Ricardo Questa
Ricardo Questa
El presidente Macri está gobernando bien; la crisis financiera del año pasado fue generada por la suba de la tasa de interés de los bonos del tesoro de Estados Unidos, que determinó que la rentabilidad de éstos sea superior a la de los bonos argentinos. Los capitales golondrinas que invirtieron en bonos argentinos al vencer estos bonos canjearon ese dinero en pesos por dólares para sacarlos del país e ir a comprar bonos del tesoro de Estados Unidos. Esto determinó en nuestro país un gran aumento de la demanda de dólares, lo cual encareció su precio, haciendo subir el tipo de cambio que se trasladó a los precios, generando inflación. El gobierno para poder superar la crisis financiera generada por la suba del dólar, tuvo que recurrir al FMI. Fue la mejor alternativa por la excelente disposición de este organismo a ayudarnos en esta crisis prestando dinero al más bajo interés para poder afrontarla. El plan adoptado para salir de la crisis fue elogiado por los mejores y más responsables economistas del país y del mundo.
Todos sabíamos que iba a generar recesión la reducción del gasto público. Entonces debemos estar dispuestos a tolerar ese inconveniente y no tratar de presionar para que haya un cambio de política económica. Hay sectores de la oposición comprometidos con la Justicia, interesados en crear caos, pesimismo y restarle credibilidad y confianza a este plan económico, para desprestigiarlo y hacerle perder las elecciones; es la única forma de volver a la impunidad. Hace falta un periodismo más responsable, ético, y con patriotismo. No se le puede reprochar al gobierno de la pobreza actual. Esta fue generada por siete décadas de malos gobiernos. Se han incrementado grandes cantidades de recursos para ayudar a la gente sin trabajo; todo el país sabe que hay pobres. Más no se puede pedir, porque los recursos para paliar la pobreza salen del bolsillo de los contribuyentes y a éstos ya no se les puede exigir que paguen más impuestos. Además, los pobres que ha generado esta crisis es por una baja del poder adquisitivo que es transitoria, dado que el salario está recuperándose. Nadie pasa hambre ni se muere por falta de alimentos. No hay que exagerar ni dramatizar lo que está sucediendo. La gente a pesar de la crisis no la está pasando tan mal; además hay signos de recuperación, en especial de las empresas exportadoras.
El gobierno ha hecho un excelente trabajo en materia energética. Estamos en camino hacia el autoabastecimiento energético, no necesitamos importar petróleo o gas (con el consiguiente ahorro de millones de dólares por año) y nos estamos convirtiendo en exportadoras de estos hidrocarburos gracias a las inversiones en Vaca Muerta. Además se realizaron grandes inversiones en energía eólica y en energía solar. Inversiones en ferrocarriles y rutas. Las obras se terminan en tiempo y forma y no hay corrupción. Hay que ver todo lo que el gobierno ha hecho y lo que seguirá haciendo para ser optimistas, a pesar de la crisis. Una vez que pase -y va a ser más rápido de lo que pensamos si somos optimistas y confiamos en este plan económico- se verá una reactivación económica con descenso de la desocupación.
La organización del G20 fue extraordinaria. La organización perfecta. Lo vimos al presidente Macri desplegar una actividad sorprendente, manteniendo reuniones con los jefes de Estado de las principales potencias del mundo para traer inversiones y promocionar nuestro país. Hay que felicitar a la cancillería y a todos los ministerios involucrados en la organización. Y el mejor elogio recibido fue nada menos que el de la directora gerente del FMI Christine Lagarde que dijo: fue la mejor reunión del G20 a la que yo asistí.
Con respecto a la crisis motivada por la suba del tipo de cambio, no todo fue negativo porque mejoró la competitividad de la economía, permite exportar más, importar menos, viajar menos al exterior, recibir más turistas extranjeros, todo esto está reactivando la economía. La recesión irá mejorando a medida que baje la tasa de interés, baje un poco más la inflación, y sobre todo que cambie nuestra mentalidad para afrontar y resolver los problemas. Hay que priorizar la resolución de los problemas y en eso tenemos que enfocarnos tratando de ser creativos y positivos y no hacer falsos pronósticos catastróficos y malintencionados, con el deliberado propósito de generar incertidumbre porque eso genera más inflación por la incertidumbre que se crea.
Creo que el gobierno debería implementar una estrategia para generar tranquilidad y confianza en el plan económico y lograr convencer a la población que tiene un excelente equipo económico. El presidente Macri debe rodearse de un excelente equipo de economistas al margen del equipo del Ministerio de Economía, que lo asesore día a día sobre la marcha de la economía y convocar mensualmente a los mejores economistas del país para que hagan sus aportes y de esa manera salir de esta situación que no es tan grave pero se saldrá más fácil si se crea un clima de optimismo y de confianza. La población debe saber que el gobierno se preocupa y está haciendo lo mejor con los mejores especialistas y no está improvisando o está desorientado y mucho menos equivocado. Los economistas deberían emitir un informe sobre lo que se discute y sobre la marcha de la economía para que la población se convenza de la seriedad del gobierno, y que está rodeado y asesorado por los mejores científicos de la economía y neutralizar de esa manera las críticas deliberadamente desestabilizadoras de políticos y/o economistas de la oposición. Estos últimos días se enrareció el clima político y se produce una nueva suba del dólar causada por múltiples factores: algunos externos , otros internos.
Macri y su gabinete deberían reunirse periódicamente con sus socios de la coalición, y el equipo económico del gobierno con los del radicalismo y de la Coalición Cívica para debatir acerca de la factibilidad y conveniencia de la aplicación de los cambios que le proponen y no aplicarlos en caso que no sean convenientes y demostrar por qué se aplicarían y por qué no, para mantener alto el optimismo de sus socios y no se sientan subestimados y evitar críticas públicas y amenazas de ruptura. Todos deben estar convencidos de la utilidad de mantener la unión para lograr el objetivo del plan de descenso de la inflación, alcanzar el superávit fiscal y de la balanza comercial, bajar la tasa de interés de los préstamos bancarios a empresas y emprendedores al 4 ó 5 % anual como lo han logrado los chilenos y uruguayos, y por este camino reactivar la economía, salir de la recesión y bajar la desocupación.
Logrando este objetivo, nuestro país va a ser otro, ya que desde hace muchísimos años el costo del crédito es elevadísimo. Con superávit fiscal habrá más dinero para educación, investigación científica y tecnológica y todo esto va a ir haciendo crecer la percepción de que podríamos seguir el camino de otros países como Corea del Sur, que mejoró su educación y triplicó la inversión en investigación científica y tecnológica y hoy es una potencia mundial.
Otro detalle importante es que con una economía sólida y ordenada podrá bajar el riesgo país y esto podría permitir una negociación para bajar los intereses que se pagan por la voluminosa deuda externa y tal vez lograr una quita de capital si los países acreedores ven que honramos con seriedad los compromisos contraídos.
Por último, “La crisis” según el genial Albert Einstein: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.
Todos deben estar convencidos de la utilidad de mantener la unión para lograr el objetivo del plan de descenso de la inflación, alcanzar el superávit fiscal y de la balanza comercial, bajar la tasa de interés de los préstamos bancarios a empresas y emprendedores.
El gobierno debería implementar una estrategia para generar tranquilidad y confianza en el plan económico y lograr convencer a la población de que tiene un excelente equipo económico.