Para el ministro de Justicia de la provincia, reformar la Constitución de la provincia es, esencialmente, encarar una discusión respecto de cómo “se distribuirá el poder” en Santa Fe. En diálogo con El Litoral, Ricardo Silberstein confirmó que hubo avances en las conversaciones con el Tribunal Electoral Provincial (TEP), y se lograron definir algunos aspectos operativos de la consulta popular que se realizará simultáneamente a las elecciones generales de junio. Allí, la ciudadanía se expedirá a favor o en contra de la reforma.
“No ha habido inconvenientes en cuanto a lo conceptual -aclaró el ministro-. El Tribunal sostenía que estaba dispuesto a colaborar con el Poder Ejecutivo pero haciendo la salvedad de que su competencia es la de hacerse cargo del proceso electoral, y no de este plebiscito. Estamos de acuerdo en que la competencia de las elecciones es del TEP y la consulta, del Ejecutivo. Restaba armonizar esas dos posiciones, y ello exigía ponerse de acuerdo para que no se frustrara la consulta ni se entorpeciera el proceso electoral. Pero eso era más una cuestión de tipo operativa; nunca hubo una diferencia conceptual”, aseveró.
- ¿Esos aspectos operativos lograron definirse?
- Sí; habrá una sola fila que será la que se constituya con los electores que participan de la elección general el 16 de junio. La autoridad le preguntará al elector si quiere participar de la consulta. En caso afirmativo, se le entregará además de las cinco boletas correspondientes a las categorías a renovar, una sexta que corresponderá a la consulta para que manifieste si está a favor o no de la reforma. Con esa boleta irá a una urna y mesa intendente, aparte, contigua a la que esté constituida para la elección general.
- ¿En esa mesa habrá una autoridad independiente también?
- Sí, será una autoridad designada por la provincia que también estará encargada de hacer el escrutinio posterior con el control de los fiscales, todo muy similar a lo que será el de la elección general. De todos modos, será un escrutinio con personas, mesa y urnas diferentes a las que se dispondrán para la elección general. A veces me asombraba que se discutiera o pusiera en tela de juicio la consulta. Uno de los temas más importantes es consultar a la gente. Quienes estamos en la política no debemos temer consultar a la población. Eso sirve a la dirigencia. Hay dos modelos: aquellos que piensan que hay que darle carta blanca a los políticos para que hagan lo que quieran; y los que consideran que la sociedad civil tiene que participar y opinar. Nosotros estamos de acuerdo con esto último, donde no hay carta blanca para la dirigencia política.
- ¿No es un cheque en blanco una consulta tan abierta, donde no se especifiquen los temas a reformar?
- Lo que le puedo decir es lo siguiente: cuando hablamos de reformar la Constitución, estamos hablando de poder. No es otra cosa más que poder. Cuando se discute que en lugar de tener dos cámaras se tenga una, se establece darle más poder a los centros urbanos en desmedro de los lugares menos poblados. Si se habla de darle más potestades al gobernador frente al Legislativo, se estaría hablando de una concentración de poder del Ejecutivo frente al parlamento. Si estamos hablando de cómo se van a remover o designar a los jueces, si van a ser removidos por ejemplo por los propios jueces, se le está dando más poder al Judicial. Si usted permite que la remoción de los jueces esté a cargo del Legislativo, se le está llevando ese poder al Legislativo. Si hablamos de ampliar derechos, estamos dándole más poder a la gente y viceversa. Si se amplían los deberes de la sociedad, estaríamos hablando de una sociedad totalitaria. Osea, lo que se discute en una reforma más allá de que uno reforme uno o más artículos, lo que se discute es poder. Desde el punto de vista de la posición que tiene el Poder Ejecutivo, consideramos que tiene que haber una democracia participativa; que la gente tenga más derechos y pueda opinar y participar de la cosa pública. Hay quienes no opinan así y tienen desconfianza de lo que opine la gente.
- Discutir ‘poder’ no es una cuestión menor. ¿No debería quedar más claro qué se reforma?
- Evidentemente uno no puede decirle a la gente sobre cada uno de los puntos que se van a reformar...
- ¿Y una síntesis de puntos a reformar?
- Hay que determinar, primero, si estamos dispuestos a discutir la distribución del poder en la provincia de Santa Fe. Creo que ésa es la base. Después, la palabra la tendrán los constituyentes, es decir, los representantes que también va a elegir la ciudadanía. Ellos dirán qué se va a reformar; esto sí y esto no. Luego habrá una convención; la gente elegirá a esos constituyentes que participarán. Desgraciadamente, hay cuestiones de tipo operativa que no permiten que se someta toda y cada una de las cuestiones de una reforma (a discusión). Sí se pueden definir lineamientos políticos que se van a manifestar en la elección de constituyentes. Usted se encontrará con quienes pretenden escuchar a la gente, y otros que quizá quieran desconfiar de esa opinión y que se otorgue una representación política como carta en blanco.