue un adolescente santafesino que transitaba la escuela secundaria en el Comercial Domingo Silva. Esa generación del colegio sumó entre sus filas, con pocos años de distancia, a Ruatta, los Sig Ragga, “Plinky” Baima, Agustín Blesa y Emiliano Delfino. Por entonces, Martín Pedretti sentía que no encajaba en el mundo. “Como todo estaba torcido, la manera de ver derecho era torcer la percepción con el alcohol”. Yo estoy al derecho, dado vuelta estás vos.
Con las salidas, los recitales y las rutas, Martín empezó a intensificar su presente, sintonizando su frecuencia con la bohemia... o el taoísmo de la noche. “Entré en el rock nacional en el post-Luca Prodan. Luca, un tipo de afuera, nos tuvo que decir que había que cantar como hablamos. En esa época, yo escuchaba Los Piojos. Ellos tenían un ritual, algo ancestral primitivo, la búsqueda de Dani Buira en las raíces de lo afro que se traduce en la música rioplatense y el rocandombe”. El casete de “Tercer arco” fue el molde sobre el que se empezó a cimentar una voz, un modo de decir propio.
En Casino, la primera incursión musical “formal” de Pedretti, contó con la complicidad de Plinky (percusionista de Hugo & los Gemelos) y Agustín “Panda” Blesa. Junto a éste último, emprendieron años después un viaje a Europa. “En la primera noche, fui a una jam de blues y descubrí cinco armoniquistas. El Panda se quedó allá; toca en Las Balas Perdidas y en Barrio Viejo (la banda de Daniel Osvaldo)”. A la vuelta, se formó Motivos Búlgaros, una agrupación de “gipsy swing punk a 200 kilómetros por hora”, donde se encargaba de “hacer el acordeón con la armónica cromática” y participaban, además, el guitarrista e ilustrador oriundo de San Luis, Walter Brogliere, y Franco Blesa. Luego de ese conjunto fugaz, El Brujo tocó dos años en La Santa Fe Blues Band, uno de los ejes de su formación intuitiva. “Yo aprendí a tocar la guitarra viendo tocar a otros. Mis dos maestros del instrumento son los hermanos Blesa. Y La Santa Fe Blues Band fue una gran escuela. Chacho (Cabrera) es uno de los mejores cantantes de la ciudad. Un maestro del blues, que sabe cantar sin latiguillos de otros”.
El 25 de noviembre de 2012, cuando Woareber presentó “Cartas abiertas para especiales y específicos”, Martín Pedretti fue el encargado de abrir la noche. “Ese recital fue bisagra, hubo mucha receptividad de la gente”. Casi un mes antes del día marcado como el apocalipsis por el calendario maya, se puede afirmar que empezó a nacer el germen de Hugo y los Gemelos.
No hay una sola manera de describir qué es Hugo & los Gemelos. Siguiendo al Brujo Pedretti, se puede tener una primera aproximación al tema: es una forma del expresionismo con espíritu rock and roll. “Dionisíaco, en el sentido de la vanguardia, contrario a lo apolíneo, a los cánones grecorromanos. Además, hay algo de los Doors y de la desfachatez de los Rolling Stones. El otro día miraba ‘The Doors at the Hollywood Bowl’. En un momento, los músicos entran en un trance, un loop, hasta que la antena humana que era Morrison empieza a canalizar”.
En la forma de contar es blues litoraleño: desde lo visceral y entrañable, más allá de la técnica. “A veces no conozco los acordes, pero voy pescando la emoción que da escuchar ciertas notas y combinaciones de notas. Más allá de que no sean notas de blues, o tengan una llegada de candombe o de rumba, la historia es blusera. Quien es artista o se expresa artísticamente lo hace por necesidad, no porque se formó en un instrumento. Para mí, el arte es pescar el espíritu del tiempo. Cuando dicen: ‘¡qué adelantado este artista!’ No, ¡estaba en el presente! Y vos estabas viviendo en el pasado. Para mí, también es un estado de trance donde, si me pongo a ejecutar de forma consciente, me da vergüenza. Porque no soy un tipo estudioso, porque lo que hago es un arrojo al acto escénico, de expresión. Hugo & los Gemelos nació con una urgencia de decir. No pensamos nada, no nos proyectamos hacia ningún lugar”.
