"En toda decisión, pienso qué habría hecho Micaela"
El padre de la joven que fue asesinada en abril de 2017 expuso en la UTN sobre la ley de capacitación obligatoria en género, para los tres poderes del Estado. La adhesión en las provincias y de las universidades, y el propósito de materializar los sueños de su hija por una sociedad mejor.
Luis Cetraro No nos quedó nada pendiente con Micaela , dice conmovido Néstor García.
Néstor García estuvo el viernes en Santa Fe para participar de una charla en la sede local de la Universidad Tecnológica Nacional sobre la Ley Micaela. García es el papá de Micaela, la joven entrerriana de 21 años asesinada en Gualeguay, en abril de 2017. La ley 27.499, aprobada en diciembre y promulgada en enero de este año, lleva el nombre de la joven militante del Movimiento Evita y establece la capacitación obligatoria en género, para todas las personas que integran los tres poderes del Estado. En su artículo 10º invita a las provincias a adherir a la norma, decisión que ya adoptó Santa Fe, se replicó en otras provincias y se extendió a otros ámbitos, también a las universidades del país, a través del Consejo Interuniversitario Nacional que se reunió hace una semana en Córdoba, y al propio consejo directivo de la UTN local, donde García es Néstor pero también “Yuyo”, como conocen colegas y amigos al decano de la UTN de Concepción del Uruguay.
Es que García padre transitó en más de una ocasión por los pasillos del edificio de Lavaisse al 600 de esta ciudad, y también por el estadio donde, con sus casi dos metros de altura, jugó al básquet.
Pero el viernes pasado estuvo en el auditorio para ofrecer “una charla técnica” -que tuvo mucho de humana- sobre la Ley Micaela y para hablar de la sociedad que soñó su hija y a la que intentan darle forma desde las acciones que desarrolla la Fundación que lleva el nombre de “La Negra”, y que preside Andrea Lescano, la madre de la joven entrerriana.
No estuvo solo en el estrado: lo acompañaban Agustina Díaz y Jonti Trabichet, quienes desde la normativa y desde la militancia junto a la joven, expusieron sobre el rol de la política feminista en el contexto de la Ley Micaela, en el marco de una actividad que fue organizada por la Unidad de Género de la UTN Santa Fe y la Subsecretaría de Políticas de Género de la provincia. Por eso fueron Rudy Greter, decano de esa casa de estudios, y la subsecretaria Gabriela Sosa, los encargados de abrir la jornada.
Antes de la charla, García dialogó con los medios y también con El Litoral.
—¿Qué significó para ustedes, como familia, la sanción de una ley de estas características con el nombre de su hija Micaela?
—Cuando decidimos crear la Fundación, el objeto, que se resume en cuatro renglones, fue cumplir los sueños de Micaela; tratar de hacer nosotros todo lo que ella tenía proyectado para la sociedad. Comento en algunas charlas, que son todas distintas, que en toda decisión que tomo pienso inevitablemente qué decisión tomaría Micaela en mi lugar y qué estaría pensando ella de esa decisión. Lo cual me facilita mucho las cosas porque Micaela era simple, concreta y clara.
Luis Cetraro Jonti Trabichet, Agustina Díaz y Néstor García, en la UTN Santa Fe.
Jonti Trabichet, Agustina Díaz y Néstor García, en la UTN Santa Fe.Foto: Luis Cetraro
—¿Cuál es la sociedad que Micaela soñaba y qué los inspiró a crear una Fundación con su nombre y a estar presentes en tantos lugares?
—Una sociedad donde los últimos de la fila tengan más derechos, que es lo que la Constitución plantea tan claramente pero en la realidad no se da. Y entre esos derechos están los de la mujer, donde ella había empezado a militar. Una de las chicas que me acompaña en las charlas, Jonti Trabichet, compartió militancia con Micaela y cuenta que mi hija hablaba del aborto no punible en 2014 cuando el pañuelo verde no se había generalizado. Micaela siempre asistía a los merenderos y los comedores, pero con la idea de que tenían que desaparecer, porque los chicos tenían que comer en su casa y había que solucionar el problema para que sus padres tuvieran trabajo. Por eso el nombre de la charla es “La sociedad que Micaela soñó”, porque ella soñaba muchas cosas y quería que la gente también soñara. Repetía que una persona puede tener la misma vida que otra en todo su recorrido, pero si sueña va a ser mucho más feliz que si se resigna. Sobre todo los chicos: buscaba que los chicos se rebelen a la situación que el destino les había marcado. Por eso luchaba y por eso militaba. Era una buena alumna y promocionaba todas las materias en noviembre para tener tiempo en los cuatro meses de verano, en que no cursaba, para ir al barrio.
—El trabajo de la Fundación trasciende a la aplicación de la ley.
—Ampliamente. Abrimos de lunes a viernes por la tarde y hay talleres de apoyo escolar y otros a los que van muchas mujeres para aprender oficios. Hay una señora que nos va a dar en comodato dos hectáreas para hacer alimentos agroecológicos y bioconstrucción. Y una de las últimas actividades que Micaela había impulsado fue la Feria de la Mujer Trabajadora, porque sostenía que la violencia doméstica sucede porque la mujer no tiene independencia económica y muchas veces aguanta el sopapo para que sus hijos puedan comer. Con esa idea organizó la primera feria en marzo de 2017, la segunda iba a ser el 8 de abril que fue el día en que la encontraron muerta, y después se hizo una vez más. El sábado pasado (por el 6 de abril) la retomamos desde la Fundación. Fue la primera después de la reapertura, y hubo 38 mujeres exponiendo en una plaza y un montón que se acercaron para sumarse en la próxima. Esas son las cosas que hacía Micaela y nosotros queremos continuar.
