El incremento de la inflación se produce porque “está cayendo la demanda de dinero y esto alimenta el proceso inflacionario pese a la emisión cero”, estimó un economista de la rama ortodoxa, en relación al hecho de que el costo de vida no cede y en el último período se ubica en torno al 4% mensual, pese a la recesión y al congelamiento de la base monetaria.
Gustavo Reyes, economista del Instituto Ieral de la Fundación Mediterránea, señaló que “se argumenta que la suba de tarifas puede explicar en parte este fenómeno, pero estos ajustes no deberían haber influido en la inflación núcleo, que también se aceleró”.
El especialista consideró que “hay al menos tres razones por las que cae la demanda de dinero: la recesión, que desalienta el uso de efectivo, el temor a una nueva crisis como la de 2018 (por el aumento del stock de Leliq) y/o la creciente incertidumbre electoral. De los tres factores mencionados, puede consignarse que la paulatina recuperación del nivel de actividad puede ayudar a reconstituir demanda de dinero, mientras que los dos restantes pueden ser afectados por la persistencia de la incertidumbre electoral”, añadió.
Analizó que “de todos modos, la mayor oferta de dólares (cosecha, FMI) puede abrir una tregua en el mercado cambiario, lo que ayudaría a recomponer demanda de dinero y desacelerar la tasa de inflación, en un escenario de corto plazo”.
“De los tres motivos por los cuales podría estar cayendo la demanda de dinero, habría algunos signos de mejora en la evolución del proceso recesivo. Los otros dos restantes, están asociados claramente a la incertidumbre reinante en la economía de Argentina”, evaluó.
“La economía de la Argentina no tiene nada de especial en materia inflacionaria” y explicó: “Que no hayamos podido como sociedad solucionar este flagelo económico no significa que sus causas resulten extrañas”.
La incertidumbre electoral “mantiene las expectativas de devaluación del peso” y eso genera que la demanda de dinero sea débil.
“La inflación es el resultado del exceso de pesos en el mercado. Al igual que cualquier bien, cuando la oferta, por ejemplo de manzanas, crece por encima de la demanda, sobran manzanas y su precio baja. Cuando lo que sobran son pesos, lo que baja es el valor del peso y ésa es la inflación: la pérdida de poder adquisitivo del peso”, consignó Reyes.
En este sentido, las economistas Vanessa Toselli y Lucía Iglesias, en el mismo informe de coyuntura, apreciaron que el poder de compra del sector formal privado en 2018 se ubicó, en promedio, un 5 % por debajo del alcanzado en 2017. Mientras que señalaron que en el promedio anual 2018, la remuneración a nivel nacional alcanzó los $ 33.430,2, un 26,7% (nominal) por encima del nivel registrado en 2017.
Ninguna de las cinco regiones escapó a la caída del salario formal promedio en términos reales, siendo algo más moderada en la Patagonia (-4,5 % interanual) y más intensa en el Noroeste (-6,8 %).
Por provincias, la menor caída se observó en Santa Cruz (-2,0 %) y Neuquén (-2,2 %), mientras que, en el otro extremo, se anotaron los casos de Catamarca (-10,8 %) y Tierra del Fuego (-10,1 %).
El Banco Central y el Ministerio de Economía afinaron el mecanismo por el cual, desde hoy, el gobierno vende hasta U$ S 60 millones por día, luego de haber recibido U$ S 9600 millones del FMI. El Tesoro embolsará así los pesos que necesita para financiarse; los dólares volcados al mercado se suman a los de la liquidación de la cosecha gruesa. El vicedirector gerente del FMI, David Lipton, se reunió durante el fin de semana con Guido Sandleris y Nicolás Dujovne en Washington y “reiteró el apoyo del FMI al plan de estabilización del gobierno”.