La cantautora chilena Francisca Valenzuela pasó por la Argentina para presentarse en el Festival Nuestro el pasado 18 de mayo en Tecnópolis, junto a Nathy Peluso, Miss Bolivia, Juana Molina y más artistas.
De paso por la Argentina, la cantautora chilena que se expande por Latinoamérica dialogó con El Litoral sobre su presente artístico y sus proyectos fuera de los escenarios.
La cantautora chilena Francisca Valenzuela pasó por la Argentina para presentarse en el Festival Nuestro el pasado 18 de mayo en Tecnópolis, junto a Nathy Peluso, Miss Bolivia, Juana Molina y más artistas.
Su más reciente single “Ya no se trata de ti” fue reconocido en la categoría Canción del Año en los premios Pulsar, los galardones que distinguen lo mejor de la música chilena. Se trata de una balada moderna y confesional que formará parte del cuarto álbum de estudio que la artista lanzará en 2019.
La canción llega acompañada de un video que nuevamente fue dirigido por Francisca Valenzuela tras su debut como directora en el clip de su anterior sencillo: “Tómame”. El video que la artista dirigió para esta canción fue nominado como Mejor Videoclip Nacional por el Festival In-Edit.
Aprevechando su paso por el país, El Litoral dialogó con Valenzuela sobre su momento, sus proyectos y su visión del arte.
Binacional
—Naciste y viviste hasta los 12 años en Estados Unidos, para luego volver a Chile, la tierra de tus padres. ¿Cómo te ha marcado esa transterritorialidad como persona y como artista?
—Me han marcado y formado todos los lugares sin duda. Me han influenciado desde la música que escuchaba, la cultura popular a la cual estuve expuesta, a cosas idiosincráticas. Creo que de todas maneras el ADN de Chile me ha marcado muchísimo: desde la música de raíz, el folclore chileno, la conciencia política y el espíritu crítico de Chile.
Por otra parte creo que la cosa de tener una formación y una identidad combinada con Estados Unidos ha sido formativo en características de cómo opero (risas): fui formada con la cultura gringa inicialmente de pequeña, donde uno podía ser como quería ser: era mucho más libre, menos tradicional y conservadora. Luego en Chile me encontré con un país mucho más conservador, más católico, pero un país que era vibrante y desafiante en lo cultural, político y artístico. Eso fue algo que conectó mucho conmigo.
Y sin duda me siento súper chilena y súper latinoamericana en mi aspecto social y familiar, mis afectos, la manera en que opero emocionalmente. Pero hay factores y características de ambos lugares que me han formado e identifican, y cosas con las que tengo disonancias.
—En aquellos años publicaste el libro de poesía “Defenseless Waters”, que llamó la atención de Isabel Allende. ¿Cómo se maneja la repercusión a tan temprana edad?
—Cuando ciertas oportunidades laborales que empezaron a surgir cuando era adolescente y más jovencita de alguna manera lo fui tomando con mucho foco y mucha dedicación, pero nunca pensé que eran cosas tan importantes. Creo que lo fui haciendo con mucha dedicación, ímpetu y energía, pero no estaba pensando en lasrepercusiones de esas acciones, ni en la trascendencia, ni si iban a tener impacto o no en mi desarrollo como persona. Estaba tan motivada y entretenida haciendo esas cosas que me interesaban y alucinaban, tan entusiasmada con las oportunidades que surgían, que lo daba todo nomás.
—¿Pensás que hay algo de esa identidad mixta que te permite tener mejor llegada a diferentes países?
—No sé si siento eso. Creo que la manera en que uno es, la autenticidad y las canciones o el arte que uno crea resuena, porque es verdadero y cautivante, es interesante y tiene algo que decir. No siento que tenga que ver con de dónde me viene; cada uno tiene una historia, una biografía diferente, una personalidad y una visión artística, y eso es lo que nos hace interesantes y nos hacen conectar al final.
Sin duda tengo una historia que fue esta cosa accidental que me sucedió de tener una biculturalidad, pero eso más allá de tomarlo como algo que me enriqueció a mí no sé si tiene un impacto en cómo puedo o no conectar con personas con la música. Es una característica nomás de quién soy.
Facetas
—Dirigiste tus últimos videoclips. ¿Hay una búsqueda como realizadora audiovisual o sólo apuntás a reflejar tus imágenes sobre tu propia música?
—Hoy en día la exploración audiovisual ha sido como un complemento a lo musical. No ha sido una búsqueda de una carrera o labor audiovisual, pero sin duda las dos experiencias que tuve dirigiendo esos videos han sido positivas, desafiantes, y muy entretenidas, diría que es un nuevo campo para explorar: quizás más adelante eso me lleve a otras cosas asociadas a lo audiovisual. Pero en este momento no está sobre el horizonte inmediato; lo audiovisual es una dimensión que acompaña el proyecto íntegro de mi música o mi parte creativa que se asocia a eso.
