El Litoral
Seguramente habrá retoques en el sector defensivo, que fue lo más flojo, por lejos, que tuvo el equipo este sábado pasado en la cancha de Gimnasia.
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El desgarro del Pulga Rodríguez se agrega a la larga lista de jugadores lesionados que tiene Lavallén y que lo condiciona para el armado del equipo que jugará el viernes a las 19 frente a Tigre, en el partido de ida por la primera fase de la Copa de la Superliga.
Además, el entrenador tendrá que variar la mitad de la cancha, por la ausencia de Matías Fritzler. En consecuencia, habrá dos cambios obligados (Rodríguez y Fritzler) pero no se descarta que haya cambios en el sector defensivo, que fue el más flojo en el encuentro del fin de semana ante Gimnasia.
En contrapartida, más allá de que no habrá ninguno de los lesionados en condiciones de volver, Lavallén podrá contar con Emanuel Olivera, que cumplió la pena de una fecha por haber acumulado cinco amarillas.
Burián será el arquero; en el fondo habrá dos o tres modificaciones, ya que seguramente volverá Olivera por uno de los centrales (acaso sea Cadavid el candidato a salir), posiblemente lo haga Ortiz (recuperándose de un esguince de tobillo que lo marginó del viaje a La Plata) y no se descarta que aparezca Clemente Rodríguez ocupando uno de los laterales (acaso por Toledo). En la mitad de la cancha, Bernardi, Zuqui y Estigarribia continuarían en el equipo, sumándose Celis a la conformación de ese mediocampo, en tanto que Esparza y Leguizamón son candidatos a jugar como los hombres más adelantados.
Lavallén dijo después del partido en La Plata que “me retiré más conforme, más satisfecho, con este partido que perdimos con Gimnasia que con el que empatamos con San Martín de San Juan en nuestra cancha”. Por eso, no hay que descartar que varios de los jugadores que estuvieron el sábado, repitan su actuación este viernes en el Centenario.
De todos modos, habrá que esperar estos entrenamientos para que Lavallén defina con quiénes afrontará este partido por Copa de la Superliga, en un momento de penuria futbolística que se intentará remontar, al menos para tener una actuación digna en este campeonato.
La preocupación de todos está centrada en la posición que el equipo ocupa en la tabla de promedios. Por eso, una vez terminada la actuación en la Copa de la Superliga, los dirigentes y Lavallén se pondrán “manos a la obra” para hacer un exhaustivo análisis del plantel y de las posibilidades para el rearmado del mismo.
Las preguntas que hoy rondan por el mundo Colón son muchas y apuntan a la continuidad de algunos jugadores. Clemente Rodríguez y Bastía, por ejemplo, culminan sus contratos y seguramente dejarán la institución; pero hay jugadores que tienen vínculo vigente y por algunos de ellos se hicieron erogaciones importantes, pero no han convencido futbolísticamente. Por eso, Lavallén deberá intensificar su análisis y tener un diagnóstico cierto sobre cada uno de los jugadores. A partir de allí, se deberán tomar determinaciones para el rearmado del plantel, pero lo cierto es que no hay que descartar alejamientos, rescisiones de contrato y llegada de varios refuerzos para cambiarle la cara a un equipo que no ganó un solo partido de visitante, que apenas cosechó el 30 por ciento de los puntos y que deja al club con un promedio que no es grave pero que merece atención.