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La Justicia Extracontractual la condenó al pago de $ 50.259 más intereses por el desborde del río Salado del 29 de abril de 2003, por el cual un tercio de la ciudad de Santa Fe quedó bajo el agua.
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El Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual Nº 4 de Santa Fe (María Georgina Rodríguez, Nora Abello y Gabriel Scaglia) hizo lugar a la demanda y condenó a la Provincia al pago de una indemnización de $ 50.259 más intereses, a favor de un vecino del oeste de la ciudad, cuya oficina y vivienda particular quedaron bajo el agua el 29 de abril de 2003, a causa del desborde del río Salado, que además dejó a un tercio de la capital provincial inundada.
El reclamo es el primero de miles que se hicieron por la vía civil en alcanzar una respuesta positiva para el demandante, que en este caso se trata del ingeniero civil Roberto Oscar Langhi, quien está representado en el expediente por el reconocido abogado Oscar Radkievich.
“Se inundó la ciudad y en el expediente se discutió si ese era un hecho previsible o imprevisible”, dijo el Dr. Radkievich para introducir el tema. El profesional dejó en claro que el fallo no está firme y que por tratarse de un órgano colegiado, cabe la posibilidad de que la parte perdedora realice un recurso por la vía “extraordinaria”, pero se mostró satisfecho por el contenido de la sentencia, a la que consideró “sólida” en sus argumentos.
Retomando su introducción, Radkievich destacó que si la inundación “era un hecho imprevisible, encuadraría dentro del caso fortuito o de fuerza mayor; pero si era previsible la responsabilidad entonces era de los funcionarios”. Para poder determinar la previsibilidad o no del fenómeno natural, el abogado demandante se valió de la pericial técnica realizada en el expediente penal de la causa inundaciones, en la cual este año fueron condenados por “estrago culposo” dos ex funcionarios de la época.
“En la sentencia consta una pericia efectuada por tres especialistas, en la que detalla como elementos exteriorizantes de la previsibilidad del acontecimiento, tres o cuatro circunstancias... La realización de la obra de circunvalación oeste que estaba proyectada como obra vial, pero al mismo tiempo como defensa para las inundaciones. Eso estaba proyectado en tres etapas (la primera se realizó, la segunda culminaba en el Hipódromo y faltaba hacer la tercera), y según dicen los peritos, nunca habría entrado el agua de haber estado finalizada. Pero el cierre que se hizo en el Hipódromo, no sólo estuvo mal hecho, sino que ya en aquel entonces habrían prevenido que había que mejorar todos esos cierres para evitar inundaciones”, sostiene el demandante.
“Eso en Santa Fe, que estamos rodeados de ríos, no podía pasar desapercibido y exige una mayor dedicación”, cuestionó el Dr. Radkievich, quien sumó otro elemento que “coadyuvó al ingreso de las aguas” al radio urbano y “fue la escasa luz que tenía el puente viejo de la autopista que tenía una luz de 150 metros, y al subir las aguas hizo de dique de contención y el agua hizo un efecto remanso e inundó todo el valle del río” y desbordó hacia los barrios periféricos del cordón oeste, hasta llegar al casco histórico de la ciudad. Para graficar el efecto dique del viejo puente de la autopista, lo comparó “al Puente Carretero -que une Santa Fe y Santo Tomé- que tiene 600 metros de luz” y por allí el agua pasó sin problemas para las poblaciones que están a uno y otro margen.
Es decir que “la pericia puso de relieve tres o cuatro elementos que generaron la inundación y esos argumentos fueron tomados por el tribunal como hechos previsibles”, a lo que se sumó que “no se tenía en ese momento medidas de previsión para pronosticar y prevenir los acontecimientos climáticos”.
El fallo contempla un resarcimiento económico en favor del demandante en concepto de “daño del inmueble, daños de bienes muebles, daños derivados (alquiler de una oficina por 16 meses, gastos de mudanza, etc.) y daño moral” y deja expresamente aclarado que del total se debe deducir un aporte de $ 3.00, en concepto de subsidio, otorgado al damnificado por el Magic en su momento.
“Es el primer reclamo en cuanto a lo económico que sale por esta vía civil”, ratificó el Dr. Radkievich, cuyo cliente había optado en un primer momento en presentarse como actor civil en la causa penal, pero luego desistió al considerar que el reclamo debía hacerse ante la Provincia y no ante los funcionarios que en ese entonces ocupaban puestos clave en la administración.
Condena penal
A comienzos del año judicial 2019 se conoció la noticia de que dos ex funcionarios del gobierno de Carlos Reutemann (en su segunda gobernación) fueron condenados en la Causa Inundaciones, pero no irán a prisión. Se trata de Edgardo Berli y Ricardo Fratti, ex ministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia y ex director Provincial de Obras Hidráulicas, respectivamente, a quienes el juez Octavio Silva los encontró culpables y los condenó “como coautores penalmente responsables del delito de estrago culposo agravado por la muerte de personas, a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional”.
La causa en cuestión investiga las responsabilidades penales por la inundación ocurrida el 29 de abril de 2003, cuando el río Salado ingresó a la ciudad a la altura del Jockey Club y afectó a todo el cordón oeste y zona sur de la ciudad. La tragedia, de la que se cumplieron 16 años, dejó 23 muertos (según la cifra oficial) y cerca de 150.000 afectados.
En el juicio también estuvo involucrado Marcelo Álvarez, quien por aquel entonces era intendente de la ciudad, y que falleció en abril del año pasado.
“La pérdida fue fenomenal”
Rodolfo Oscar Langhi es un ingeniero civil que trabaja y vive en la ciudad de Santa Fe, y que como muchos otros vecinos fue víctima directa de las inundaciones de 2003. “Tenía una oficina, una base de industria que hacía algunos productos de química fina; y conjuntamente una vivienda” es decir que combinaba “actividad laboral y vivienda en dos lotes diferentes” ubicados sobre calle San Juan al 1200, entre las calles Entre Ríos y Uruguay, recordó el profesional consultado por El Litoral.
“En ese momento, la pérdida fue fenomenal, tuve más de dos metros de agua adentro” y como resultado perdió su lugar de trabajo técnico, pero “una de las cosas más lamentables fue que tenía una biblioteca con documentación y antecedentes de muchos años de trabajo” que se perdieron por el efecto devastador del agua. También “las cosas propias de la oficina”, porque “cuando el agua tuvo una altura tal, la presión reventó los tabiques y entró de tal manera que destrozó lo que había adentro”, recuerda.
Luego del desastre, Langhi vivió lo que muchos otros santafesinos: “Al lugar no pude entrar en un par de días y volví con el agua en los hombros. En ese estado llegué a la vivienda, porque realmente tardó un par de días en bajar”, luego de que se ordenara la apertura del terraplén Irigoyen sobre la ex avenida Mar Argentino (actual avenida de la Constitución). A raíz de su reclamo “tuvimos algunas inspecciones del Ministerio de la Producción” para evaluar “lo que entendía eran los daños y perjuicios”.