“¡Arrabalera, como flor de enredadera que creció en el callejón! ¡Arrabalera, yo soy propia hermana entera de Chiclana y compadrón!...”. De esos versos inmortalizados por la voz de Tita Merello se extrajo el título del espectáculo de Edgardo Dib que se estrenó el año pasado y que se presenta los domingos de junio, a las 20, en la sala La 3068 (San Martín 3068). Se trata de una propuesta de “teatro en clave musical” con interpretaciones de Daniela Romano, Luciana Tourné y Rubén Von Der Thüsen, en una doble faceta de actores-cantantes, secundados en escena por el músico Esteban Coutaz.
Tal como señalaron repetidas veces los realizadores, “Como Flor de Enredadera” no es solamente teatro ni tampoco podría ser caracterizada como una comedia musical. Es “una obra de teatro en la cual un cancionero popular forma parte del relato escénico” con referencias al rock, la ópera, el tango, la cumbia, los boleros y lo melódico, en la cual “convergen realismo y el melodrama”.
“Me convocaron para hacer una comedia musical pero me pareció más interesante hacer esto que llamé ‘teatro en clave musical’, o sea teatro con canciones, donde a veces la voz hablada da espacio a la voz cantada”, precisó Dib a El Litoral. “Los personajes, en lugar de hablar, cantan. Ése fue el gran desafío de la puesta en escena. La comedia musical tiene cierto registro de actuación que se mantiene en lo gestual y lo interpretativo. Decidí correrme de eso, y de ahí que la obra es de un registro actoral realista, al igual que en la propuesta escénica, con toques de realismo mágico. Entonces, cuando aparecen las canciones, el desafío era que esa transición de la voz hablada a la cantada sea sutil. Eso hace que el público reciba el espectáculo como algo compacto”, apuntó.
“Es una calurosa noche santafesina. Julia, recién llegada de España luego de cinco años de ausencia, tiende la mesa para su cena de bienvenida cuando su cuñado, el Gringo, vuelve de sus cotidianos viajes. Esperan las clásicas milanesas de la Kuki. La cena se concreta, pero en este reencuentro familiar no están solos. Una vieja enredadera cubre los muros y el cielo. La enredadera de Doña Tita, madre de las hermanas, fallecida durante el alejamiento de Julia, que extrañamente se petrificó a la hora de su muerte. Poco a poco la cena se transforma en reproches, develamiento de secretos, desenmascaramientos y verdades puestas sobre la mesa”, indica la sinopsis de la obra.
Al respecto, Dib explicó que se trata de una historia familiar que “tiene una estructura parecida a las cajas chinas, ya que mientras pasa la historia, los personajes se van metiendo más adentro en recuerdos y cosas del pasado”.
El dramaturgo y director remarcó a su vez la gravitación del personaje ausente de la madre, al cual se evoca con un chal en una silla y con la enredadera que petrificada desde su fallecimiento. “Está esa presencia maternal, que los contiene en esa noche santafesina, de calor y mosquitos”, apuntó.
“Es un texto que va directamente a la emoción. Con toques de humor, pero muy próximo al espectador, sobre todo al santafesino. Transcurre en un patio santafesino, con sifones de soda de una marca conocida. Kuki, que es el personaje de Luciana Tourné, es una trabajadora todoterreno que cuida enfermos, hace viandas, lava ropa y tiene una especialidad, que heredó de la madre, que son sus milanesas. Un plato popular que genera algo en la gente”, destacó. “Es un espectáculo que queremos mucho, que tiene para el espectador el plus de la música y las canciones. Todo es llevadero, cercano y la gente la pasa muy bien”, finalizó.
Daniela Romano, Luciana Tourné y Rubén Von Der Thüsen con el músico Esteban Coutaz también responsable de los arreglos musicales están en escena. El diseño escenográfico, de vestuario y de iluminación es de Dib. La realización escenográfica de Lucas Ruscitti y Federico Toobe (asistente técnico a la vez). El diseño gráfico de Martín Valpondi y la fotografía de Leonardo Gregoret. La producción ejecutiva a cargo de Leilen Bouchet y la asistencia de dirección de Luchi Gaido. La autoría de la obra y dirección general llevan la firma de Edgardo Dib.