—Podés pasar de la celebración sexoafectiva de “Tómame” a reflexionar sobre la manipulación psicológica en “Ya no se trata de ti”: los extremos en una relación.
—Claro que sí, de seguro: cuando escribo y compongo transito por todos esos estados emocionales y diferentes tipos de relaciones o reflexiones que hacen mi mundo interior o mirando al mundo exterior. Solamente puedo escribir siendo yo (risas), y no tengo ningún afán de hacer más que crear algo con lo cual conecto, o que sale de un lugar honesto. Eso te lleva a diferentes momentos: uno más nocturno, sensualoide, como es “Tómame”, como también momentos más reflexivos, profundos, como “Ya no se trata de ti”.
Al final son diferentes momentos y dimensiones, retratados en estas canciones tal como somos las personas, que tenemos diferentes dimensiones también.
El maestro
—Mencionaste a Jorge González como uno de tus referentes. Más allá de la centralidad de Los Prisioneros en la música chilena, ¿qué es lo que más te marcó de la obra de Jorge?
—Creo que lo que más me ha marcado de Jorge es la habilidad de crear una música pop que tiene dientes, política y sentido del humor a la vez. Creo que hay algo que caracteriza mucha música chilena es que tiene grandes melodías y toda la estructura o estilo pop, que conectan popularmente desde su estructura de canción; pero que a la vez tienen la capacidad de hacerte reflexionar, de hacerte criticar algo, de despertar y activarte.
Eso me gustó mucho de toda la obra de Jorge, encuentro que tiene una genialidad a la hora de escribir, de tomar cosas mundanas y cotidianas y darles toda una dimensión profunda y real, verdadera. Y además siempre con estilo, con sentido del humor, con eclecticismo: explorando diferentes tipos de música, siempre en la vanguardia, incorporando sonidos del mundo y trayéndolos a Chile, donde a la vez vuelve a ser universal.
Ir más allá
—¿Cómo se dio la participación en el homenaje a Yoko Ono en Los Ángeles, junto a figuras internacionales?
—Fue absolutamente impresionante e increíble. Llegó la invitación a participar de parte de la Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil), y una organización que se llama Girls’ School. Sin duda estaba muy nerviosa, era como un misterio cómo iba a ser esta experiencia. Al final tuvimos los ensayos, con más de 50 músicos en el escenario, una orquesta de cámara y artistas invitados de diferentes disciplinas. Tuvimos la oportunidad de estar con Yoko Ono, de compartir y colaborar, y realmente fue una instancia maravillosa, memorable.
En cuanto a Yoko Ono, yo la conocía más en un principio por su obra visual, plástica; y luego cuando empecé a entrar en su mundo musical me interesé y conecté más, porque de alguna manera es una artista que no se disculpa, que está siempre provocando y desafiando los conceptos, las barreras y las categorías que la sociedad crea. Sentí como que me invitó a seguir mi camino, a ser auténtica, a explorar y jugar con la música y el arte, y no tener miedo. Fue muy lindo conocer eso a priori y luego ya entrar a trabajarlo con otros artistas y estar en ese escenario, en ese espacio tan emblemático de Los Ángeles.
Internacional feminista
—Contanos sobre la propuesta de Ruidosa.
—Ruidosa es un festival, una plataforma y una comunidad interdisciplinaria, internacional, feminista, que busca el empoderamiento de las mujeres en las industrias creativas. Para hacer esto tenemos talleres de conversación sobre música, conciertos, contenidos e investigación. Consideramos importante mostrar diferentes tipos de mujeres haciendo diferentes tipos de cosas: no hay una sola manera de ser mujer, de ser exitosa.
Buscamos visibilizar y celebrar la diversidad de voces femeninas de la región. Y también aprender de ellas y conocer los procesos profesionales y creativos que hay detrás de sus caminos: desmitificar esos procesos profesionales. Hemos realizado actividades y eventos a lo largo de varias ciudades en la región, tanto en Chile como fuera: Las Vegas, Ciudad de México, Lima.
Adicionalmente hacemos contenidos e investigación, y en esta última línea de trabajo hemos hecho estudios de participación de mujeres en festivales de música y premios latinoamericanos, y eso surgió porque la primera vez que hicimos un panel de Ruidosa en Santiago de Chile, en 2016, yo estaba buscando información y los números de participación de mujeres en varias cosas y no los encontré. A raíz de eso surgió la inquietud de realizar el estudio nosotros mismos.
Tenemos estas distintas líneas de acción: la parte en terreno, con varias actividades como talleres, paneles, conferencias, festivales; por otro lado la investigación, y por otra parte los contenidos que viven en nuestra comunidad digital, que fueron creciendo y conectándose alrededor del mundo.