El Litoral
El fin de esta serie medieval-fantástica exitosa en todo el mundo, que cuenta la historia de familias que pelean por reinar en el mundo ficticio de Westeros, desató las pasiones de los fanáticos que hasta el último segundo de la tira se tensaron entre gritos, suspiros de tristeza y aplausos.
El Litoral
Fueron miles los hogares en los que espectadores de todas las edades se agruparon para conocer el desenlace de la historia de los personajes que ya son parte de la cultura popular.
Muchos festejaron, y tantos otros se agarraron la cabeza al ver la entrada triunfal de Daenerys -junto a las alas de su dragón por detrás- antes del discurso que emocionó a sus fieles Dothrakis e Inmaculados.
Cada quien tiene sus favoritos, así que pudo haber gustado o no el trágico desenlace que tuvo la historia de amor entre Jon Snow y la joven Targaryen. Hay quienes indican que el personaje de ésta última “murió” en realidad en manos de los guionistas, quienes transformaron a la libertadora de las primeras temporadas en una “Mad Dany” o “reina loca” en estos últimos capítulos. ¡Desenlaces sombríos si los hay! No podía esperarse menos, si las muertes inesperadas y hasta masivas fue lo que encantó al público en el transcurso de la tira.
El trono de hierro, finalmente destruido por Drogo, el único dragón sobreviviente, ya hace imaginar al público lo que vendrá: no más gobiernos de dinastías poderosas, no mas “herederos” y no más “justicia” en nombre de la corona.
Una cantidad de tiempo muy poco específica y que confunde a quienes estaban detrás de la pantalla transcurre entre que los Dothraki toman por prisionero a Jon y los líderes que han quedado en Westeros organizan la reunión en la que un Tyrion -a todas luces condenado por traición- logra convencer a los presentes de que la mejor opción es elegir a un líder en forma democrática.
Era de hecho una de las teorías que circulaba, la destrucción del trono y la imposición del voto, o bien la independencia de los reinos, como fue el caso del merecedor Winterfell, que liberó al mundo del ejército de la noche.
La elección de Brandon Stark o “Bran el Roto” como líder de los ahora seis reinos dejó con la boca abierta a más de uno, más aún teniendo en cuenta que éste siempre supo cuál sería su desenlace como gobernante. ¿Merecía terminar así? Hay quienes opinan que no hizo lo suficiente.
Sansa queda como reina del estado independiente de Winterfell, hecho predecible y para muchos justo, dada la evolución y pertinencia que fue tomando el personaje de la hija mayor de Ned Stark.
La despedida de Arya deja con el corazón roto a más de un espectador, sabiendo que la favorita de los Stark no volverá a reencontrarse con su clan. Asimismo, era sabido que fiel a su personaje, no iba a inclinar la rodilla ante nadie y mucho menos actuar como una Lady.
En el muro, o podríamos decir que tras el muro quedó Jon Snow, también conocido como Aegon Targaryen y heredero a un trono que no fue suyo ni de lejos. ¿Fue un final digno de su personaje? Hay quienes tildaron de insulsa esa resolución, pero en lo que todos los fans coincidieron fue en la sonrisa esbozada al ver el encuentro con su lobo Ghost y el entrañable Thormund.
La última temporada fue, en efecto, objeto de fuertes polémicas incluso antes de su episodio final. Las críticas se centraron sobre todo en la aceleración del ritmo de la serie del canal de pago HBO, que dio lugar a cambios apresurados y a que algunas escenas cruciales hayan durado apenas unos minutos, después de años de espera.
Aún así, muchos reconocen la dificultad de cerrar una saga de tal envergadura sin recurrir a atajos dolorosos ni generar descontentos. Después de todo ¿Cuál hubiese sido el final ideal? ¿Había uno?