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El titular del máximo tribunal opinó sobre las veladas amenazas del candidato presidencial. Dijo que sus palabras fueron “desafortunadas”.
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El presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, calificó este lunes de “un poco ambiguas, no muy felices y desafortunadas” las advertencias del candidato presidencial kirchnerista Alberto Fernández a los jueces que investigan a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.
“Hay que terminar con la judicialización de la política y la politización de la Justicia”, definió el magistrado. Alertó que “el derecho puede ser usado como un arma de choque al servicio de intereses sectoriales o partidarios; para impedirlo estamos los jueces. Nuestra función es hacer que eso no suceda, generar desincentivos para que eso no suceda”.
En una entrevista periodística, el presidente del máximo tribunal fue consultado sobre las declaraciones del ex jefe de Gabinete acerca de que varios jueces federales que investigan al kirchnerismo “deberán dar explicaciones sobre las barrabasadas que escribieron”.
“Creo que sus afirmaciones fueron un poco ambiguas y no muy felices”, enfatizó el juez. Ante una repregunta sobre si esas expresiones de Fernández constituyen “una amenaza” para la división de poderes, Rosenkrantz esquivó: “Son desafortunadas, como mínimo”.
“Un dominio autónomo”
Rosenkrantz recomendó a los jueces “creer y actuar sobre la base de la convicción de que el derecho es un dominio autónomo de todo lo demás y en especial de la política”.
Negó que sus fallos puedan estar condicionados por su tarea anterior, como abogado de sectores empresarios: “En mi vida he hecho muchas cosas diferentes. De hecho, trabajé durante algún tiempo en el Estado, hice política, fui funcionario del presidente Raúl Alfonsín. Fui asesor de la Convención Constituyente del ’94, de la Convención Constituyente de la Ciudad de Buenos Aires del ’96”, recordó. Y agregó: “Representé intereses públicos como abogado, y de hecho, trabajé por la Argentina en algunos juicios a los que la Argentina fue sometida en la (primera) década de 2000”.
“Estoy orgulloso también de haber sido solicitado por muchos clientes diversos. Quienes identifican ese hecho como reprobatorio no terminan de entender lo que hace un abogado y mucho menos lo que hace un abogado de empresas. Yo representé en algunos casos a algunas empresas muy importantes en algunos litigios importantes pero no creo que haya nada denostativo”, opinó.
Sobre si el perfil de sus clientes condicionan a un futuro juez de la Corte, Rosenkrantz contestó: “No creo. Es fácil hacer una distinción entre la responsabilidad que tiene un abogado de defender los intereses de su cliente dentro del derecho y la responsabilidad que tiene un juez”.
Cristina en la segunda audiencia
La ex presidente Cristina Kirchner acudió a la segunda audiencia de uno de los juicios en su contra, junto a otros acusados por ilícitos con obras en Santa Cruz. Está acusada de ser la jefa de una asociación ilícita para favorecer al empresario Lázaro Báez, quien recibió el 80 % de la inversión pública nacional, contaba con adelantos, sobreprecios y no había controles sobre sus trabajos inconclusos.
El Tribunal autorizó el viernes último a la ex presidente a faltar al debate con obligación de presentar una justificación por su actividad parlamentaria, pese a lo que Cristina se presentó a la segunda audiencia en Tribunales.
La jornada seguía con la lectura del requerimiento de elevación a juicio de los fiscales que investigaron el caso, Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques iniciada el martes último.
El fiscal de juicio Diego Luciani pidió al Tribunal obviar esta lectura pero se opuso una de las defensas, la de Carlos Kirchner, con lo cual el planteo no prosperó.
Otro abogado defensor, Federico Paruolo, llamó la atención en la sala de audiencias porque apoyó sobre su escritorio un ejemplar del libro “Sinceramente” de Cristina Kirchner y luego se puso a leerlo durante la audiencia.
Escuchas complican a ex funcionarios K
Una serie de escuchas telefónicas prueban que Eduardo Valdés, el ex embajador ante el Vaticano durante el gobierno anterior; que Roberto Baratta, la mano derecha del ex ministro de Infraestructura Julio De Vido; y que el ex secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, sabían de la denuncia contra el fiscal Stornelli nueve días antes de que se presentara.
Se trata de llamadas grabadas a ex funcionarios K, detenidos por corrupción, que revelaron que sectores del kirchnerismo sabían de antemano que el empresario Pedro Etchebest denunciaría por extorsión al falso abogado Marcelo D’Alessio y al fiscal de la causa de los cuadernos, Carlos Stornelli.
Los audios y transcripciones de las conversaciones fueron difundidos este domingo en el programa “La Cornisa”, de Luis Majul, y en “PPT”, de Jorge Lanata. En las escuchas quedó registrado cómo el ex embajador ante el Vaticano, Eduardo Valdés, le adelanta la noticia, en un lenguaje por momentos críptico, a Roberto Baratta (ex mano derecha del ex ministro de Planificación Julio De Vido) y al ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi.
Según explicaron en el programa de Majul, las intervenciones de los teléfonos de los penales de Ezeiza y Marcos Paz se realizaron en forma legal en el marco de una causa contra el presunto narcotraficante Mario Segovia.
En uno de los audios, Eduardo Valdés le adelanta a Schiavi que “va a haber novedades” y le recomienda “quedarse tranquilo”.