La última obra de la Gorda Azul se mantiene fiel a la tradición que impuso el grupo a lo largo de casi tres décadas. No sólo por los característicos muñecos y los creativos dispositivos escenográficos en los cuales se mueven los actores-titiriteros; sino porque desde su origen fue pensada como una propuesta “todoterreno”, lo suficientemente permeable para ser montada en una sala teatral con todo el instrumental necesario o en una plaza, en condiciones más adversas y alejadas del confort. Y planificada para poder sintetizarse -como señaló el director Ulises Bechis- en “dos o tres baúles” para poder subirla a un avión y llevarla a otros países, como hicieron con otros trabajos. “Tenemos que recurrir a estructuras desarmables; sabemos que en algún momento nos tocará viajar y todo tiene que entrar en unas pocas valijas”, explicó.
La puesta, titulada “Tiburón XXL”, fue estrenada el año pasado y ahora abrirá su segunda temporada a través de dos nuevas funciones, previstas para los domingos 5 y 12 de mayo, a las 16, en el Centro Cultural Provincial, siendo la primera de ellas parte de la programación de la Fiesta Provincial del Teatro. Con actuaciones de Camila Valcart, Julián Bruna y Gabriel Alberini narra las peripecias de unos bañistas que llegan a la playa con la idea de darse un chapuzón, pero una vez allí nada sale como estaba previsto. Para ello, utilizan una combinación de diversas técnicas, que van desde el clown hasta el uso de títeres de varilla, de guante y hasta inflables, lo que representó una innovación para el grupo. “Esta posibilidad la habíamos visto en algunos festivales del mundo, pero acá nos tuvimos que adaptar porque no tenemos los materiales que se encuentran en Europa o en Asia, es todo artesanal”, reveló Ulises en una charla con El Litoral.
La idea de utilizar al tiburón como uno de los peronajes centrales provino del buen resultado que tuvo el trabajo anterior del grupo, “Transformabestias”, que trabajaba sobre el vampiro. “Vimos que tocar el terror anduvo muy bien. Eso nos dio mucho material y fue así como llegamos hasta el tiburón. Habíamos empezado con Moby Dick, pero sentimos que esta otra idea nos daba más posibilidades”, recordó Ulises. Repasó también el proceso creativo, que incluyó en un primer momento la convocatoria de los actores y luego el desarrollo (en paralelo, pero en instancias diferentes) de la escenografía, los muñecos y la puesta en escena, que implicó la creación de títeres especiales para cada escena.
“Por ejemplo, en el caso del tiburón, tenemos uno chico para el retablo y otro grande para la pecera. También una aleta y una mandíbula. Son todos muñecos o elementos de utilería para el mismo personaje, pero en cada momento aparece una parte distinta. Y todo tiene que tener una coherencia, hasta la textura y los materiales tienen que parecer salidos de la misma máquina”, destacó Bechis.
Desde su estreno, “Tiburón XXL” pasó por distintos escenarios y la idea es continuar el itinerario durante 2019. Y para poder avanzar con ese rodaje, la obra fue pensada con la impronta todoterreno propia de La Gorda Azul. “Todo tiene que ser, aparte de lo más lindo posible para estar arriba del escenario, lo más desarmable posible para poder ser trasladado y funcionar en cualquier parte. No es lo mismo un espectáculo de títeres pensados solamente para sala que estos otros espectáculos pensados para funcionar en todos lados”, explicó Ulises.
Al describir los cambios más significativos que se producen en la obra de un escenario a otro, enumeró la iluminación, el tipo de actuación y la predisposición de los diferentes públicos. “De todas maneras, como nuestros personajes están montados sobre la técnica de clown, el actor ya sabe que se va a encontrar con distintos personajes en distintas situaciones. El clown trabaja mucho con el público, hay mucha comunicación. De acuerdo a cómo va reaccionando la gente, construís el personaje. A veces necesitás que sea más extrovertido y gritón, otras más tranquilo. Por eso buscamos profesionales formados. Los chicos no tienen por qué tenerte paciencia, cuando decidís hacer una función, sos vos el que se tiene que ganar el público si querés que te aplaudan”, resaltó el director.
A lo largo de los años, la Gorda Azul viajó por distintos puntos del globo y tomó contacto con los auditorios más diversos. Toda esa experiencia lleva a Ulises Bechis a admitir que el público infantil se volvió más exigente, por las mayores posibilidades. “Ver un dibujo animado cuando yo era chico era medio eventual. Esperabas impaciente la hora de ‘La Pantera Rosa’. Y ahora los chicos pueden ver un dibujo animado cuando se les da la gana. Entonces el público no se sorprende tan fácil”, reflexionó.