Hugo, el personaje que encarna Lautaro Ruatta en homenaje a su abuelo Hugo Horacio Dobler, “escucha las canciones y se enamora... generalmente”. En la visión de Martín, el actor y psicólogo hace lo que hizo Jim Morrison en The Doors: es una antena al inconsciente colectivo. “Él va leyendo en la cara de la gente por dónde va la cosa y empieza a pescar ese inconsciente. Es como un astronauta, está en otro plano pero se conecta por un tubo que es la música. Yo lo pienso a él como música. Entonces, se empieza a entrar en la frecuencia del presente, que es como un microsegundo, pero que uno puede ensanchar mientras más presente está. Si se borra toda concepción, si no se está pensando en qué está por tocar ni en qué está diciendo el otro y entra en el trance, el presente empieza a abrirse en una brecha en la que te anticipás al futuro. Para mí, lo más lindo del show es pescar esa sincronía cuando él ésta por tirar un grito y vos pegaste el chasquido. O el acople cuando la gente no quiere escuchar lo que Hugo está por decir. Esa es la magia que salimos a pescar. Es lo que hace memorable el show”.
Además de la voz, la guitarra acústica y la armónica, Martín Pedretti está a cargo del diseño. Por esta razón, no es casual la importancia de lo visual en el entramado gemelo y, particularmente, en este show. “Primero, me lo imagino visualmente. A mí me gustan mucho los pósters de películas que te hacen un guiño de algo que vos captás cuando salís del cine. El espectador tiene un rol activo. Por eso, vamos a tener una parte instrumental y más de trance, para que la gente pueda vivirla como quiera: leyendo, viendo las visuales, escuchando la música o viendo a los tipos ahí arriba”.
El domingo, Los Gemelos van a intervenir musicalmente el renovado espacio de Tribus Club de Arte. El espectáculo se basa en la obra de ciencia ficción “La sonda de Arcturus” de José Argüelles. “La idea es armar una historia a partir de algunos párrafos del libro y unas visuales. Un hilo conductor sonoro y multimedia que tiene que ver con buena parte de la esencia de Los Gemelos: el instrumental que sirve a la encarnación. Estamos experimentando sonidos nuevos, que vamos a mostrar (entre ellos, “Cristal Palace”, canción que nació en México). Por la naturaleza del grupo, tenemos shows de butaca y algunos de público recitalero, en los que nos agarra más la fiebre de estar tocando. En esta oportunidad, vamos a poder desplegar más canciones”.
Éste será el primer encuentro con su público luego de la realización del Guaraní der Festival, el megarecital autogestivo, federal y cosmopolita que tuvo lugar en Arroyo Leyes y convocó a figuras de la talla de Gustavo Santaolalla, Los Espíritus y Eli-U, entre otros referentes de la música popular universal. “Fue una épica demencial titánica de la que salimos vivos... que no es poco. Lo hicimos después de volver de un festival hermano, la gran inspiración, el festival Mamboretá de psicofolk y conocimiento rockero de Formosa, organizado por Marcos de Nde Ramírez (el padrino oculto de todo esto). Fue muy guiado por el pensamiento mágico. Lo más maravilloso, la grilla: heterogénea, federal, y el orden de las bandas. Fue alucinante la comunión que se dió entre los músicos. Personalmente, me maravilló lo de Eli-U... la aparición de El Príncipe Gustavo Pena tiene que ver con Hugo & los Gemelos. Él me cambió la manera de interpretar, desde un estado puro del ser, sin filtros ni máscaras y de una manera lúdica. Yo sé que el Guaraní der va a ser una huella para el que lo pudo vivir”.
Lautaro Ruatta: personajes y encarnaciones en vivo; Martín Pedretti: voz, guitarra acústica y armónicas; Mariano Filosi: voz, batería, cajón y accesorios; Facundo Gemignani: voz y ukelele; Nicolás Bordón: voz, contrabajo y coros; Lucas Fornillo: guitarra eléctrica; Nicolás Serrano: trompeta; Martín Testoni: saxo soprano; Francisco Cecchini: saxo alto; Sebastián Villar: congas, bongó y accesorios; Carlos “Plinky” Baima: djembé y percusiones; Javier Bonatti: personajes.