La vida y la muerte se juega en una cuestión de minutos.
Con un operativo especial, y a máxima velocidad, los agentes la trasladaron a la menor al Hospital de Niños donde se recupera.
La vida y la muerte se juega en una cuestión de minutos.
Y esto fue lo que pasó con una niña de 3 años que salvó su vida gracias a la oportuna intervención de un grupo de policías, y del personal del hospital de Niños, Orlando Alassia.
La secuencia se inició al mediodía del miércoles cuando un hombre arribó desesperado a la sede de la Policía Comunitaria, esto es en Aristóbulo del Valle 7400, llevando en brazos a su hijita.
La pequeña, de nombre Paula, estaba convulsionando y presentaba severas dificultades para respirar.
“No reaccionaba”
“Cuando vimos llegar a este hombre con la nena en brazos le preguntamos qué pasaba. Pero el hombre nos dijo que no sabía. Yo miré a la nena y me di cuenta de que no reaccionaba. No se movía y casi ni respiraba”, narró Patricia Meza, subjefa de Cuerpos de Policía Comunitaria, en diálogo con El Litoral.
“Llamamos una ambulancia pero nos contestaron que iba a haber una demora. Ante esa situación decidimos subirla urgente a un patrullero y salir ‘volando’ hasta el hospital de Niños.
Mientras íbamos en camino solicitamos colaboración de otras unidades para que nos vayan abriendo paso entre los vehículos. Enseguida vinieron colegas de la Brigada Motorizada y otros patrulleros que iban cortando las calles.
En simultáneo comunicamos la situación al 911 para que ellos pusieran en alerta al hospital para que nos esperen”.
La mirada de Paula
El trayecto estuvo cargado de dramatismo, por cuanto a medida que pasaban los minutos la situación de la pequeña Paula empeoraba.
“En un momento del traslado me doy cuenta de que la chiquita prácticamente no respiraba. Se estaba poniendo azul. Abro su boca y veo que la lengua estaba en una posición que le impedía el paso de aire, entonces se la muevo. En eso veo que abre sus ojitos y me mira. Juro que esa mirada no me la olvido nunca más en mi vida”, comentó Patricia emocionada.
Cuando llegamos al hospital una médica nos estaba esperando en la puerta. Ella la tomó en brazos y salió corriendo también. Nosotros fuimos detrás y al rato salió un médico que nos explicó que la nena ya estaba mejor. Que había sufrido un cuadro de convulsión febril. Y que gracias a nosotros se había actuado a tiempo”.
De todos modos se decidió dejarla internada en observación para hacerle otros estudios más profundos.
En la mañana del jueves el personal policial, la pequeña Paula y sus padres, volvieron a encontrarse en el hospital de Niños, donde intercambiaron palabras afectuosas y de agradecimiento.
Mezcla de emociones
A la hora de reflexionar sobre lo acontecido, Patricia Meza dijo que “todo esto fue una mezcla de sensaciones. Fue muy rápido. Pasamos del drama a la alegría más intensa en cuestión de horas.
No me quiero olvidar de agradecer a todos mis compañeros, a la policía toda, a quienes hicieron las comunicaciones. Gracias a ellos se pudo hacer el traslado a toda velocidad y llegar a tiempo.
Al final queda una sensación de gratificación por el deber cumplido. A la noche cuando llegué a mi casa me largué a llorar. No podía dejar de pensar en la mirada de esa chiquita...”, cerró.