—Y replicar.
—Hay dos talleres de replicadores en Concepción del Uruguay, cada uno con 50 personas, pero se anotaron 190, con lo cual tenemos interesados para dos talleres más. Una de las personas que lo dicta es Flora Acselrad, quien redactó el borrador de la ley y creó, junto con Carmen Argibay (ex ministra de la Corte, fallecida en 2014), la oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia.
—Estamos en la UTN, un ámbito que no parece el habitual para discutir temáticas de género. Sin embargo es aquí donde se creó una Unidad de Género y se desarrolla por segundo año una diplomatura en una materia que parece estar llegando a todos los ámbitos.
—La UTN tiene una particularidad: no hay demasiados casos de abuso en el seno de la Universidad -aunque hay algunas regionales en que sí se registran-, porque son pocas mujeres. Pero hay mucho micromachismo, y una mujer estudiando Mecánica recibe de más de la mitad de los docentes el mensaje de “qué hacés vos en esto”. Creo que lo que le pasó a Micaela, siendo yo decano de la Facultad Regional de Concepción del Uruguay, hizo un clic en el ámbito de la UTN. Me parece que más movido por el afecto que por el convencimiento, pero no importa. Mientras empiece... Cuando no se animaron a pedirme que hablara con los rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (que una semana atrás adhirió a la Ley Micaela) les dije “quiero pedirlo yo”. Soy bien pragmático: si no lo hubiese pedido, no sé si todos los rectores lo hubiesen votado y saldría por unanimidad. Porque hay resistencia, uno lo nota y lo ve. La mitad de las universidades adheridas al CIN no tienen protocolo de actuación ante un caso de violencia de género.
"El dolor inevitable"
Escucharlo hablar a García es volver una y otra vez al significado de la resiliencia, de la capacidad de salir fortalecido de una situación dramática. “El dolor lo vamos a tener siempre, creo que es inevitable”, dice.
Y sigue: “El otro día, una amiga periodista de Gualeguaychú me mandó lo que le dije en un reportaje. A nosotros nos avisaron de Micaela, nos juntamos, lloramos, vino mucha gente a saludarnos, entre ellos Eduardo Donnet que era decano de la UTN Santa Fe y lo llamé porque me imaginaba el desenlace y necesitaba una persona en la que confiaba mucho y me ayudara a pensar si necesitaba. Lo que pasó debe haber demorado media hora, 45 minutos, no lo sé porque estaba en una nube”.
“Salimos a hacer una declaración en la plaza pidiendo tranquilidad y le di un abrazo a los que estuvieron ahí toda la semana y, cuando volvía, la periodista me dijo para hacer una nota y le dije que sí porque fue todos los días esa semana; hizo 1.700 kilómetros entre Gualeguaychú y Gualeguay y más de una vez se volvió sin nota porque no queríamos hablar. Al día siguiente, subió una frase a Facebook y al cumplirse dos años me la compartió. Ahí decía que la sensación era que yo consolaba a la sociedad. Lo que dije entonces fue que el lamento no sirve para nada, y que el dolor en la acción y el compromiso de cambiar la sociedad es lo que tenemos que hacer; no pretender grandes cosas sino cambiar el pequeño mundo que nos rodea y si lo hacemos muchos va a ser mucho mejor”, que es lo que hacen a través de la Fundación.
“A nosotros no nos quedó nada pendiente con Micaela, a ninguno de los dos”, asegura y se conmueve (y conmueve). “Eso es algo que nos da cierta tranquilidad. Ella quería ir al mundial de gimnasia aeróbica de Alemania y estábamos en épocas donde no había laburo en el país; entonces pusimos un lugar de venta en un balneario y todo lo que hicimos laburando cuatro meses ahí fue para el viaje de ella. Así actuamos con todos nuestros hijos. Y saber que a nada le dijimos que no, nos permite transitar con cierta tranquilidad de que no le fallamos”.
En las universidades
Como contara Néstor García a los medios locales, la adhesión a la ley trascendió el ámbito de los Ejecutivos provinciales y llegó al Consejo Interuniversitario Nacional que se reunió a principios de la semana pasada en Córdoba y donde se tomaron tres decisiones: la adhesión en sí, la recomendación para que las 65 instituciones que integran el organismo se sumen y que la Red Universitaria de Género (Ruge) sea el órgano asesor para implementar protocolos en las universidades. Es que “aproximadamente la mitad de las universidades que conforman el CIN no tiene protocolos de actuación ante casos de violencia”, expuso García y aportó que “en la UTN tenemos uno de aprobación reciente que está costando un poquito implementar, a nivel de las 30 facultades regionales”.
La ley
El texto de la Ley Nacional 27.499 (Ley Micaela) puede consultarse en boletinoficial.gob.ar.
En la UTN
Hace una semana el consejo directivo de la UTN Regional Santa Fe -donde existe desde 2017 un programa contra la violencia de género- decidió adherir a la Ley Micaela. Además, propuso al consejo superior de la Universidad Tecnológica Nacional que se expida en el mismo sentido. La Unidad de Género de la Secretaría de Bienestar Universitario será la encargada de su implementación y seguimiento de la norma.